Quiero devolver el casco
06 ago 2017
Quizás
soy un tipo raro cuando digo que no reciclo por una cuestión
ideológica, que el asunto del reciclado me parece un engaño y un uso de
mano de obra gratis que no beneficia ni a la sociedad, ni a la
naturaleza. Nos han creado un extraño sentido de la propiedad de la
basura, somos «grandes propietarios de basura». Esto no fue siempre así,
hubo un tiempo que el casco de cerveza era de Cruzcampo y para comprar
una botella tenías que llevar el casco, o pagarlo, porque el vidrio era
propiedad de la empresa, jamás se tiraba a la basura. En ese tiempo el
envoltorio de plástico casi no existía y las latas eran una especie de
botín a conquistar para utilizarlo en el riego de las flores. Hoy, que
somos mano de obra gratis en los grandes hipermercados llenando carros,
el plástico y la lata son los elementos que los vendedores necesitan
para ahorrar en mano de obra y convertirnos en operarios gratis del
autoservicio, dejando luego en nuestras casas ingentes cantidades de
residuos de botellas, plásticos, latas, de las que nos hacen
responsables de su eliminación y reciclado.
La basura la dejan en
nuestras casas y nos hacen responsables de que ella exista, incluso
legislan en favor de ello y gastan millones en convencernos. Y nos
convencen de asuntos referidos a la corrupción, nos culpan de los
agujeros de la banca, nos manipulan la información de la guerra de Siria
o de los refugiados, nos venden la kale borroka venezolana como
la oposición democrática. Su basura nos la dejan en nuestras casas y nos
convencen de su reciclaje. Quiero devolver el casco de vidrio.
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