el rayo que no cesa, 14Silencio de metal triste y sonoro,espadas congregando con amoresen el final de huesos destructoresde la región volcánica del toro.Una humedad de femenino oroque olió puso en su sangre resplandores,y refugió un bramido entre las florescomo un huracanado y vasto lloro.De amorosas y cálidas cornadascubriendo está los trebolares tiernoscon el dolor de mil enamorados.Bajo su piel las furias refugiadasson en el nacimiento de sus cuernosMiguel Hernández
el rayo que no cesa, 14
ResponderEliminarSilencio de metal triste y sonoro,
espadas congregando con amores
en el final de huesos destructores
de la región volcánica del toro.
Una humedad de femenino oro
que olió puso en su sangre resplandores,
y refugió un bramido entre las flores
como un huracanado y vasto lloro.
De amorosas y cálidas cornadas
cubriendo está los trebolares tiernos
con el dolor de mil enamorados.
Bajo su piel las furias refugiadas
son en el nacimiento de sus cuernos
Miguel Hernández