Marta Flich, T5, para no generar basura no hay que ensuciar.

GH es un programa de T5 en el que concursan anónimos o famosos, con un formato al que le cabe todo. Desde el insulto a la vejación pasando por el machismo, misoginia, homofobia, racismo,  bulling, grosería,  gritos,  lloros, odios, amores, borracheras, edredoning... De todo ello han hecho bandera y abuso, incluso de los sexuales como “presuntamente” parece que ha ocurrido.

Una  niña borracha y sin sentido es víctima de “algo” de lo que no es consciente. Este hecho se repite a diario en cualquier lugar del planeta pero no transciende porque muchas mujeres ignoran que han sido abusadas y violadas, porque en el lugar de los hechos  no hay cámaras grabando ni una cadena emitiendo en directo  las 24 horas del día .
 

GH es un plató de TV plagado de cámaras, micrófonos, confesionario con “cura” y muchos ojos vigilando y viendo lo que pasa y unos pocos eligiendo lo que se emite, porque lo que se ve son trozos de realidad, no la vida real.
El control de realización es el lugar donde llegan  las imágenes de todas las cámaras, el plano general de lo que está sucediendo. Desde allí se deciden las que salen en directo mientras se analizan, discuten y toman decisiones para sacar el máximo provecho de lo que está pasando en los futuros montajes que se emitirán en los distintos programas. Un equipo de profesionales constantemente atentos al desarrollo de la vida “en la casa”
Lo que está claro es que “algo” pasó, ellos lo vieron, ellos lo grabaron y ellos no lo pararon. En ellos incluyo a ellas, las mujeres que también lo vieron.
Y yo me pregunto ¿nadie se escandalizó?¿No hubo ni uno solo  de los que estaban contemplando la escena que se apiadara de esa chica? ¿Ninguno pensó que estaban viviendo en directo la comisión de un delito? ¿No les pareció abuso que un hombre consciente “jugueteara” con una mujer inconsciente  o por ser pareja él tenía barra libre para utilizarla?¿Que grado de moral, de ética, de compasión tienen estos profesionales? 

Por desgracia estaban ciegos de audiencia, audiencia y audiencia. Todo por la pasta, las audiencias, ser los primeros, no tener rival. ¿Posibles multas? No importan, siempre serán inferiores al dinero generado por el morbo y la bazofia.
Pasado el momento debieron de alcanzar la lucidez y  ahí es donde empiezan a tomar decisiones. ¿Para no salir perjudicados?
El cómo, dónde, cuándo y por qué explican a Carlota lo sucedido es un desatino,  pero obligarla a ver sola su estado y degradación, grabar su reacción con cámaras,  no abrirle las puertas cuándo ella ruega salir de allí agravan el problema. Pedirle que calle es crueldad inhumana. Como siempre en estos casos las víctimas terminan creyéndose culpables de todo lo sucedido y tardan en reaccionar.

El tiempo ha pasado y parece que aquello no motivó ningún cambio  en el  formato sino que cada vez llevan más al límite a los concursantes. ¿Qué sería de GH  sin broncas y excesos que son el motivo de su existencia? Los que por estrategia o personalidad huyen del enfrentamiento son denominados muebles que hay que expulsar. La deducción es muy simple.
 

Dos años después, la denuncia interpuesta por  la víctima,  ha puesto en primera página el suceso. Los ciudadanos, las redes se han encendido y han pedido que eliminen el programa y han presionado a las grandes marcas para que su dinero no siga manteniéndolo. En parte lo  han conseguido ¿Y ahora qué?  T5 está cabreada.

El programa Todo Es Mentira , Marta Flich, ha informado a la audiencia de que estos hechos, de la ya conocida como “violación” por todos los medios de comunicación, incluida T5 que “cuándo se dio cuenta de lo que había pasado” lo puso en conocimiento del juzgado , pasaron hace dos años y ahora otros están pagando las consecuencias. Pues claro, si son los mismos y tienen que ser responsables de sus actos, que han permanecido  en boca cerrada de Jorge Javier,    Ana Rosa, Sálvame y el resto de la cadena, por eso no nos hemos enterado hasta que ha estallado la bomba.

Afirmas, y yo también, que  la justicia dirá la última palabra,  pero "ahora bien" como dices tú,  los espectadores la han dado primero. Y han dicho que basta ya. GH es un programa de dudoso cumplimiento con las normas vigentes en materia audiovisual  y con los derechos y libertades reconocidos en la Constitución. Por eso las marcas tan libremente se anuncian como tan libremente  se desanuncian a petición del público que es el que las da de comer. No se estigmatiza al anunciante, se le pide que se una a la causa porque hay límites que no se deberían cruzar. Si hay o no guerra de audiencias es vuestro problema porque a mi el que me interesa es el de Carlota Prado.
Sois tan cutres que en vez de reconocer vuestros errores anunciais a bombo y platillo que no solo seguís siendo líderes sino que tenéis más audiencia. Sacáis pecho por aumentar la audiencia de la inmundicia. Sois tan incapaces de sentir el estercolero en que andáis metidos que tú has comunicado “la injusticia” con vehemencia, énfasis y pasión y el presentador del programa ha dicho durante la emisión y en un momento tan delicado, una frase de  graciosillo sin piedad "Es como cuando te lo hacen y no te das cuenta”.
 
Marta, te postulas en contra de todo tipo de acoso ¿tú has visto alguna vez el programa? Yo sí y  he sentido ese acoso y derribo constantemente y en sus diferentes formatos.Se nota que nuestra mirada es diferente.
 
¿Te has preguntado que habrías hecho si tú hubieras estado en ese control de realización o si hubieras sido la víctima? 

El desprestigio es vuestro, no busquéis culpables.Y ya sabes, para no generar  basura no hay que ensuciar.

P.D.: Para vuestro equipo de documentación: Las denuncias contra GH se amontonan y el equipo de documentación de el programa debe de estar tan ocupado que no os ha avisado de que la  CNMC anunció en noviembre que estaba «estudiando en profundidad los distintos programas de Telecinco en los que se emite el programa Gran Hermano VIP». El motivo de la sanción, según se explicó, fue «la entrada masiva de reclamaciones por la inclusión de contenidos de incitación al odio por razón de género, nacionalidad, discapacidad o religión».