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viernes, 8 de marzo de 2019

Yo también soy machista...



La culpa de que el machismo se propague la tienen las madres que son la que inculcan esta educación a sus hijos.  Y es verdad,  ellas, nosotras,  solo transmitimos lo que hemos aprendido visto y asumido mientras hacemos camas, comidas, pasamos la fregona, limpiamos culos de niños, atendemos al marido y cumplimos la doble jornada laboral fuera de casa.  
Mientras nos preguntamos por qué  si las cocinas del mundo las pueblan a diario manos de mujer los mejores cocineros son hombres. Por qué si las máquinas de coser están guiadas por  manos de  mujer  las mejores modistas son hombres. Por qué los grandes escritores son hombres premiados  110 veces con un Nobel y las grandes escritoras solo con 14. Y así podríamos seguir con todas las profesiones en las que ellos ganan por goleada tanto en el reconocimiento como en puestos de responsabilidad o retribución económica.

El machismo inunda nuestras entrañas desde que nacemos. Yo he sido educada con planes de estudios diseñados por hombres, con guías de comportamiento decretadas por hombres, con libros de estudio  escritos por hombres, en una religión dirigida y ejecutada por hombres, bajo unas leyes dictadas y aprobadas por hombres,  he vivido en casas construidas por hombres, he trabajado dirigida por hombres, me han curado descubrimientos, medicinas y manos de hombre, he aprendido cine viendo películas escritas y  dirigidas por hombres, he viajado en la imaginación de los hombres que han escrito la mayoría de los libros que pueblan las librerías y bibliotecas, he disfrutado de la belleza pictórica de los hombres, he consumido la publicidad guiada y pagada, además de escrita y dirigida, por hombres. Visto, como y consumo lo que dictan los hombres. Vivo en un reino en el que reina un rey que hace desprecios públicos a su mujer y ella sonríe y disimula, en el que reina un rey que tiene dos hermanas mayores que no son reinas, en el que las mujeres rinden pleitesía a la iglesia y a la corona con una reverencia-genuflexión  
 

y me paso los sábados viendo películas en las que las mujeres son las protagonistas y en las que nos dedicamos a robar  maridos, a matar, odiar, competir, a ser astutas, a ser las más guapas y sexis, a ser malas madres, a provocar, intoxicar relaciones, poner los cuernos, a envidiar, trepar,  cotillear, a ponernos zancadillas y luchar entre mujeres para ser las mejores y captar la atención de ese hombre que nos va a salvar de la soledad y el desamor.

 

Me han dado esta educación para que aprenda a  ser sumisa,  buena madre, a renunciar a mi por el bien de los demás, a cuidar,  proteger, a ser responsable,a casarme, a estudiar economía doméstica, a tener hijos, a aceptar la brecha salarial, a tener techos de cristal, a no chistar y aceptar... y a lo más importante, a cuidarme no descuidarme y desconfiar de las otras que al menor descuido pueden robarme todo lo que tengo y he conseguido despojándome de mi. ¿Con todo esto en lo alto cómo quieren que sea feminista?

Comprendamos que despojarse de todas estas lacras es una tarea en la que la contradicción, los sentimientos y la razón se pasan el día discutiendo. Pero poco a poco vamos ganando la batalla gracias a mujeres que nos han enseñado el camino y han ido conquistando parcela a parcela.

Cuando desvirtuamos el feminismo y lo hacemos radical, liberal, de derechas, de izquierdas... Cuando confundimos lo femenino con lo feminista ,   cuando reivindicamos educación y cortesía a cambio de feminismo, cuándo no entendemos la discriminación positiva y las cuotas, cuando las reivindicaciones no son un derecho sino un empacho, cuando tenemos que demostrar en vez de que nos reconozcan, cuando no entendemos que un piropo puede invadir mi espacio o cuándo tengamos que dejar de ser para no acojonar y poder ligar...  es que no entendemos qué está pasando como le ocurre a  Carmen Maura:  "Hay que empezar a tomarse el ser iguales a los hombres como si fuera una cosa normal. Si seguimos con tanta reivindicación y tanta discriminación positiva vamos a empachar a todo el mundo. Lo que tenemos que hacer es seguir para adelante y demostrar que tenemos la misma inteligencia en todos los campos... ...Y todo el rollo ése de prohibir lo piropos... No sé, a mí me agota el tema. Además, vamos a acojonar de tal manera al género masculino que no va a haber forma de ligar."
Cuando no sabemos que, sin ir más lejos, desde que llegó la democracia la mayoría parlamentaria ha sido de hombres, que las leyes se dictan y aprueban por mayorías parlamentarias de hombres, que los hombres no van en contra de sus derechos y que las mujeres no decidimos qué o con quién  se quedan los bienes o los hijos sino que un juez lo decide, es que desconocemos la realidad como le pasa a   Loles León 
que afirma que “Resulta que ahora se ha dado la vuelta a la tortilla. Ahora el hombre no tiene nada, como nosotros en los años 70. Ahora piensan que los hombres son una mierda y las mujeres lo tienen todo“Porque quiero tener la casa, y quiero tener el niño y quiero mandar en él y quiero mandar en todo. Porque una sola señora decide que el niño es de ella sola...

Cuando nuestro horizonte nos impide ver la realidad del mundo en que vivimos , la reflexión nos debería llevar a seguir luchando y dar gracias a la vida porque nos ha dado tanto a ti, a muchas, pero tú y yo, ella, no somos  todas y todas somos más de la mitad de la población mundial que SEGUIMOs sin gozar de TODOS los derechos que nos corresponden.

Y así, luchando entre y contra nosotras nos tienen ocupadas y  ellos, los hombres,  siguen moviendo el mundo porque la riqueza del mundo está en manos de hombres y con ellos la política, los medios de comunicación, el pensamiento, el poder.

Nos van a dejar jugar un rato a ser feministas y se van a ocupar con su poder de vaciar de contenido nuestros derechos ridiculizándonos, poniéndose de víctimas, manipulándonos. 

Por eso no debemos olvidar que las mujeres llevamos siglos  como en el juego de la oca, moviendo las fichas por el tablero avanzando y retrocediendo, a veces sufriendo castigos o volviendo al punto de partida. Y para no enrocarnos con idas y venidas tendamos puentes entre TODOS y tiremos para que nos lleve la corriente de la igualdad y el respeto.

Y sí, todo esto ocurre hoy y ahora. Por eso el feminismo además de igualdad y respeto es una forma de ser y estar en la vida y hay que despojarse de perjuicios machistas para asumirlo y disfrutarlo.

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