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jueves, 12 de diciembre de 2013

dulcería Monasterio del Corpus Christi... Calle del Codo, 3. Convento de las Carboneras

Benditos dulces 
Convento del Corpus Christi
o
Convento de las Carboneras
Calle del Codo nº 3
28005 Madrid


En la Plaza del Conde de Miranda,
en el Madrid de los Austrias 
y en un convento de clausura,  
viven  las monjas  Jerónimas. 

Es el convento del Corpus Christi 
o  convento de las Carboneras, 
porque en él se guarda 
a la Inmaculada Concepción,
 
una imagen que apareció en una carbonería,
 la trasladaron al convento 
y se le atribuyen  milagros.
Ave María Purísima... 
reza una voz que sale del  portero automático.
Si dices las palábras mágicas... 
Vengo a por dulces
la pesada puerta se abre.
2zaguan
Y añade: 
Por las escaleras no , 
siga todo recto y al final encontrará el torno.

Caminas unos metros y un cartel te anuncia 
que vas por buen camino.
 
El sitio es bonito, muy limpio 
y austeramente coqueto.
 
Por fin divisas el torno y   
una voz te pregunta qué quieres.
Si te pones frente a él encuentras la lista de dulcerías y su precio.
Son pocas pero muy recomendables.
Con el trofeo en las manos deshaces el camino
 
 y de nuevo la vida real.
 A la que nada más llegar miras el paquete, 
 lo abres con premura.
y a zampar.
El convento además de dulcería posee obras 
de arte que de vez en cuando salen de paseo 
a airearse de la clausura.
En la Plaza del Conde de Miranda 
está la  calle del Codo
 
 que termina en  la Plaza de la Villa. Es una callejuela estrecha, irregular  y muy  corta, sólo mide 70 metros, pero... da mucho de si... ajustes de cuentas, riñas,  emboscadas, atracos... 
 Guia de estilo la capa Historia
 que se perpetraban con el disfraz de la época: capa y sombrero de ala ancha, una uniformidad que protegía la identidad del agresor cuyos delitos quedaban, a veces,  impunes o adjudicados a inocentes. 

 Ahora es una calle muy utilizada

 para el cine.
 Con sus profesionales retoques
 se han grabado
muchas historias de nuestra historia.

 
También sus paredes han sufrido las guarrerías  de Quevedo, Don Francisco,  que meaba frecuentemente, en la oscuridad de la noche o al alba,  ya de recogida y con la manía de hacerlo siempre en el mismo portal.
Porque según él, Lo que en la juventud se aprende, toda la vida dura.


El camino al cielo es largo pero mientras llegas, puedes tocar el cielo con las manos.
Desde la Calle Mayor, por la plaza de la Villa llegas a la  calle del Codo.
Seguida por la calle de Puñonrostro.

Todo desde la plaza del Conde de Miranda.
  Harold siempre que pasa por allí canturrea con alegría, porque le encanta entrar a comprar y las monjas SÍ le dejan...
Alacena de las monjas
Que te dan gloria bendita...


En el convento de las esclavas de Santa Rita Andan las monjas dale que dale por la cocina Con las sartenes y las perolas en los fogones Y las tinajas llenas de tortas de chicharrones. El torno rueda, rueda que rueda "Ave María" Y la tornera: "Pues sin pecado fue concebida" "¿Que quieres niño?" "¿Tiene usted dulce de calabaza?" "Recién salidos, da gloria verlos como la escarcha". A freír ya los pestiños Hermanas, que es Navidad Vamos a cantarle al Niño Con cariño y humildad Alacena de las monjas Que te dan gloria bendita Pastelillos de toronja y dulce de leche frita Se dice que fue la virgen que en sueños se apareció A la madre superiora y esta receta le dio: Medio kilo azúcar blanca Agüita del avellano Y al perol la calabaza Tres Salves, y un Padrenuestro y la gracia de tus manos, Tres Salves, y un Padrenuestro y la gracia de tus manos En el convento de las esclavas ¡Jesús que pena! Hay una monja con bulanicos en la cabeza Que por ser mala la Virgen pura como castigo Le ha retirado el don del almíbar a sus pastelillos Los niños juegan en Plaza Nueva a la rueda-rueda Igual que rueda la cabecita de la tornera Que por un dulce de calabaza, Dice la copla Que por un dulce de calabaza Se volvió loca. Queda la hermana tornera Vestida de Satanás Y fue a robar la receta del dulce de Navidad.

1 comentario:

  1. He comprado y probado las pastas de té, y son realmente excelentes. Volveré a por más.

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