17 de octubre de 1978
La idea de crear una librería de mujeres que fuera también lugar de encuentro en fase feminista surgió hace alrededor de un año de un grupo de mujeres de Madrid. Se eligió la fórmula de cooperativa para realizar el proyecto y se empezó a captar accionistas, Al principio, la participación mínima se fijó en 20.000 pesetas, pero, para evitar que la cuestión económica fuera un impedimento, se decidió que ésta podía ser individual o compartida por dos, tres o hasta cuatro socias. Actualmente en la relación de cooperativistas figuran más de doscientas mujeres; de partidos, sindicatos, de diversas organizaciones feministas y mujeres independientes. Desde Carmen Díez de Rivera a Juana Doña, Cristina Alberdi, Manuela Carmena o Francisca Sauquillo. La única discriminación que se observa es la sexual: ni un hombre cooperativista.«Hemos preferido que los hombres no participaran como una garantía de independencia, para asegurar que la Librería sea de la mujer y para la mujer. Por ese mismo motivo tampoco se ha buscado ayuda de ningún partido político o sindicato.»
El proyecto duró hasta 1985.
En 1986 tres mujeres retoman el local y la idea y en 1988 Madrid tiene de nuevo una librería de mujeres. Una librería nueva, que es lo mismo, pero no es igual.
Vivo en el centro desde 1990 y desde entonces la Librería de mujeres es mi vecina.
Es una librería pequeña con libros sólo de mujeres, una librería feminista. Allí empecé a rehacer la mía, que perdí con la separación. Abrí una cuenta, algo que siempre me ha gustado tener, dónde ingresas todos los meses un dinero que vas acumulando para ese día que necesitas comprar tú imprescindible.
Pero mi alegría duró poco. No hubo feeling. Había una empleada a la que no le gustaba que le pidiera libros que no estaban en sus estanterías y poco a poco dejé la cuenta y dejé de comprar. Mi relación con la librería pasó a ser esporádica y hace años que no la piso.
Un día paseando con Harold cerca de la Plaza de Oriente ví libros en el escaparate , entré y me comentaron que eran de literatura de mujeres. Era una nueva librería que abrirían en unos días.
Me encantó la idea y pronto descubrí la que ahora es MI LIBRERÍA y también que estaba regentada por Ana, una mujer inteligente, culta, acogedora y siempre con una generosa sonrisa. Una sabia librera a la que conocía desde hace años y con la que siempre tuve una gran empatía y por la que siento un profundo respeto y admiración.
Espaciosa, acogedora, bonita, amigable, atractiva, seductora...
Fue todo tan fluido que les dediqué este post .
Desde que la pisé todo han sido facilidades. He abierto una cuenta y pida el libro que pida, nunca hay problema. Además tienen muchas actividades interesantes de las que me informan puntualmente.
Hoy he recibido un comunicado firmado por La librería de mujeres y no me lo podía creer. Empecé a hilar y comprendí muchas cosas que andaban sueltas en mi cabeza.
No voy a entrar en temas que no me competen pero he de decir que NUNCA he escuchado en Mujeres & Compañía nada sobre otras libreras o librerías.
Acusar de competencia desleal a una librera por abrir una librería, utilizar la palabra mujeres si es feminista o hacer una agenda me parece paranoico. Siguiendo su lógica todos los años deberían denunciarse, por plagio y por ejemplo, los distintos colectivos de bomberos, policías o amas de casa que publican calendarios practicamente iguales todos los diciembres.
Dejar acusaciones en el aire contra compañeras, mujeres contra mujeres, me parece lamentable. Para acusar hay que tener pruebas, sin pruebas no hay delito. Me alegra que hayan decidido denunciar porque ya sabrían con certeza de dónde les viene lo que consideran hechos delictivos. Denunciar es lo que hay que hacer SIEMPRE.
¿Cómo no se les ocurrió antes?
La competencia es sana, la incompetencia mata
y los celos enferman.
Los negocios viven o mueren en función de cómo se gestionan. La primera Librería de mujeres murió después de 7 años ¿y? . La segunda lleva 27 años (no 36) y otra libreria, un nombre o una agenda no van a matarla.
Si muere será de muerte natural.
y los celos enferman.
Los negocios viven o mueren en función de cómo se gestionan. La primera Librería de mujeres murió después de 7 años ¿y? . La segunda lleva 27 años (no 36) y otra libreria, un nombre o una agenda no van a matarla.
Si muere será de muerte natural.
Mujeres, tengamos la fiesta en paz.
¿No tenemos suficiente con lo que tenemos?
Y seamos feministas, no vivamos del feminismo.
Y seamos feministas, no vivamos del feminismo.
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