 
 
Wikileaks confirma que la UE planea entregar los servicios a las multinacionales
 Wikileaks filtra un documento sobre la 
negociación del Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA) que 
confirma la intención de la Unión Europea de entregar los servicios 
públicos a las grandes empresas. 
 Cuando el escándalo creado por la filtración de tres documentos secretos sobre las negociaciones del tratado de libre comercio entre EE UU y la UE (TTIP) empezaba a olvidarse, un nuevo texto confidencial ha salido a la luz.
Esta vez no ha sido Fíltra.la, sino Wikileaks quien ha permitido la filtración. Y el documento no habla del TTIP, sino del Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA, por sus siglas en inglés),
 un tratado que la UE tramita paralelamente con dos decenas de países, 
entre ellos EE UU, Australia, Japón, Australia, México y Canadá. Un 
acuerdo “negociado en secreto para hacer un marco de liberalización de todos los servicios en el futuro”, declara a Diagonal
 Pablo Sánchez, responsable de comunicación de la Federación Europea de 
Sindicatos de Servicios Públicos (EPSU). El objetivo, según Sánchez: 
“Asegurarse que la mayor parte posible de los servicios puedan ser 
negociables, en especial aquellos que hoy son percibidos como servicios públicos”.
¿Qué novedades aporta la filtración de Wikileaks?
Para Pablo Sánchez, la filtración de Wikileaks es una nueva 
herramienta que permite confirmar que existe una iniciativa orquestada 
contra el sector público. “[La filtración] muestra que el temor
 que teníamos de la voluntad de arrinconar a los servicios públicos 
existentes no era infundado. La táctica es que todo ‘nuevo servicio’ o que pueda ser dividido de uno existente debe ser puesto en el mercado y
 vaciar de contenido la definición de servicio público. Un hospital 
seguirá siendo un servicio público -la concesión-, pero todo lo que pase
 dentro estará en manos privadas. Siempre que dé beneficios, claro. Eso 
lo que están negociando”, explica este sindicalista.
El documento filtrado por Wikileaks 
muestra que pretenden "vaciar de contenido la definición de servicio 
público. Un hospital seguirá siendo un servicio público -la concesión-, 
pero todo lo que pase dentro estará en manos privadas"
Para Sánchez, resulta evidente que se trata de una ofensiva conjunta, junto con el tratado de libre comercio con EE UU: “Los mismo países, los mismos gabinetes de negociación... Vamos, si esto es coincidencia tenemos mucha mala suerte”.
Para Sánchez, resulta evidente que se trata de una ofensiva conjunta, junto con el tratado de libre comercio con EE UU: “Los mismo países, los mismos gabinetes de negociación... Vamos, si esto es coincidencia tenemos mucha mala suerte”.
Con la negociación de estos dos tratados no sólo está en juego la privatización de servicios públicos, sino también garantizar que las privatizaciones realizadas en el pasado no tengan marcha atrás. “Lo que verdaderamente está en la agenda política es impedir que se renacionalicen y remunicipalicen
 servicios que fueron privatizados, dados en concesión a 20 o 25 años o 
en colaboración público-privada a través de un mecanismo, de nuevo, de 
arbitraje internacional. Como le están haciendo a Argentina, disuadiendo
 a posibles gobiernos o autoridades del coste de dichas políticas”, 
explica Sánchez.
El negocio de los servicios
Para comprender el origen del TISA hay que remontarse a 2001, cuando 
la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio pretendía 
acabar con todas las barreras y limitaciones para el comercio mundial. 
Tras el fracaso de las negociaciones y tras el fracaso del Tratado de 
Libre Comercio para las Américas (ALCA), las grandes potencias se 
lanzaron a firmar acuerdos bilaterales y multilaterales para avanzar en 
la liberalización del comercio.
Una coalición de países, que se llama a sí
 misma "los mejores amigos de los servicios" se han puesto a negociar 
para abrir al mercado la educación, los servicios sociales, los 
servicios medio ambientales, la sanidad...
El grupo de presión que está impulsando actualmente el TISA y el TTIP, denuncia Pablo Sánchez, se llama US Coalition of Service Industries.
“Este acuerdo tiene un padrino y es el lobby de los servicios financieros en los Estados Unidos. Dado
 el estancamiento de la ronda de Doha, una coalición de países, que se 
llama a sí misma ‘los mejores amigos de los servicios’, se ha puesto a 
negociar, ya que representa el 90% del comercio mundial de servicios. Su
 objetivo es abrir todos los servicios públicos posibles al mercado: 
educación, servicios sociales, servicios medioambientales, sanidad y un 
largo etcétera”, concluye Sánchez.

 
 

















