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domingo, 4 de noviembre de 2018

Haroldpinter, con quien tanto he querido.


11 de octubre de 2005.
    Yo iba en un taxi 
y tú estabas detrás de un escaparate. 
Nos vimos, nuestras miradas se cruzaron,
 traspasaron los cristales y la distancia, 
nos intuimos, nos gustamos, nos quisimos
 y nos fuimos a vivir juntos. 
De eso han pasado trece años y 20 días.
Desde entonces hemos vivido 
nuestra particular historia de amor.
    Otro taxi nos trajo a casa. 
Encendí la tele y te pusiste a verla, 
pronto  habías entendido quién nos daba de comer. 
Te amoldaste enseguida al nuevo espacio,
 usos y costumbres.
Sin molestar, a tu bola, sin hacer ruido,  
tranquilo, como siempre. 
El momento higiene, el baño y miccionar sin salpicar  
te costó un poco más, 
quizás por tu gran sentido del pudor.
 
  Vivir contigo ha sido un aprendizaje constante.
 Me has enseñado lo que es la generosidad, la amistad, 
la lealtad, el silencio, la juerga,
la protección, el respeto, el compañerismo,
  la aventura, la fidelidad, la ternura, el cuidado, 
 el amor infinito. 
Gracias a ti nunca me ha llevado el abandono,
 la desidia, el miedo, la soledad,
 la depresión o el decaimiento. 
Has soportado ser mi peluche, modelo, 
juguete, amigo, confidente, compañero. 
Tú me has obligado a salir, a caminar,
 a arreglarme, a compartir, 
a conocer, a querer,
 a ser mejor. 
Siempre  imprescindible, 
mi mejor medicina.
    Has gozado de una gran personalidad y prestancia.
Coqueto,siempre impoluto,
de piel rosada y melena blanca. 
Andares aristocráticos, carita preciosa,
 dientes desiguales, nariz negra negrísima,
y sobre todo tus ojos,  
con una mirada estrásbica 
que  siempre ha sido mi perdición.
Mención aparte merece tu rabo,
 barómetro exacto de tu estado de ánimo.
 Siempre enroscado, como un  pompom.
 
    Tu belleza  ha ido acompañada 
de una salud de hierro 
y una genética envidiable. 
Educado, generoso, cariñoso,
 atento, divertido, tranquilo, ininmutable,
glotón insaciable
 y rasquita pedigüeño.
Has sido siempre muy selectivo
 en todo y con todos.
Has tenido los mejores amigos:
Corcho, el primero.
Charly,el último.
En el intermedio Olmo, 
Pocker,
 Ñuñu,
Berta,
Noa,
Woofy
 y Lara,tu amor, 
tu cachoperra
por la que perdiste la virginidad y la cabeza.
De dos patas tienes legión de seguidores 
a quienes has dado amor y cariño,
 lo justo,  
y de quienes has recibo cuidados,
 abrazos, besos, caricias...
 aunque nada comparable con tus lametones.
Juergas las precisas, 
comedidas y en buena compañía.
Incompatible con las fiestas populares 
que se hacen insoportables por sus petardos, 
tambores y ruidos extremos
 que siempre has considerado
 tan vulgares y prescindibles
 como la lluvia y los truenos. 
Que decir de navidad,  fin de año, 
borrachos, hooligans, violentos,
 aglomeraciones y multitudes 
 que día a día has tenido que soportar. 
En casa, cuando la bulla bullía, 
una retirada a tiempo era un triunfo.
El sitio de tu recreo era tu refugio.
A tu derecho a la privacidad
y al descanso
lo calificaron de asperger. 
Mientras, sus variados síndromes
 revoloteaban sobre sus cabezas,
¡¡¡INSENSATOS!!!.
 Amante del silencio, aficionado a la radio, 
la música clásica y  la tele, 
que has degustado a ratitos.
Que líos has montado siempre 
al reconocer a tus congéneres 
y a ladridos, querías traspasar la pantalla 
para reclamarles un saludo 
y un poquito de por favor. 
Como en la calle
 querías olerles el ADN, 
siempre a ellas y de vez en cuando a algún él.
 Maldita testosterona 
que casi siempre te ha jugado malas pasadas.
     El nombre te eligió 
y no pudo ser más acertado.
Has sido tan cabezota, combativo, 
curioso y radical como su dueño.
Solo mi madre   te rebautizó:
¿Cómo se llama? 
Harold, mamá. Harolito. 
Ohhhhh, farolito, que nombre tan bonito. 
 Ella supo ver la luz que iluminabas dentro.
  Siempre que has podido, ay Nacho, 
te has colado en el teatro, 
 conciertos,
exposiciones,
conferencias 
  librerías...
Nuestros encuentros 
han ido acompañados siempre 
de una gran celebración, 
no importaba el tiempo transcurrido, 
para ti un segundo ha sido una eternidad.
 
Has velado mis sueños, lamido mis lágrimas, 
cuidado mis dolencias, celebrado mis  alegrías, 
compartido mi vida queriéndome siempre.
Te has ido como llegaste, 
discretamente, en silencio. 
Yo he intentado hacerlo lo mejor posible.
Espero  que te hayas ido contento 
de haberme elegido como compañera de vida.
No has sido mi hijo,
pero yo he sido tu madre.
Dicen que el que se enamora no lo nota 
pero poco a poco se vuelve idiota
Yo sigo idiota por ti, 
 he sido muy feliz a tu lado.
Has sido mi golosina para el alma

y ahora, mi nube más blanca del firmamento.
Haroldpinter: 
11 de mayo de 2005-31 octubre 2018
Todo cuanto he pensado,
todo cuanto he soñado,
 todo cuanto he hecho o no he hecho,
todo esto se irá en el otoño.
Todo cuanto ha sido mi alma, 
todo se va en el otoño,
 todo en el otoño,
en la ternura indiferente del otoño…
Borges
Todas las setas son comestibles. 
Algunas, sólo una vez.

I can't really articulate what I feel“

Reference: https://citas.in/autores/harold-pinter/

3 comentarios:

  1. Marisa, no sabes el vuelco que me ha dado el corazón al leer el título del post. Lo siento mucho, mucho, muchísimo. Sin haber podido disfrutar de un lametón de Harold, lo he querido en la distancia. Un abrazo muy fuerte y felicidades al paraíso perruno, porque les llega un tipo único.

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  2. Me emociona enormemente lo que escribes. Has hecho infinitamente feliz a un animalito que siempre se ha sentido amado, cuidado y especialmente atendido. Con sesiones de mani/pedi, peinado y spa🤣. La frase vida de perros adquiere otro significado en vuestro caso... Una vida plena y divertida.
    Te quiero mucho Marisa te mando todo mi cariño y amor. Sé que Harold se va estando en el top 3 de perros más felices de la historia. Tengo muchas ganas de verte y darte besos y abrazos.
    Tu sobrino, el personaje consanguineo que te quiere

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