No sabré desatarme los zapatos y dejar que la
ciudad me muerda los pies,
no me emborracharé bajo los puentes, no
cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las
señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal,
opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en
una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.
ciudad me muerda los pies,
no me emborracharé bajo los puentes, no
cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las
señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal,
opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en
una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.
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