Las Meninas que resucitaron Ferrol y (quizá) trajeron a Banksy
Muchos años 
antes de salvar el barrio en el que se crió, Eduardo Hermida pintaba 
humanos en las paredes de las calles donde sus amigos jugaban al fútbol.
 Por aquel entonces, Hermida era un niño de ocho años algo gordito al 
que no le llamaba mucho la atención el juego de pelota. Con trozos de 
pizarra o tizas que le regalaba su abuelo, aquel niño llenaba las 
paredes de cuerpos y rostros que observaban, en silenciosa atención, el 
juego que sucedía en las calles del barrio de Canido, en la localidad 
gallega de Ferrol.
Todo esto sucedió antes de que la ciudad se rompiese en pedazos...


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