La vida nos sitúa al nacer en un lugar concreto y determinado. Continente, país, ciudad, barrio,  clase social, economía, familia o sexo, y de ahí derivamos a una tribu urbana o grupo social de determinadas características similares a las nuestras.
Podríamos decir que el primer lugar lo ocupa la clase social  unida a la económica, cada día más deteriorada, ya que aquí sobrevive la aristocracia venida a menos, sin cash, pero con agrietados castillos en el aire a punto de derribo. El segundo lugar  está ocupado por la clase económica que no siempre va en sintonía con la social. Si esto sucede, son excluidos y detestados por los primeros por falta de clase. En tercer lugar, estamos el resto, hasta arriba  de clases de gentes y  gentes con clase.
Por discreción y protección,  la gente bien no ha sido  dada a la exhibición pública. De muy pocos  se ha sabido dónde y cómo viven, cómo son sus casas, el dinero que tienen o sus escándalos y amoríos . Datos y situaciones que protegen con seguridad privada y cláusulas de confidencialidad en los contratos a terceros. Los trapos sucios se lavan en casa.
Cuándo la situación se complica, el silencio, los despidos, un aborto, el dinero, un premio, una llamada a la prensa, una buena donación, un juez amigo, un viaje o el político de turno se han ocupado de lidiar discretamente con sus abusos, escándalos financieros o líos de faldas o pantalones que terminan, si no queda otro remedio,  en la revista de cabecera blanqueando la navidad y mostrando la unidad familiar y su amor a dios y al prójimo. 
La gente con clase, de toda la vida de dios, viven en un mundo endogámico desde el que se protegen, se cubren, se casan y viven en el más absoluto mutismo o como mucho un comunicado. Para no aburrirse, abren el circulo en momentos puntuales, en el que un flamenquito, una miss, un cantante, una política, un financiero, un obispo, un periodista, un juez o un gracioso es contratado para alegrarles el día, pedirles un favor o   sacarles una información.
Al salir, al elegido, el chofer  le abre la puerta a una persona nueva, distinta de la que llegó. Esa noche duerme con otro yo, su vida ya no será la misma, le ha costado que le invitaran, pero una vez que entras ya perteneces al círculo. 
El despertar les despoja del maquillaje, las lentejuelas, las promesas y los halagos que les llevan a su quehacer diario donde la magia desaparece y el rey va desnudo. Acaban de descubrir que la gente bien no se mezcla, utiliza. 
Ese era el mundo en el S XX. Pero todo esto ha cambiado a la misma velocidad que el ingreso en las familias reales de plebeyos, que están renovando el color de la sangre  azul que estaba muy deteriorada, mezclándola con roja. Un trampantojo cromático, vamos.
Ahora, los niños pijos, siguen siendo  niños de papá pero también de internet, los selfies, la cirugía estética , el aquí y ahora o el dinero fácil, saltan al mundanal ruido a cambio de la exhibición minutada de su día a día, que les ha llevado a vulgarizarse, a ser como uno más a pesar de lo que este mundo conlleva.
Les encanta firmar autógrafos,  verse queridos, alagados, seguidos, imitados, copiados.  Ese todo gratis diario que les lleva de viaje, les invita a cenar, les regala vestidos, perfumes, coches, casas, programas de televisión, fotógrafos, maquilladores, operaciones, nuevas compañías, conciertos, portadas de revistas o entrevistas que alagan y alimentan su ego, su bolsillo, su ambición, su soberbia, su unicidad. Pisan fuerte, y sin complejos nos regalan su incultura general sin cortarse. Solo hace falta una buena materia prima a la que darán forma un buen equipo y una ambición desmedida.
Ahora está de moda una mujer que por su sangre corren litros de aristocracia, viñedos, dinero y ruina, ascenso y descenso social, matrimonios y divorcios, escándalos y calabozos, gente con clase y advenedizos, religiosos y creyentes de aquella manera, férreos defensores de la moral frente a defensores de la ética, amantes de la noche y amantes del día… todos ellos muy bien envueltos en papel cuché. Tras un análisis de sangre se hizo un “quítate tú pa ponerme yo” desbancando a la familia y a La Reina de la película por La Marquesa de la serie. Toda ella es un alardeo de estatus y una exhibición de dinero, poder y creencias, impúdica en estos tiempos en los que miles de personas están sufriendo carencias devastadoras y problemas insalvables. Así, que menos rosarios y más solidaridad, pudor y coherencia, a ver si terminas viviendo como dices que piensas y no pensando como vives.
De un retiro espiritual salió reforzada su alma y pensó en desposarse con Dios. Mientras se decidía, jugó a ser mortal. Aprovechó su imagen limpia y aseada que unida a una bonita sonrisa y conjugada con dosis de  inocencia, ingenuidad y frescura fueron, en un principio,  sus armas de seducción. Como resultaban impropias de una mujer madura criada a los pechos de la exhibición y la farándula, se le añadió una gran dosis de religiosidad, frivolidad y una promesa de amor eterno con un bon vivant terrenal, que resultó un coctel explosivo, expuesto a pasarle factura en este mundo, que por mucho que se empeñe, no es de color de rosa. ¿Ciega a la realidad? y desprotegida de su estatus,  cuando las cosas se tuercen acusa al seguir de perseguir, a la prensa de  acosar, a la entrevista de fuera de contexto, o a la cercanía con el "llámeme SEÑORA".
Ha cambio de convertirse en producto vendible, ha conseguido estar donde quería aunque ya no se pertenece. El dinero y el poder han reforzado  sus deseos de  influencia, ambición y  soberbia, alimentando su  ego y su bolsillo. Su vida de diseño, es una pasarela de propiedades, marcas, ropas, cocinas, joyas y mensajes…que cuando la veo metida en faena no encuentro la diferencia entre ella y Omar Montes, cuando nos vende y se vende, adornada con gola de segunda mano sobre su estirado cuello, a punto de sacar sus plumas de pavo real a pasear por los mercadillos virtuales.
Me siento incapaz de entender lo que dice o interpretar lo que quiere decir, así que no voy a explicarle, vaya a ser que no me entienda, que no es lo mismo la gente bien que la gente de bien.    
P.D: Recuerda que ese alardeo de estatus y exhibición impúdica de poder y creencias, es impropio de la gente con clase
Esos rezos a destiempo, que lavan conciencias e imagen, deberían ser privados y denotan complejos de ...
https://youtu.be/h0Tb9VtVzVE
C Tangana: un veneno
Esta ambición desmedida 
Por las mujeres la pasta y los focos 
Me está quitando la vida 
Muy poquito a poquito poco 
Me pregunta la prensa 
Puchitoooo ¿cuál es la maña? 
Sin cantar ni afinar 
Pa q me escuche toa España 
Es un veneno que llevo dentro 
En la sangre metido 
Que va hacer que me mate 
Sin que me hayas siquiera querido 
Lo hice por ti 
Yo he nacido bohemio 
Pero tu amor me ha cambiado 
Ahora quiero triunfar y ganar 
Y salir en la tele y la radio 
Es un veneno cruel y violento 
Que estáis alimentando 
Que va hacer que me mate 
Mientras todos seguís ahí mirando 
Lo hice por ti 
Aun recuerdo al chaval hambriento 
que no invitábais al baile 
Antes cuando era inocente antes 
Pero antes yo no era nadie 
Y ahora tol dia metido en farra 
Escapando palante 
Intentando olvidarte 
Toreando recuerdos que arden 
Es un veneno que llevo dentro 
En la sangre metido 
Que va hacer que me mate 
Sin que me hayas siquiera querido 
Lo hice por ti
 
