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martes, 21 de febrero de 2012

Decálogo del perfecto cuentista, Horacio Quiroga...

      
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  • Horacio Silvestre Quiroga Forteza Salto, Uruguay, 31 de diciembre de 1878 – Buenos Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937), cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos breves, que a menudo retratan a la naturaleza como enemiga del ser humano bajo rasgos temibles y horrorosos, le valieron ser comparado con el estadounidense Edgar Allan Poe.
La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes de caza y los suicidios: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando. Culminó su vida por decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires a los 58 años de edad, tras enterarse de que padecía de cáncer de próstata.


Decálogo del perfecto cuentista...

quiroga_horacio.jpg

  • Cree en un maestro – Poe, Maupassant, Kipling, Chéjov– como en Dios mismo.

  •  Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

  • Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia

  • Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

  •  No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

  •  Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “Desde el río soplaba el viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

  •  No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

  •  Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

  •  No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino

  •  No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento

su obra...

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  • Los arrecifes de coral (poemas,1901)
  • El crimen del otro (cuentos, 1904)
  • Los perseguidos (cuentos,1905)
  • Historia de un amor turbio (novela, 1908)
  • Cuentos de amor de locura y de muerte (cuentos, 1917)
  • Cuentos de la selva (cuentos infantiles, 1918)
  • El salvaje (cuentos, 1920)
  • Los sacrificados (teatro, 1920)
  • Anaconda (cuentos, 1921)
  • El desierto (cuentos, 1924)
  • La gallina degollada y otros cuentos (cuentos, 1925)
  • Los desterrados (cuentos, 1926)
  • Pasado amor (novela, 1929)
  • Más allá (cuentos, 1935)
  • El hombre muerto (cuentos)


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