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lunes, 12 de julio de 2021

El odio que no cesa...

 ¿Año 1985? Centro regional RTVE, Sevilla


.- Marisa, por favor, te llamo desde la caseta de entrada ¿puedes venir un momento?
Estábamos emitiendo en directo y no me apetecía moverme. “Hoy”, teníamos de invitado al “pope” Jordi Petit, que junto a mi amigo Manuel Cortés, fue/fueron de los primeros en la lucha por la visibilidad y derechos de homosexuales y lesbianas. Me interesaba mucho la entrevista, pero…
.-¿Qué pasa?
.- Nada. Este muchacho que quiere entrar y ya le hemos dicho que no puede. Quiere conocer a Jordi Petit
Lo que vi y lo que hablé con él no me dejó dudas.
.-Identificarlo, por favor, y dejarle que se venga conmigo.
Su imagen me había impactado. Él era un muchacho de aspecto infantil, tímido, asustado, encogido, balbuceante, con la boca seca, los ojos llenos de lágrimas y el temblor recorría su cuerpo.
Me lo llevé a un despacho donde nadie nos pudiera molestar, le di agua, nos sentamos, nos miramos y se vino abajo. Entre sollozos me explico que nadie sabía que estaba allí, que nadie conocía su sufrimiento, que necesitaba ayuda, que no veía salida y que por su cabeza rondaban nubes negras.
¿Por qué?
.- Creo que soy homosexual y tengo mucho miedo. En casa vemos la Tv en familia y mi padre lo hace con una pistola encima de la mesa. Cada vez que aparece alguien al que considera de poca hombría, coge la pistola, le apunta y hace como que le dispara y yo ya no puedo más. Tengo los nervios destrozados.
.-¿Lo sabe alguien de tu familia?
.-No.
.-¿Y tú, por qué crees que eres homosexual?
.-Porque me gustan los chicos.
.-¿Y las chicas?
.-No lo sé
.-¿Eres virgen?
.-Sí
.-Pues ya tienes deberes. ¡¡¡A follar!! y después decide.
¿Por qué has venido?
.-Porque he visto a ese señor (Jordi Petit ) por la tele y me he escapado del trabajo para conocerlo.
.-Bueno, mientras termina la entrevista vamos a ir a “Los monos” (un bar cercano donde quedábamos a tomar esa Cruz Campo helada y diaria.) Espérame aquí un momento, allí lo dejé y salí corriendo.
.-¿Has acabado?¿Puedes acompañarme?
.-¿A dónde?
.-No preguntes y ven, ahora lo entenderás.
Dejó lo que estaba haciendo y me acompañó. Era Tony, nuestro peluquero. Moderno, atrevido, sin complejos, divertido, descarado, amigo y compañero. Por el camino le conté la movida. Unas cervezas más tarde estábamos en una conversación fluida, distendida, sin censuras… Tony estuvo a la altura y su presencia fue fundamental. Aportó la frescura y el desparpajo necesario para normalizar la situación y conseguimos que por un momento él sonriera y dejara sus miedos aparcados y dormidos los monstruos.
Volvimos al Centro , conseguimos presentarle a Jordi Petit y dejé a los tres de charleta, tenían tanto de qué hablar.
.- Marisa, por favor, te llamo desde la caseta de entrada ¿puedes venir un momento?
.- Acaba de llegar.
Me dieron una caja inmensa y un sobre a mi nombre. Llegué a la redacción y el cachondeo, las preguntas maliciosas y las burradas no se hicieron esperar. Que divertido fue todo, pero yo seguía sin saber qué y de quién era aquello. Bueno, anuncié, lo primero el sobre. Lo abrí y había una nota. Era de él. Quería contarnos que por fin tenía claro que era homosexual, que ya lo sabían sus hermanos y amigos, que su padre estaba más relajado y él estaba feliz. Que nos daba las gracias y que venir aquel día le había cambiado la vida. Cuando subí la mirada pude ver caras de alegría y ojos emocionados. Abrí la caja, estaba llena a rebosar de polvorones de la Estepa y una carcajada colectiva rompió el momento drama. Los repartimos por todos los departamentos y a pesar de eso no se acababan nunca. Entre polvorón y polvorón hablamos de lo afortunados que éramos por poder vivir experiencias impagables, conocer a gente increíble, convivir con la diferencia, aprender de la vida…
Nunca supimos más de él ni cómo le fue, pero sí sabemos como le ha ido a otros que a diario son asaltados, maltratados, extorsionados, insultados, asesinados… Es un problema muy grave que la muerte de Samuel ha visibilizado, conmocionado y sido denunciada por todos los medios de comunicación, políticos y ciudadanía. ¿Con eso ya hemos acallado nuestras conciencias? Pues NO, es un problema que hay que resolver día a día ¡Basta ya de tanto hijo de cabrón y de tanta violencia machista!
El arcoíris brilla para todos, sino te gusta no es necesario que apagues el cielo...