Madrid
Miércoles, 21 de agosto
Plaza Santa Ana
De tapeo con mi amiga Susana del Pino
16:30
Ya estábamos a los postres. Hacía calor, pero habíamos encontrado una mesa con "chorritos", de esos que esparcen agua "chirimiri" y crean un micro clima humedo y fresquito, que podríamos cantar con Estela Reynolds aquello de: Aquí se está fresquibiris, fresquibiris, fresquibiris. y da muchos gustibiris, gustibiris, gustibiris.
Bueno que me descentro. A lo importante. El sonido de una sirena de ambulancia se pone tan insistente que miramos a ver qué pasa.
.-Parece que hay un atasco y la ambulancia se ha quedado parada.
.-Sí, y no se mueven. Que putada, como sea muy urgente.
.-Mira, mira, ese camión está recogiendo un contenedor. Susana se había percatado de que un camión del ayuntamiento estaba tan tranquilo haciendo sus labores de limpieza.
.- ¡No es posible que sea él el que está provocando el atasco!
.-Sí Marisa, yo creo que es él.
Habían pasado ya unos minutos y vemos que los coches empiezan a moverse.¡Por fin! perdemos a la ambulancia de vista y la sirena deja de sonar.
.-Que barbaridad, pero bueno ¿qué habrá pasado?
El camarero, un hombre maduro, agradable, atento y muy buen profesional, que nos atiende siempre que vamos, se acercó por si necesitábamos algo.
.-¿Sabes qué ha pasado? La verdad es que es una mala calle y los atascos en estas situaciones...
No dejó que termináramos.
.-No, si la culpa ha sido del camión del ayuntamiento.
.-¿Ves, ya te lo decía yo. Me dijo Susana mirándome alucinada y él siguió con su relato.
.-Primero había un poco de atasco pero se resolvió y ví que el camión estaba descargando un contenedor. Me acerqué y vi al conductor a su bola. Le llamé a la puerta, bajó la ventana y le dije: O te bajas o te bajo. Pero tú estás loco. ¿No escuchas la sirena de la ambulancia?
.-Pues no. Llevo la música a tope, estoy con el aire puesto y por eso tengo las ventanillas subidas.
.-Pero que no puedes estar aislado. Que tienes que estar atento a lo que está pasando ¿O no te sabes el código de la circulación? ¿Y si fuera tu hijo el que va en la ambulancia?
.- Oye tío, que estoy trabajando.
.-Como ya había terminado y estaba abrumado por mi actitud y la de varios ciudadanos que le estaban observando e increpando, precipitó su huida, continuó
.-No entiendo tanta falta de humanidad, siguió diciendo. Qué nos está pasando. Cada día noto la degradación y el egoismo que nos está invadiendo. A dónde vamos a llegar.
Estas son las reflexiones de un hombre bueno que no se pensó dos veces intentar poner cordura en un egoista insensato. Este mundo necesita muchas personas como él. Que ayudan sin preguntar a quién.
Gracias, Jaime. Ojalá sigamos tu ejemplo. Y si lo veis, brindar por y con él. Nosotras ya lo hicimos.
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