Mañana, Mario Benedetti
Bendito seas río de mañana
futuro en que te abismas
vienen contigo esquirlas de infinito
aunque más breves cada día
y también el hechizo inquebrantable
la nostalgia a construir / la sobrevida
el vuelo de los pájaros que saben
la calma en que descansa la utopía
si me concentro no te veo
ni sé lo que anticipas
si me recluyo en mis escombros
nadie me librará de tanta ruina
pero si abro mis inviernos
de par en par al verde de tu orilla
aprenderé tal vez con las distancias
que separan tu fronda de la mía
bendito seas surco de mañana
con tu repetición de la fatiga /
desde una mano ancha y sembradora
te llegará el azar de la semilla
mañana de candor / bendito seas
futuro / por llegar a la deriva
sin preces ni condenas
ni justos a la vuelta de la esquina
estás aquí futuro / hay que ampararte
los emboscados en la amanecida
quieren acribillarte desde el miedo
dejarte sin enigmas
bendito seas leño del augurio
mañana / al convertirte en tu ceniza
aceptarás las cifras de la muerte
como una condición de la armonía
futuro en que te abismas
vienen contigo esquirlas de infinito
aunque más breves cada día
y también el hechizo inquebrantable
la nostalgia a construir / la sobrevida
el vuelo de los pájaros que saben
la calma en que descansa la utopía
si me concentro no te veo
ni sé lo que anticipas
si me recluyo en mis escombros
nadie me librará de tanta ruina
pero si abro mis inviernos
de par en par al verde de tu orilla
aprenderé tal vez con las distancias
que separan tu fronda de la mía
bendito seas surco de mañana
con tu repetición de la fatiga /
desde una mano ancha y sembradora
te llegará el azar de la semilla
mañana de candor / bendito seas
futuro / por llegar a la deriva
sin preces ni condenas
ni justos a la vuelta de la esquina
estás aquí futuro / hay que ampararte
los emboscados en la amanecida
quieren acribillarte desde el miedo
dejarte sin enigmas
bendito seas leño del augurio
mañana / al convertirte en tu ceniza
aceptarás las cifras de la muerte
como una condición de la armonía
Canción de Navidad, Silvio Rodríguez
El fin de año huele a compras,enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.
Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.
Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.
El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.
Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.
Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.
(1988)
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.
Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.
Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.
(1988)
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