sirve para tantas cosas...
para limpiar los cristales,
para envolver el nacimiento,
para envolver en las mudanzas,
para madurar la fruta,
para limpiarte el..., que sí, de verdad...
...un cutregancho atravesando páginas troceadas de los periódicos, presidió la higiene íntima de los españoles durante muchos años. Era el papel higiénico de la época que presidía muchos wateres públicos y privados. Afortunadamente el progreso trajo el rollo de papel
para aliviar y suavizar nuestras posaderas y la democracia nos regaló en 1976 la llegada de un nuevo periódico que trajo a nuestras vidas una nueva forma de contar, una nueva forma de vivir.
Sin Franco, con libertades, con democraca y sobre todo con
esperanzas nació el País, el periódico de la transición. Por fin una nueva generación adquiríamos un vicio que se convirtió en rutina...
Todos los días al salir a la calle había que comprar el periódico que leías con pasión camino del trabajo donde llegabas renovado de noticias ¿quién no recuerda ese pedazo de fin de semana bajando en pijama al quiosco y leyendo entre café y pan tostao el tocho de periódicos con todos sus avíos?
Yo he sufrido muchos años de esta drogadicción periodística pero la evolución de la historia del País me desenganchó definitivamente.
Cuando nada hacía presagiar algo bueno un 26 de septiembre de 2007, en un país revuelto, con las noticias repartidas y la juventud apartada, maltrecha y petrechada en el desánimo nació Público para ser el
refugio de las nuevas
generaciones, y un nuevo periódico que nos devolvió juventud, ánimo. Público ha sido el periódico de la segunda transición.
generaciones, y un nuevo periódico que nos devolvió juventud, ánimo. Público ha sido el periódico de la segunda transición.
Pero las cosas ya no son lo que eran y vamos en picao rumbo a lo desconocido que nos arrastra a todos y todo, a ellos también.
Entre todos la mataron y ella sóla se murió dice el refrán, y así ha sido... la edicción de papel del diario Público ya no sale más, sus máquinas se han parado...
¿a quién echamos la culpa? La crisis, la gestión, la publicidad, tantas cosas la tienen ... pero para mi los principales culpables de mi desgracia son los trabajadores del diario. Me han regalado con su trabajo otra forma de hacer , me han demostrado que otro periodismo es posible y ahora ¿qué?
Ya no tendre más portadas que mostrar en las tertulias, ni ver sus titulares, ese resumen condensado de las noticias del día que nos decide qué leer primero, qué no interesa o qué sorpresa me acabo de llevar con éste artículo. Y lo peor de todo en estos momentos de crisis y necesidades... no podré reconvertirlo en papel higiénico... bueno, tendre que poner en el gancho a otros...
Rastrear, investigar, contrastar, redactar, publicar, criticar, viajar, soñar ... he crecido rodeada de periodistas de primera fila, gente luchadora, pensante, currante, amantes de las cosas bien hechas para los que el periodismo era la misma vida.
Este tipo de periodismo ya no se lleva, las empresas ya no lo quieren pero las redacciones de los periódicos españoles están trufadas de magníficos profesionales que se tienen que adaptar a los nuevos tiempos. Para todos ellos mi reconocimiento y agradecimiento. He tenido mis preferencias pero leer, saber, conocer y contrastar otras opiniones me ha ayudado a comprender, tolerar y convivir... ser libre
Esta forma de hacer los periódicos dicen que va a desaparecer pronto pero... mientras esto sucede, cómpralos
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