Eligieron, estudiaron y juraron salvar vidas. Los sanitarios públicos solo son profesionales cumpliendo con su deber. ¿Héroes? Sí, porque lo han hecho por encima de sus posibilidades enfrentándose a lo desconocido, sin saber hacia dónde ir, al azar, sin medios, horarios…arriesgando sus vidas y equilibrio emocional. Su generosidad y profesionalidad no se compensan con aplausos y “Gracias”. Los ciudadanos deberemos de estar a la altura para cuándo acabe la tragedia cuidemos sus cuerpos y almas con el mismo esmero y la misma entrega que ellos nos han regalado, porque eso no estaba en el contrato. Sin olvidarnos de defender sus puestos de trabajo, medios y emolumentos como nos corresponde a una ciudadanía agradecida y justa.
A ver si aprende la clase política, funcionarios públicos de elite, del ejemplo que nos han dado mujeres y hombres con distintas ideologías, sensibilidades, ética y cultura pero con un objetivo común.
El de ellos es preocuparse de sanar nuestra economía y equilibrar los infortunios pero parece que a pesar de sus juramentos y promesas carecen de la voluntad y entrega que un profesional debe de tener para cumplir con su deber. ¿Villanos? Sí, porque cumplen con todos los requisitos que define su actitud... Ruin, indigno o indecoroso.
España, una vez más, entre héroes y villanos.
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