El molino Le Blute-Fin, de Van Gogh (1886), Museo Fundatie de Zwolle (Holanda)
La obra, un óleo del más puro estilo impresionista, retrata el molino Le Blute-Fin, de París.Van Gogh decía que los errores de su obra eran compensados por los
aciertos, y este cuadro es un buen ejemplo. Según Louis van Tilborgh,
conservador de la sala, "la perspectiva es imperfecta, lo cual le da
cierto encanto, y el empaste es típico del pintor. No así las figuras,
muy grandes y coloristas. Hemos trabajado a fondo para demostrar la
autoría y ha sido muy gratificante".
El pintor, que dejó atrás las obras oscuras firmadas en su atormentada etapa holandesa, dedicó parte de su producción en Francia a los temas en boga entre los impresionistas. Los molinos, donde había cafés danzantes, eran uno de los lugares más concurridos de Montmartre, el barrio popular por excelencia de París.
El pintor, que dejó atrás las obras oscuras firmadas en su atormentada etapa holandesa, dedicó parte de su producción en Francia a los temas en boga entre los impresionistas. Los molinos, donde había cafés danzantes, eran uno de los lugares más concurridos de Montmartre, el barrio popular por excelencia de París.
una interesante información que nos proporciona Sofy Negrete
No hay comentarios:
Publicar un comentario