Buscar en este blog

lunes, 26 de diciembre de 2016

canción de navidad... Silvio Rodríguez


El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

martes, 20 de diciembre de 2016

Iglesias-Errejón... nos tenéis hasta ahí

Si, basta ya de juegos florales epistolares, divertidos –PI dixit- y que están contribuyendo al desprestigio de Podemos, como me llegan opiniones de amigos, -los enemigos contentísimos-. BASTA YA, de un protagonismo pequeño burgués, de “famosos” –me dicen que ayer se exhibieron  en la TV-, me obligan a recordarles a estos profesores, que  incluso los famosos de verdad –p.ej. premios Nobel- son un producto social, son famosos por la ayuda, enseñanzas etc. recibidas de la sociedad, sin tal apoyo, serían simples ciudadanos. BASTA YA de protagonismos, que Podemos, por fortuna, es mucho más importante para los ciudadanos y el progreso, muchísimo más, que lo que hagan o digan nuestros dos amigos. Y pongo punto final a mis comentarios sobre estas desafortunadas incidencias... El abuelo Luis
 
Pablo Iglesias dice que no seguirá al frente de Podemos si su proyecto pierde

"Si el documento de estrategia política más importante que presenta mi equipo y mi proyecto sale derrotado, yo no puedo ser secretario general", ha declarado Iglesias en La Cafetera de radiocable
El líder de Podemos ha asegurado que "en ningún caso" Íñigo Errejón va a ser relevado como secretario político
La diputada de Podemos por Madrid Tania Sánchez ha acusado al líder de la formación de plantear un "chantaje" 
Me teneis hasta ahí, sí, hasta ahí.
Niñatos, dejar de jugar que esto es muy serio.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Enrique Blein Budiño...

 
Enrique Blein Budiño, empresario y político vigués.
 
Marido de  Dña.Conchita Corral, mujer admirable y compañera incansable.
 
Padres de Conchita, Enrique, Enriqueta, Julia, 
Teresa, Julio y Ana María. 

Julia, con 96 años mantiene vivo el recuerdo de su padre
 
un hombre de gran personalidad, 
 bueno, justo, coherente y luchador.
Una persona de la que aprendió 
y heredó los firmes principios éticos y morales 
que han guiado su vida
 
 Enrique Blein Budiño era un hombre guapo, alto y atractivo. Persona educada, cultivada y con grandes  proyectos dedicaba su vida a su familia,  su empresa y sus hobbies como el deporte, que siempre practicó,
 la música que escuchaba en su gramola 
o el piano del que era un gran concertista.
La situación histórica que le toco vivir le produjo grandes inquietudes. Las injusticias y desigualdades unidos a sus férreos principios le llevaron a la política.
Luchador por la igualdad, la educación, el respeto, el diálogo, los derechos fundamentales, la solidaridad.
Fue un hombre adelantado a su época lo que le trajo  problemas e incomprensiones, que pudo 
afrontar gracias al apoyo de su mujer y su familia.
Su lealtad a la República fue su sentencia de muerte.
Destituido y perseguido por el nuevo poder franquista huyó con su mujer hasta que fue apresado y
conducido a la prisión de Vigo.
Arrastraba un cancer de estómago que fue minándole tanto como el sufrimiento de saber que una guerra civil era la peor solución para un país,  sus gentes 
 
y su familia, que el futuro cambiaba de manos.
Murió en el Hospital municipal
el 10 de diciembre de 1936. 
Sólo, lleno de dolor pero con el recuerdo del amor
compartido y la compañía de aquellas
notas de las que tanto gustó.
 
Nació en Vigo en 1885,
Fue el primer alcalde de Vigo de la II República, en 1931.
En enero de 1936 fue elegido presidente de la agrupación Izquierda Republicana de Vigo. Volvió a la alcaldía y fue vicepresidente de la Diputación Provincial de Pontevedra.
Con la sublevación del 18 de julio, huyo y fue juzgado en Vigo en rebeldía y por rebelión. Fue detenido y encarcelado. Murió de cancer  en el hospital municipal de Vigo.

sábado, 17 de diciembre de 2016

profecía...

 Nati Mistral

« Diez séntimos le di a un pobre
y me bendijo a mi mare
¡Qué limosna tan chiquita,
qué recompensa tan grande!»

Profecía

Me lo dijeron ayer
las lenguas de doble filo,
que te casaste hace un mes...
Y me quedé tan tranquilo.
Otro cualquiera, en mi caso,
se hubiera echado a llorar;
yo, cruzándome de brazos,
dije que me daba igual.
Nada de pegarme un tiro,
ni de enredarme a maldiciones,
ni de apedrear con suspiros
los vidrios de tus balcones.
¿Que te has casado? ¡Buena suerte!
Vive cien años contenta
y a la hora de la muerte
Dios no te lo tenga en cuenta.
Que si al pie de los altares
mi nombre se te borró,
por la gloria de mi madre
que no te guardo rencor.
Porque sin ser tu marido
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy quien más te ha querido:
¡con eso tienes bastante!
-- ¿Qué tiene el niño, Malena?
Anda como trastornado;
le encuentro cara de pena
y el colorcillo quebrao.
Y ya no juega a la tropa,
ni tira piedras al río,
ni se destroza la ropa
subiéndose a coger nidos.
¿No te parece a ti extraño?
¿No es una cosa muy rara
que un chaval con doce años
lleve tan triste la cara?
Mira que soy perro viejo,
y estás demasiado tranquila.
¿Quieres que te dé un consejo?
Vigila, mujer, vigila...
Y fueron dos centinelas
los ojillos de mi madre.
-- Cuando sale de la escuela
se va pa los olivares.
-- ¿Y qué busca allí?
-- Una niña:
tendrá el mismo tiempo que él.
José Miguel no le riñas,
que está empezando a querer.
Mi padre encendió un pitillo,
se enteró bien de tu nombre,
y te compró unos zarcillos,
y a mí, un pantalón de hombre.
Yo no te dije "te adoro",
pero amarré a tu balcón
mi lazo de seda y oro
de primera comunión.
Y tú, fina y orgullosa,
me ofreciste en recompensa
dos cintas color de rosa
que engalanaban tus trenzas.
-- Voy a misa con mis primos.
-- Bueno; te veré en la ermita.
¡Y qué serios nos pusimos
al darnos agua bendita!
Mas, luego, en el campanario,
cuando rompimos a hablar:
dice mi tí Rosario
que la cigüeña es sagrá...
Y el colorín y la fuente,
y las flores, y el rocío,
y aquel torito valiente
que está bebiendo en el río.
Y el bronce de esta campana,
y el romero de los montes,
y aquella raya lejana
que le llaman horizonte.
¡Todo es sagrao! Tierra y cielo,
porque too lo hizo Dios.
-- ¿Qué te gusta más?
-- Tu pelo.
¡Qué bonito le salió!
Pues, y tu boca, y tus brazos,
y tus manos redonditas,
y tus pies, fingiendo el paso
de las palomas zuritas.
Con la blancura de un copo
de nieve te comparé.
Te revestí de piropos
de la cabeza a los pies.
A la vuelta te hice un ramo
de pitiminí precioso,
y luego nos retratamos
en el agüita del pozo.
Y hablando de estas pamplinas
que inventan las criaturas,
llegamos hasta la esquina
cogidos de la cintura.
Yo te pregunté:
-- ¿En qué piensas?
Tú dijiste:
-- En darte un beso.
Y yo sentí una vergüenza
que me caló hasta los huesos.
De noche, muertos de luna,
nos vimos en la ventana.
-- Mi hermanito está en la cuna;
le estoy cantando la nana.
"Quítate de la esquina,
chiquito loco,
que mi padre no te quiere
ni yo tampoco".
Y mientras que tú cantabas,
yo inocente, me pensé
que la nana nos casaba
como a marido y mujer.
¡Pamplinas, figuraciones
que se inventan los chavales!
Después la vida se impone:
tanto tienes, tanto vales...
Por eso yo, al enterarme
que estabas un mes casá,
no dije que iba a matarme
sino... ¡que me daba igual!
Mas, como es rico tu dueño,
te brindo esta profecía;
tú, cada noche, entre sueños,
soñarás que me querías,
y recordarás la tarde
que tu boca me besó
y te llamarás ¡cobarde!
como te lo llamo yo.
Y verás, sueña, que sueña,
que me morí siendo chico
y se llevó una cigüeña
mi corazón en el pico...
Pensarás: No es cierto nada;
yo sé que lo estoy soñando.
Pero allá a la madrugada
te despertarás llorando
por el que no es tu marío
ni tu novio, ni tu amante,
sino... ¡el que más te ha querío!
¡Con eso tienes bastante!

Rafael de León

viernes, 16 de diciembre de 2016

Aurora Conde... y las mujeres de su generación



La vida y la muerte están en continuo movimiento equilibrando el mundo. Las efemérides marcan el paso del tiempo con los nombre de ilustres que vienen y van.
El año 1926 nos cuenta que mientras nos dejaban  Antoni Gaudí, Rainer María Rilke, Houdini, Rodolfo Valentino... llegaban al mundo Fidel Castro, Isabel II, Darío Fó o Marilyn Monroe. Pero a sus nombres hay que sumar el de muchas otras vidas que marcan las nuestras con fechas imborrables.
El 25 de diciembre de 1926, en una España muerta de frío por culpa de la mayor nevada del siglo XX, a la familia Conde Romero, llegó Aurora. 
Con ella sumaron seis hijos nacidos de los que solo cuatro vivieron, tres mujeres y un varón.
Sus primeros años siempre los ha recordado con una sonrisa, a pesar de la escasez y falta de recursos .
Como todas las mujeres de su época, tenía como meta en su vida el matrimonio y, por eso, fue educada para casarse, ser madre y formar una familia.

 
Un día se fijó en un niño de su edad vecino de la calle de San Luis. Vivía en el hospicio, era un huérfano de guerra. Se hablaron, se enamoraron, se quisieron, se amaron... 
tenían 17 años.
Jugaron con sus cuerpos, aunque nunca yacieron juntos, todo pasó detrás de una puerta. Al poco tiempo, el cuerpo 
de Aurora empezó a cambiar y supo que aquello 
era estar embarazada.
Sin saber cómo, estaba cumpliendo con su función en la vida, aquello para lo que le habían preparado desde el día que nació: la maternidad. Aquél hecho soñado, aquel mandato vital se convirtió en la peor de sus pesadillas. Nadie la entendió ni se puso en su lugar y nunca se le perdonó su inocencia y desconocimiento  del sexo. Ese error que cometieron tuvo dos nombres: hijo del pecado para ella y error de juventud para él.
A partir de entonces el maltrato llegó a su vida en forma de exclusión social y familiar. Tuvo que vivir sin aprender y aprender para vivir. Conoció a un hombre que la pudo hacer feliz, pero su madre, una gran Bernarda Alba, le encontró un buen marido, un hombre que lavaría su mancha y daría cobijo y casa a la descarriada y a su hijo. No tuvo opción.
Se casó, vacía de amor pero, con lealtad y resignación, acompañó a su marido para siempre.
Necesitaba reconstruir su vida, fabricarse una nueva, se sentía extraña en su propia casa, en su país y se exilió a Suiza donde tuvo que trabajar duramente. Despues de unos años, regresó y se encontró con un hijo mayor de edad, independiente y homosexual, y un país donde sigue sin encajar, donde sigue siendo una extraña, una emigrante. Un país al que sigue sin entender.
Para no sufrir se puso la máscara de la distancia, de la dureza y la indiferencia, de la supervivencia. Era una mujer buena, socarrona, divertida, cariñosa, viva... pero toda su vida estuvo llena de dolor. Fue presa del miedo y del rechazo, con sensación de fracaso y falta de cariño.
Aurora, como tantas mujeres de su generación, vivió rodeada de ausencia, vacía de amor, usada, maltratada,  limitada a los placeres, con velos en la cabeza y el alma. Les contaron que la felicidad existía pero para algunas

 fue una gran estafa.
Dos años de viudedad le regalaron lo que siempre soñó, acercarse  a su hijo. Tuvo la oportunidad de disfrutarle, de decirle que le quiere, de saber que la quería.

- ¿Tú me quieres?
 - Claro que te quiero, pero tú no me quieres.
- Claro que te quiero, pero tú no te lo crees.

Tras años de medirse, los dos alcanzaron el punto justo 
de unión, ese que da lugar al respeto, la comprensión 
y el cariño. Al  Amor eterno
Franco y el franquismo crearon una sociedad basada en el  temor, el miedo, el odio, el rencor, la censura, la ignorancia, el machismo, el desprecio a la mujer, el nacionalcatolicismo, el qué diran, la pacatería, la delación, la hipocresía... una sociedad de ricos y pobres,
de hombres y mujeres con una doble moral, convenientemente organizada para el uso y disfrute de unos pocos en las aberraciones del abuso continuo de poder.
A Aurora le marcó la vida un error pero fue Franco y su sociedad represiva y pacata la que se la amargó. El miedo que ejercía sobre toda esa generación ha seguido vivo en ella hasta el día de su muerte. Ella ha muerto pero el franquismo todavía sigue vivo en personas como Aurora. 
Creo que no ha habido ni habrá en muchos años
 una generación de mujeres como las que 
nacieron a principios del siglo XX. 
Un siglo que no ha dado tiempo al tiempo y ha corrido mucho dejando atrás muchas vidas en el abismo. 
Vidas que han pasado del río  a la lavadora, de vivir arrodilladas a vivir mecanizadas, 
de las manos agrietadas al lavavajillas,
 de la teta al potito, de lavar a tirar la menstruación, del catón al ordenador, de no ser a votar, de la cama al tanatorio... 
De la paz a la guerra, de la guerra a la paz ...
 que las ha convertido en  mujeres luchadoras, sufridoras, duras, longevas, distantes... estafadas por la felicidad.
Mujeres que ya casi no quedan, 
una generación especial que está a punto de desaparecer.
Aprendimos a decir madre, sabemos decir mamá dando forma a la palabra de la que siempre sale su rostro. Ese rostro que nos acompañará hasta el último suspiro.
Manuel, las flores de mi madre para la tuya... 
para todas las mujeres.
¡Te quiero!