Buscar en este blog

domingo, 28 de abril de 2019

Mujeres prodigiosas, dícese de…



Fue amor a primera vista. Un problema cardiaco les presento pero “la amistad surgió por la química que se produjo entre nosotros” reconoció José Luis Sampedro, que en el 2008 publicó junto al cardiólogo Valentín Fuster un libro que nace de unas conversaciones que fusionan la ciencia con las humanidades, la sabiduría y el conocimiento de dos hombres que charlan sobre lo divino y humano  ante una mujer, Olga Lucas,  que escucha, observa y da forma a las palabras convirtiéndolas en  “La Ciencia y la vida”, un libro más que recomendable.
Tuve el privilegio de asistir a su presentación, que coincidió con el 90 cumpleaños de Sampedro, y fue emocionante escucharles hablar con tanta admiración, con tanto amor y respeto, entre dos portentos de generaciones con 26 años de distancia.
José Luis contó que por recomendación del Doctor, todos los días movía sus piernas pedaleando para ayudar a su corazón. El tiempo que pasaba encima de su bici lo marcaban los tangos que cantaba y que dedicaba a su madre, principalmente.
Aprendí esa lección y desde hace tiempo procuro pedalear todos los días, callada pero atenta a la TV y los programas que grabo para pasar estos ratos, que a veces se sienten eternos.
He empezado por un “imprescindible” de TVE2, “Tendiendo Palabras”, con María Moliner como protagonista, le tenía muchas ganas y no me ha defraudado. Un magnífico y premiado documental, dirigido, guionizado, realizado y producido  por Vicky Calavia, sobre una mujer que nos ha tenido, y nos sigue teniendo a varias generaciones pegadas a su “Diccionario de uso del español”, con el que hemos aprendido a conocer el significado de las palabras además de a usarlas gracias a sus definiciones, sinónimos,  etimología, expresiones, usos, frases hechas… con las que pretendía “conducir al lector desde la palabra que conoce al modo de decir que desconoce” y que de sobra ha conseguido.
Forma parte de la generación que se formó en la Institución Libre de Enseñanza donde, el filólogo de  la generación del 14,  Américo Castro Quesada, plantó en María las semillas de la expresión lingüística y la gramática. De ahí a aprender a sobrevivir con la ausencia del padre que se fue “a por tabaco” a la Argentina y la dejó huérfana con 14 años. Trabajó mucho y duro para ayudar económicamente a la familia, pero nunca dejó su formación. Una vida complicada que ayudada por su tesón y  carácter le ayudo a sobrevivir y destacar en un muno al que las mujeres lo tenían imposible. Pero ella, sola y sin mirar alrededor sabía que  "El diccionario de la Academia es el diccionario de la autoridad. En el mío no se ha tenido demasiado en cuenta la autoridad"... "Si yo me pongo a pensar qué es mi diccionario me acomete algo de presunción: es un diccionario único en el mundo”.

Como todavía me quedaba un poco de tiempo he pasado a la final de “Prodigios”. Un programa de TVE que busca sabia nueva entre las niñas y niños que aman el canto lírico, la danza  o los  instrumentos de orquesta. Ha sido una gozada ver como personas del nivel de Ainhoa Arteta, Andrés Salado y Nacho Duato valoraban con sencillez, educación, respeto y comprensión, además de aportar trucos o maneras de perfeccionar los defectos de cada participante, a los que animaban y potenciaban. Boris Izaguirre lo he encontrado menos estridente pero no me ha parecido acertada su elección como conductor del programa. Tampoco la de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, y no por ellos sino porque no entiendo por qué se excluye en un programa de RTVE a La Orquesta Sinfónica de RTVE , que además de mostrar a los ciudadanos la valía y el nivel que tiene la orquesta de todos, rebajaría considerablemente el coste final del programa.
 A la final llegaron tres niñas y tres niños, dos de cada modalidad. Para la final de finales hubo una nueva selección y eliminaron a las tres niñas. El elegido último fue Saïd Ramos, un  bailarín exquisito.
Ver la imagen de las tres niñas excluidas al lado de los tres niños elegidos me ha provocado preguntarme el por qué las mujeres no rompemos los techos de cristal, además de darme mucha ternura y empatía por y con ellas.

Me gustaría que alguien les hablara de María Moliner, María Callas, Anna Pávlova, Maria Anna Mozart  y tantas otras mujeres de la cultura que pese a las dificultades que la vida o los hombres les han puesto, lo consiguieron porque no sabían que era imposible.

Crear  algo diferente a los hijos ha sido muy difícil para las mujeres y aun lo sigue siendo, por eso ahora me voy a votar a los que nos ayuden a no tener trabas ni nos juzguen sin saber, a los que nos ayuden a no ser violentadas ni verbal ni fisicamente y nos dejen estudiar, trabajar, formarnos. Que luchen por lo público, igualar los salarios, los derechos y deberes. 
Porque  no queremos ser más ni menos,  queremos ser y ejercer como mujeres prodigiosas, que la suerte nos acompañe.