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martes, 10 de noviembre de 2015

PODEMOS: no sin MUJERES ni sin primarias...

 

 
 
El general Julio Rodríguez se incorpora a la candidatura de Podemos para las elecciones generales
El nuevo miembro de las listas de Podemos para las generales, Julio Rodríguez, junto a Carme Chacón cuando la socialista era ministra de Defensa y él jefe del Estado Mayor de Defensa.- EFE 
  
 4 noviembre 2015

Podemos ficha para el 20-D a Julio Rodríguez, jefe del Estado Mayor de
la Defensa con Zapatero  

Pablo Iglesias señala a Rodriguez como futuro ministro de Defensa si logran formar gobierno,y apuesta por impulsar un "sistema integral de defensa europeo" que deje en un segundo plano a la OTAN


 9 noviembre 2015
Javier Pérez-Royo será el número tres  
de Podemos al Congreso

¿Pero  de qué vais?
¿Esto qué es lo que es?
Tanto criticar los nombramientos digitales y ya van dos: hombres, por cierto
 ¿No hay mujeres que también puedan 
ser elegidas por su valía?
Por si no lo sabéis os sugiero una, así, como de pronto

Es Ángeles Caso que encabeza la lista 
de la candidatura asturiana.
Aunque os vayáis a pasar por el forro aquello de la paridad, las listas cremallera y esas cosas, hay mujeres
 que valen la pena.
Las personas son importantes
 pero las ideas lo son más.
Y porque no queremos bordar nuestra cruz...
como Mari Luz

Y tenía que bordar Mari Luz
punto de cruz en hilo azul,
borda que te bordarás
sentadita ante la ventana,
parecía porcelana de biscuit:
trajecito de organdí,
con lacitos carmesí,
pobre rosita de pitiminí
Y sus padres la querían casar
con un brillante ingeniero industral:
"Si ahora no le quieres ya le querrás,
con la costumbre el amor llegará"
Y ella soñaba con Supermán,
y con tarzán, con Peter-Pan...

Escondida en el desván,
devoraba tebeos y cuentos
y era su mayor tormento no ser
huerfanita de París,
india del Mississipi,
pobre rosita de pitiminí

Y no la dejaban nunca mirar alrededor,
y no la dejaban nuca estudiar algo mejor
borda que te bordarás en tu ajuar

Y creía en la pequeña Lulú
Borda que te bordarás Mari Luz,
y en Winnie Pooh,
borda que te borda con hilo azul,
punto a punto a punto bordas tu cruz

 

7 junio 2012
El gran nombre de la democracia 
Ángeles Caso


Desde hace tiempo, cada mañana, después de leer el periódico y escuchar algún informativo en la radio, suelo caer durante un rato en un proceso depresivo. Imagino que a todos ustedes les sucede algo parecido. Por muy bien que les vayan las cosas a cada uno a título individual, es imposible no verse afectado por todo lo que nos rodea. Parece que nos hayan tirado encima un cubo entero de pintura sucia y maloliente, emborronando el fresco más o menos decente que habíamos ido haciendo entre todos.

Entre todos: al menos desde el siglo XVIII y el extraordinario proceso dela Ilustración, han sido muchas las generaciones, infinitos los hombres y las mujeres que han batallado y se han dejado la libertad y hasta la vida por construir un mundo mejor. Una sociedad de la que habían ido desapareciendo lentamente las masas de los desheredados, dando paso a un dominio de las clases medias que fueron accediendo a la educación y al poder a través de la democracia.



Habíamos aprendido que la redistribución de la riqueza era fundamental para la paz social. Que compartir con los desprotegidos era la obligación de los más afortunados. El camino hacia delante parecía imparable. Y ahora de pronto, en unos meses, nos desmantelan todos esos derechos conseguidos a base de tanto esfuerzo. Derechos adquiridos, no privilegios regalados. Día a día, entre unos y otros, nuestros gobernantes se van cargando en nombre de la crisis los logros de una sociedad que, al fin, empezaba a ser justa. Sólo empezaba: España no había llegado ni de lejos al nivel de protección social existente en otros países de nuestro entorno, cuando la guadaña de los recortes ha ido a decapitar precisamente ahí.



Tratan de convencernos de que no queda otro remedio. Pero entretanto vemos cómo los privilegios de los más ricos y los más poderosos se mantienen intactos. Como si la historia no hubiera sucedido. Mientras millones de españoles se van al paro y cientos de miles de parados rozan ya la miseria, los políticos y sus colegas financieros y banqueros siguen impolutos en su mundo perfecto. Y da igual que malversen o dilapiden el dinero que hemos aportado entre todos y que debería invertirse en becas, quirófanos o asilos: nunca pasa nada. Han tirado millones de euros públicos por la ventana, han inaugurado infraestructuras absurdas, adquirido mansiones, arruinado cajas de ahorros, viajado en coches supersónicos, pagado cenorras, prostitutas y cocaína con nuestros impuestos. Pero ahí siguen, con sus corbatas impecables y su aire de ladrones elegantes.



Cada mañana, después de leer el periódico, en medio de la depresión, los maldigo. Maldigo a los corruptos, claro, pero también a los vanidosos que han querido dejar sus nombres escritos en piedra para la posteridad. Y a todos los decentes que han mirado hacia otro lado haciéndose los tontos mientras sus compinches robaban. Y ya sé, ya sé que todo esto no debe decirse, que es dar pábulo a los extremismos y a los populismos. Etcétera. Etcétera. Pero entonces ¿qué hacemos? ¿Nos callamos mientras ellos nos conducen obedientemente, como ovejitas silenciosas, hacia el viejo corral del antiguo régimen, las grandes desigualdades, los señores y los siervos? ¿Decimos amén porque esta bazofia lleva el gran nombre de democracia…


 

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