HACE 26 AÑOS ...
Rock Hudson, el actor de Hollywood que constituyó el sueño del perfecto galán para millones de mujeres de todo el mundo en los años cincuenta y sesenta, murió ayer en su domicilio de Beverly Hills, en Los-Ángeles, víctima del SIDA, a los 59 años de edad. Hudson, que representó hasta el final su imagen que el público reconocía de la pantalla, confesó que era víctima del incurable síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) el pasado julio, cuando viajó a París para atajar la enfermedad. Hudson medía casi dos metros, y su musculatura y buena presencia fue el motor de su carrera. Al morir, pesaba menos de 50 kilos. Su fin ha servido, con la amplia repercusión que ha tenido sobre todo en EE UU, para incrementar la atención sobre esta extraña enfermedad, que se ha convertido en la peste de los años ochenta. ©tve
El actor Rock Hudson falleció el 2 de octubre de 1985. Víctima de la enfermedad del Sida, Rock Hudson se convirtió en uno de los responsables de la concienciación colectiva del peligro de esta enfermedad.
Rock HudsonFoto de dominio público
Hemeroteca de La Vanguardia
Fue el primer personaje mediático que hizo público su estado de enfermo seropositivo. Despertó la alarma social: nadie era inmune al virus del Sida. Ni siquiera el galán e icono de la masculinidad Rock Hudson. La Vanguardia del 3 de octubre de l985 lo explicaba así: "Rock Hudson, de 59 años, pasará seguramente a la historia como el primer "personaje" que muere víctima de una enfermedad hasta hace poco totalmente desconocida: el Sida".
Un "chico puro"
Rock Hudson trabajó en más de 60 películas, junto a estrellas como Elizabeth Taylor o James Dean. Estuvo nominado al Oscar de la Academia y, para sus fans, era el "perfecto galán". Su papel más recordado es el del serial Dinastía, donde un apuesto Hudson intentaba conquistar a la siempre coqueta Linda Evans. Lo tenía todo para ser el perfecto hombre americano. La revista Look dijo de él que sus virtudes (musculatura perfecta, casi dos metros de altura, pulcritud, caballerosidad y belleza) le hacían ser el paradigma del "chico puro".
Pero la realidad se alejaba de los papeles que Hudson solía interpretar. No era el perfecto amante y conquistador de mujeres. A Hudson le gustaban los hombres, y no podía reprimir su deseo y sus escarceos amorosos y secretos. Su representante, con el temor de que un Hudson homosexual rompiera la visión de icono sexual de masculinidad del actor y truncara su carrera, hizo que Hudson se casara con su secretaria, Phyllis Gates. El matrimonio duró tres años. Ni toda la industria de Hollywood pudo ocultar que Hudson fuera gay (aunque lo consiguió por más de 40 años), ni todo el oro del mundo podía evitar que la vida del actor se consumiera por culpa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
El actor que puso rostro al sida
La noticia enfermedad pilló de sorpresa a todos, aunque de una forma relativa, ya que el deteriorado físico del actor revelaba que su salud menguaba cada vez más. Pesaba 50 kilos, tenía pronunciadas ojeras y se veía como había envejecido en un corto espacio de tiempo. La crónica de la época rezaba así: "Hace unos meses se descubrió, en medio de un gran escándalo informativo y publicitario, y para shock de muchos de sus fans, que Rock Hudson se encontraba en un hospital de París, sometiéndose a un innovador y revolucionario tratamiento, todavía no existente en los Estados Unidos, para curar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida."
Soprendidos, estupefactos y escandalizados se quedaron los fans del actor cuando se reveló que había contraído la enfermedad, que empezaba a ser la gran epidemia de la década de los 80. La sociedad americana vio como debía replantearse el tema del Sida y la homosexualidad. Si el gran Rock Hudson era gay, ¿quién podría no serlo? Y si él, que tenía todo lo que un hombre puede soñar, no había podido evitar el Sida, ¿quién más podría tenerlo?
Todo tipo de ampollas se levantaron en el mundo de la interpretación. Los actores pedían límites en las escenas íntimas. Linda Evans puso el grito en el cielo porque había rodado una escena de beso con Hudson en la serie Dinastía (posteriormente, la actriz desmintió esta información). Una población desinformada pedía responsabilidades a una enfermedad incurable que hacía estragos en todo el mundo.
Su muerte
Aunque Hudson se sometió a todo tipo de cuidados médicos, no pudo evitar el incurable Sida. Dicen que sus últimos días los pasó en estado de semiinconsciencia, esforzándose por no romper a llorar, hablando del pasado. Y es que cada día que pasaba podía ser el último.
Su cadáver fue hallado por una de sus enfermeras, tirado en la habitación de su mansión de Beverly Hills. Acababa de ser dado de alta del hospital porque ya nada se podía hacer. Su representante anunció su muerte, en medio de un dramático llamamiento de la familia para que los amigos y fans del astro colaboraran con fundaciones que luchaban contra esa enfermedad. El cadáver de Hudson fue incinerado, y sus cenizas esparcidas por el océano, según su deseo.
Entre las estrellas de Hollywood despertó todo tipo de reacciones. Su amiga Elizabeth Taylor, muy apenada, destacó la lucha de Hudson contra la enfermedad. "Gracias a Dios, no ha muerto en vano", dijo la actriz. Doris Day, otra de sus grandes amigas, declaró: "Estoy muy triste y no puedo pensar en otra cosa. Su final ha sido muy cruel". Sin embargo, la crónica de La Vanguardia destacaba unas palabras que Hudson solía decir: "Si muero hoy por lo menos nadie me puede quitar los buenos ratos vividos." http://enmemoria.lavanguardia.com/historia/rock-hudson-1925---1985-el-actor-que-puso-cara-al-sida.html
Un "chico puro"
Rock Hudson trabajó en más de 60 películas, junto a estrellas como Elizabeth Taylor o James Dean. Estuvo nominado al Oscar de la Academia y, para sus fans, era el "perfecto galán". Su papel más recordado es el del serial Dinastía, donde un apuesto Hudson intentaba conquistar a la siempre coqueta Linda Evans. Lo tenía todo para ser el perfecto hombre americano. La revista Look dijo de él que sus virtudes (musculatura perfecta, casi dos metros de altura, pulcritud, caballerosidad y belleza) le hacían ser el paradigma del "chico puro".
Pero la realidad se alejaba de los papeles que Hudson solía interpretar. No era el perfecto amante y conquistador de mujeres. A Hudson le gustaban los hombres, y no podía reprimir su deseo y sus escarceos amorosos y secretos. Su representante, con el temor de que un Hudson homosexual rompiera la visión de icono sexual de masculinidad del actor y truncara su carrera, hizo que Hudson se casara con su secretaria, Phyllis Gates. El matrimonio duró tres años. Ni toda la industria de Hollywood pudo ocultar que Hudson fuera gay (aunque lo consiguió por más de 40 años), ni todo el oro del mundo podía evitar que la vida del actor se consumiera por culpa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
El actor que puso rostro al sida
La noticia enfermedad pilló de sorpresa a todos, aunque de una forma relativa, ya que el deteriorado físico del actor revelaba que su salud menguaba cada vez más. Pesaba 50 kilos, tenía pronunciadas ojeras y se veía como había envejecido en un corto espacio de tiempo. La crónica de la época rezaba así: "Hace unos meses se descubrió, en medio de un gran escándalo informativo y publicitario, y para shock de muchos de sus fans, que Rock Hudson se encontraba en un hospital de París, sometiéndose a un innovador y revolucionario tratamiento, todavía no existente en los Estados Unidos, para curar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida."
Soprendidos, estupefactos y escandalizados se quedaron los fans del actor cuando se reveló que había contraído la enfermedad, que empezaba a ser la gran epidemia de la década de los 80. La sociedad americana vio como debía replantearse el tema del Sida y la homosexualidad. Si el gran Rock Hudson era gay, ¿quién podría no serlo? Y si él, que tenía todo lo que un hombre puede soñar, no había podido evitar el Sida, ¿quién más podría tenerlo?
Todo tipo de ampollas se levantaron en el mundo de la interpretación. Los actores pedían límites en las escenas íntimas. Linda Evans puso el grito en el cielo porque había rodado una escena de beso con Hudson en la serie Dinastía (posteriormente, la actriz desmintió esta información). Una población desinformada pedía responsabilidades a una enfermedad incurable que hacía estragos en todo el mundo.
Su muerte
Aunque Hudson se sometió a todo tipo de cuidados médicos, no pudo evitar el incurable Sida. Dicen que sus últimos días los pasó en estado de semiinconsciencia, esforzándose por no romper a llorar, hablando del pasado. Y es que cada día que pasaba podía ser el último.
Su cadáver fue hallado por una de sus enfermeras, tirado en la habitación de su mansión de Beverly Hills. Acababa de ser dado de alta del hospital porque ya nada se podía hacer. Su representante anunció su muerte, en medio de un dramático llamamiento de la familia para que los amigos y fans del astro colaboraran con fundaciones que luchaban contra esa enfermedad. El cadáver de Hudson fue incinerado, y sus cenizas esparcidas por el océano, según su deseo.
Entre las estrellas de Hollywood despertó todo tipo de reacciones. Su amiga Elizabeth Taylor, muy apenada, destacó la lucha de Hudson contra la enfermedad. "Gracias a Dios, no ha muerto en vano", dijo la actriz. Doris Day, otra de sus grandes amigas, declaró: "Estoy muy triste y no puedo pensar en otra cosa. Su final ha sido muy cruel". Sin embargo, la crónica de La Vanguardia destacaba unas palabras que Hudson solía decir: "Si muero hoy por lo menos nadie me puede quitar los buenos ratos vividos." http://enmemoria.lavanguardia.com/historia/rock-hudson-1925---1985-el-actor-que-puso-cara-al-sida.html
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