Buscar en este blog

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Próxima estación ESPERANZA.


Próxima estación ESPERANZA.

Anoche me acosté intranquila, pulse el botón mágico “Radio Clásica” de mi receptor y quise  olvidarme del mundo. Lo conseguí pero el inconsciente me ha despertado y me ha puesto la radio, la tele, la prensa, el ordenador, las gafas… y la actualidad se ha hecho carne. Sabe que lo importante no se duerme, se vive.
Ante tan temprano despliegue, un ojiplático Gabo desde su atalaya reclamando mimos, calorcito y chuches. Al lado un gran vaso rebosante de té verde con naranja y jengibre, os lo recomiendo está increíble, y  2 “muffins” que para la ocasión y sin que sirva de precedente los llamaré así. No me convienen nada, son tóxicos y engordan, pero… es lo que hay.
Muchos años, toda una vida pendiente del mundo pesan, la realidad es la que es y no sirve de nada echarla a dormir, se analiza, se siente, se toma nota  y se aprende. No me la puedo perder.
Si algo  inquieta,  atormenta o  perturba es la noche americana. Una velada larga y azarosa en la que los ánimos han pasado de buenos a  malos o regulares dependiendo de los intereses del receptor. Tanto para un final impreciso.
Libre de virus y  fronteras  el mundo ha viajado a distintas velocidades por el mapa americano y el camino más corto ha sido el de los periodistas y corresponsales, que han informado segundo a minuto de los vaivenes numéricos que van a marcar los próximos 4 años de la humanidad.
Abrumada, inquieta y cansada recordé que empecé la noche con subidón y feliz. En la era de las noticias falsas, un amigo periodista me anunciaba una: contrastada, verificada y de buena fuente, la mejor, él mismo. Estaba embarazado de dos meses.
Así de sopetón, desde fuera y sin pensar puedes creer que está tan loco como el mundo, como el virus, los políticos, la economía,  el clima,  el confinamiento o los valores… y su decisión de traer un hijo al mundo en estas circunstancias es, aparentemente, frívola, inconsciente, egoísta o inoportuna.
Pero sé que no, que va a ser el mejor padre, porque a todo le pone empeño del bueno y conciencia. La emoción, delicadeza y cariño que  puso al contármelo salía de las entrañas. Del deseo perseguido y conseguido. Ya había visto la primera imagen y había escuchado su latido, por fin iba a ser padre el resto de su vida. En la noche más disputada por los Estados, él había elegido el mejor y paró su tren en el de buena esperanza.
El té se estaba enfriando, tenía hambre y ahí estaban los dos "muffins" mirándome a ver a cuál  escogía. No fui capaz de decidirme. Puedes equivocarte al elegir entre lo malo y lo peor, pero nunca te equivocas cuándo manda el corazón, la vida y el amor. Así que decidí tirarlos y coger dos magdalenas que les tengo más confianza.
Para Laura y Gonzalo Barroso
💜💜💜💐🥂💜💜💜💜💜💐🥂💜💜💜💜💜💐🥂💜💜💜💜💜💐🥂💜💜



 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario