Texto escrito por un estudiante detenido por la policía delante del IES Luis Vives...
Yo no debería estar aquí, yo no debería estar aquí, ahora; es lo que me ronda la cabeza esta última semana. El día 5 de Marzo comenzaba mi aventura. El día 17 de Febrero las fuerzas del orden tomaron medidas ante el peligro que suponían los estudiantes conscientes en las calles y me tocó caer. Con cargos, acusado de atentado, resistencia y altercados públicos. Está claro que mi error fue intentar razonar con el señor que tenía delante, por un momento olvidé que son cabezas vacías, cabezas que solo quieren sentir la superioridad a base de la fuerza, cabezas que solo piensas en estar en los cuerpos represivos para humillar, para tener autoridad, para utilizarla, para tener bula de vejar a la gente. Sin embargo, paradojas de vida, ellos, para ser una autoridad ante algunos, deben bajar la cabeza (a veces hasta la mitad del cuerpo) ante sus superiores, y obedecer sin rechistar. Son los chulos de tu clase, pero también son los humillados de tu clase, no merecen el mínimo respeto cuando sabes que estar en las UIP es por pura devoción, voluntariamente, y jamás se plantearán si lo que hacen es o no es correcto.
Yo no debería estar aquí, ahora. Curioso país en el que gran parte de la gente joven, sin carreras o con ellas, sueña en huir, quizás para no volver, quizás esperando que vengan tiempos mejores, porque sienten que les han robado el futuro, porque sienten que les han robado los sueños, que han traficado con ellos. Curioso país, que te detiene, te multa, te pega, te humilla, por defender lo que es tuyo. Otra paradoja es que tras esto, se te pongan dificultades para abandonar tu querida patria española por que tienes un juicio pendiente, un juicio basado en mentiras, en acusaciones falsas, en una detención que más pareció un secuestro. Y desgraciadamente mi caso no es el único. Curioso país que olvidará los sucesos de Valencia, los 43 detenidos y los innombrables heridos, golpeados y humillados, y los olvidará para siempre, nadie se acordará de los excesos policiales, pues visto lo visto, éstos se taparán con nuevos excesos aliñados por mentiras por parte de la caverna mediática de la derecha más derechona. La famosa paz social saltó en pedazos un viernes 10 de Febrero con la reforma laboral y por si alguna duda quedaba los hechos del Luis Vives (que comenzaron el 16 con la detención de un menor, y no el día 20 como cuenta la caverna) lo confirmó.
Yo no debería estar aquí, y en breves no lo estaré. Con o sin beca me voy de un país que no quiere gente como yo, que no quiere gente como la mía, no quiere gente crítica (ya se encarga la educación de ello), no quiere soñadores que piensen que las verdades que nos han vendido durante tantos años no sean verdades absolutas, que hay alternativas más allá de lo que nos han contado desde que nacimos. Su victoria se basa en nuestra ignorancia, y eso está en nuestras manos. Durante años han estado delante de un país con perdedores como habitantes, a los cuales les habían dicho que habían ganado la batalla al Franquismo (a pesar de que muriera en cama) y que lo que se les ofrecía era la mejor alternativa, que todo lo que no fuera una monarquía parlamentaria capitalista conduciría al país a la debacle, al pasado gris. Sin embargo, con el paso de los años el sistema fue perdiendo sus colores atrayentes para volver poco a poco, muy lentamente, al gris, nuestro amado color gris.
Es triste pensar que te vas sabiendo a quien dejas en casa, pero no a quien te encontrarás, pues se que muchos de vosotros pensais en emigrar. Tengo miedo de volver en 2013 a un país convertido en un erial, donde la gente que quiere tener un mínimo de futuro tendrá que salir por la puerta de atrás. Tengo miedo de volver a un país donde las voces críticas tengan que cruzar la frontera, tengo miedo de un país que prostituye la palabra radical, pues no hay nada más bonito y más coherente que serlo. Todo lo que no sea ser radical es medias tintas, todo lo que no sea ser radical es no comprometerse. Radical viene de radix, de acudir a lo mas bajo del problema, de tratarlo de raíz. Radical no es el violento, radical es el que se plantea el cambio total, la ruptura, radical es querer vivir la utopía.
Visto lo visto, aun me queda un mes aproximadamente en este país. Visto lo visto, voy a aplicar la radicalidad en todos y cada uno de mis actos, voy a ser radical en la política, pero también seré un radical con la amistad, con el amor, con las pequeñas cosas, con el trabajo, con las reuniones, con la comida, con el vino, con la vida.
Solo espero que cuando vuelva, pueda encontrarme de nuevo con muchos de vosotros y veamos la situación con otros ojos, con ojos de esperanza, con sentimiento de libertad, con ilusión, con radicalidad.
Seguimos llevando un mundo nuevo en nuestros corazones
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