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lunes, 6 de enero de 2020

¡Quiero un signo! No me contéis más cuentos... León Felipe

 






León Felipe o Felipe Camino Galicia de la Rosa,   
Nació en Tábara, Zamora un 11 de abril de 1884. 
Murióen México el 18 de septiembre de 1968
Pertenece a la Generación del 27













Un signo… ¡Quiero un signo!

I

«No me contéis más cuentos»

Ya se han contado todos.
Todos se han dicho y se han escrito.
Y todos se han ovillado y archivado.
Los ha contado el viejo patriarca,
los han cantado el coro y la nodriza,
los ha dicho un idiota, lleno de estrépito y de furia,
se han grabado en la ventana y en la rueda
y se han guardado en cajas fuertes las matrices.

Hay réplicas exactas de todas las tragedias,
discos fonográficos de todas las salmodias,
y placas fotográficas de todos los naufragios.
Ningún cuento se ha perdido. Estad tranquilos.
Se sabe que el poema es una crónica,
que la crónica es un mito,
la Historia una serpiente que se muerde la fábula
y el poeta doméstico el cronista del Rey y el Arzobispo:
el narrador de cuentos.

Todos se han registrado.
Y todos están vivos todavía. Ahí pasa el pregonero:
“¡Cuentos!… ¡Cuentos!… ¡Cuentos!…”
Es aquel viejo narrador de sombras y de risas
que ahora pregona cuentos.
Pero yo no quiero cuentos…
No me contéis más cuentos.

II

«Sé todos los cuentos»



Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos.

III

«El dulce cuento de la rosquilla»

CONTAR es enumerar y referir.
Tú cuentas: uno, dos, tres…
Él cuenta: un cuento, dos cuentos, tres cuentos…
Cuentas… cuentos… ¡Todos sabéis contar!
Pero al final de cuentas sólo contáis un cuento:
el dulce cuento de la rosquilla nada más!
Porque la serpiente se chupa el caramelo de la cola
y se lo chupa el Hijo Pródigo…
y el último caballero del Graal…
y el miedo y el feto y la impotencia…
y la voluntad desmayada del capitel barroco y aplastado de la Catedral
y el vendaje diamantino de la momia…
y el del sudario primero de Lázaro -primero y provisional-;
y la cinta dorada de la gorra…
y la hebilla de la espuela…
y el cíngulo de nieve y de sal
de la mujer de Lot, y el rosario…
y el balduque del legajo revolucionario y constitucional…
y la cincha anillada de onzas y de balas
que ornamenta y sostiene el heroico vientre satisfecho del General…
y la ciega mula democrática,
y el toro fugitivo y fogueado que volverá a dormir en el corral,
y la antigua muralla de la China
y la nueva ciudadela del Kremlin…
y la gran estola cuaresmal…
Y la escalera se lo chupa también: (los que bajaron subirán y los que subieron volverán a bajar).

IV

«Trampas»

TRAMPAS de redes y lazos
son los cuentos
con los que me ovillan a la tierra
y con los que me cercan en el tiempo;
o un estanque…
o un espejo
donde yo me repito
y me reflejo.
Romped,
romped todos los cuentos
que no quiero verme
en el tiempo
ni en la tierra
ni en el agua sujeto.

V

«Contadme un sueño»

AHORA estoy de regreso, he llegado hace poco,
soy nuevo en la ciudad, y esto quiero decir:
Me durmieron con un cuento…
Y me he despertado con un sueño.
Voy a contar mi sueño, narradores de cuentos.
Voy a contar mi sueño.
Es un sueño sin lazos
sin espejos,
sin anillos,
sin redes,
sin trampas… y sin miedo.

VI

«Oíd»

SOÑÉ… ¡Sueño!
No soy un cuento
Vengo de más lejos…
¡Soy y vengo del sueño!
Y digo que soñar es querer, querer, querer, querer,
querer…
querer escaparse del espejo
querer desenredarse del ovillo,
querer descoyuntarse
de la dulce rosquilla de los cuentos,
querer desenvolverse… prolongarse…
soñar es decir 4 veces,
44 veces
4.444 veces, por ejemplo:
Yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
verme en el tiempo
ni en la tierra
ni en el agua sujeto;
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
«Quiere el hilo,
sueña el hilo
en la espadera,
sueña el hilo
que saldrá,
algún día…
¡un buen día!
hecho manto
de telar»

Lo que pasó bajo la curva de los cielos
se prolonga bajo los huesos de mi cráneo.
(¡Hay algo nuevo bajo el sol!)
Lo que soñé en la tierra y en el vientre fecundado de
mi madre
lo sigo aquí ahora sobre la piedra oscura de mi
almohada.
¡Fue mi semilla que quiso ser espiga
y soy espiga que sueña en ser pan ázimo»

VII

«El gusano»

Soy gusano que sueña… ¡que quiere!
-Contaré el sueño del gusano.

Narradores de cuentos, el gusano
no se chupa el caramelo de la cola. No es un cuento.
Es un sueño que camina.
Repta.
Y deja sobre la hierba oscura
una secreción viscosa… y fosforescente;
un hilo glutinoso… y lumínico
¡lumínico! La baba es una estela. Anotad esto bien.
Cavad aquí para marcar una señal,
clavad aquí una estaca, aquí, aquí;
que aquí sobre esta tierra… sobre la Tierra,
sobre este gran ovillo devanado con baba,
sobre la estela verde que segregó el gusano,
sobre el sudor oscuro que vertieron sus glándulas,
sobre su llanto ciego de semilla y de feto,
sobre los restos de su capullo y su sarcófago,
sobre la ganga adámica de su morada mística,
sobre el cascarón roto de su bóveda abierta
y sobre los escombros de su Iglesia podrida
levantaremos un día nuestra casa,
nuestra ciudad y nuestro vuelo.
¡Dios nos guía!
Porque el gusano no es cuento, narradores de cuentos,
es un signo… un sueño…
un sueño alegre que empezamos a descifrar.

VIII

«Quiero… Sueño…»

No me contéis más cuentos.
Contad
y recontadme este sueño.
Romped,
rompedme los espejos,
deshacedme los estanques,
los lazos,
los anillos,
los cercos,
las redes,
las trampas
y todos los caminos paralelos.
Que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que me arrullen con cuentos;
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me sellen la boca y los ojos con cuentos;
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me entierren con cuentos;
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero verme clavado en el tiempo,
que no quiero verme en el agua,
que no quiero verme en la tierra tampoco,
que no quiero verme a su ovillo como un hilo de baba sujeto…
Quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento.
Quiero, ¡quiero!… sueño… ¡sueño!…
Soy gusano que sueña … y ¡sueño!…
¡verme un día volando en el viento!


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