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miércoles, 15 de febrero de 2012

Carta de un investigador a Francisco Camps, doctor cum laude...

Francisco Camps presenta su tesis
doctoral. 
Foto: elmundo.es
Querido Paco,
Te escribo para felicitarte por tu excelente disertación doctoral. El ingrato tribunal te concedió un sobresalitente cum laude. Te merecías un sobresaliente cum fellatio.
Yo también soy investigador. Después de trabajar durante 7 años en las universidades París y Cambridge, volví a Madrid el pasado diciembre. La escasa ambición intelectual que he encontrado, me hacía reconsiderar la decisión de desarrollar mi carrera en España. Pero tu éxito académico me devuelve la confianza en la calidad científica de nuestro país.
Me entusiasmó que defendieses tu tesis el 10 de Febrero, un día después de la condena del Supremo a Baltasar Garzón. El rojelío de este país ha vuelto a exhibir su histórica necedad. ¿Cómo pueden defender a un juez zopenco e infame frente a un adalid de la honradez y el intelecto? Paco, tienes que estar muy orgulloso. Garzón también persiguió a otros luceros de la Humanidad como Augusto Pinochet.
He leído con gran interés tu disertación titulada “Propuestas para la reforma del sistema electoral”. Sugieres la creación de 350 distritos electorales uninomiales con elección directa. Paco, eres demasiado benévolo. Yo hubiese apostado por una circunscripción única. Una Grande y Libre circunscripción. ¿El vulgo quiere democracia? Ya pueden escoger a los expulsados de Gran Hermano: Democracia Real, y semanal. Además, cuando los valencianos han tenido la oportunidad de votar a sus líderes políticos, os han elegido, una y otra vez, a Rita y a ti. Por mayoría absoluta.
¡Comunistas ingratos! ¿Quién llevó la Formula 1 a Valencia? Unos días antes de dimitir como President, firmaste la ampliación del contrato hasta 2020 por 108 millones de euros. Sólo un sagaz lince de la negociación podía arrancarle semejante chollo a Bernie Ecclestone.
Ahora, los gafotas chupasubvenciones protestan por el cierre de 14 laboratorios en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia. Debemos recordarles que semejante bazofia costaba 9 millones de euros anuales a la Generalitat valenciana. ¿Alimentaban a los ratoncillos con caviar de beluga?
La izquierda es pura contradicción: quiere sanidad pública y también investigación biomédica. Y digo yo, ¿qué futuro tendría la sanidad si erradicasemos el cáncer?
Eres doctor por la Universidad de Elche. Algún periodista malintencionado ha escrito que tu cum laude fue concedido por la Universidad de Alicante. Que no se confundan: la Universidad de Elche es un centro mundialmente reconocido y respaldado por una larguísima tradición de casi 15 años. Me pregunto si existe alguna universidad con más historia en todo el continente.
¿Y quién era el consejero de educación de la Generalitat cuando se fundó semejante institución? Tú, Paco. No permitas que manchen tu legado.
Respetando la exquisita tradición academica española, el tribunal de tesis estaba formado por profesionales independientes. Tu director de investigación, Vicente Garrido, es el presidente del Consejo Jurídico Consultivo de Valencia. Un cargo en el que tú le ratificaste antes de dimitir como President. Ahora, las víboras guerracivilistas berrean porque Garrido te eligió como miembro del Consejo el pasado septiembre. ¿Acaso no es justo que un profesor reconozca a un pupilo de tal calibre intelectual?
Comprendo que hayas decidido mantener tu escaño en el Parlament valenciano. Tu puesto en el Consejo Jurídico Consultivo apenas te asigna 60.000 euros anuales, coche oficial, despacho y dos asistentes. Eres, con toda seguridad, el investigador peor remunerado de nuestro país.
No me gustó que tuvieses que defender tu disertación en el edificio Tamarit de la Universidad de Elche. Algún orangután deficiente podría bromear con que el lugar donde te proclamaron doctor lleva el nombre del mayor ilusionista del mundo.
Paco, tenemos pendiente una noche de vicio y desenfreno por las sastrerías de Valencia. Para los trajes, yo visto una 46.
Un caluroso abrazo,
Dr. Alberto Sicilia.

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