Feliz 8 de marzo y salud para todas
PORQUE SOMOS, SERÁN
Traspasaron las sombras y de golpe vieron la luz. Luchando a contracorriente se afianzaron , sabían lo que querían: ser y estar con voz y voto, y lo querían ya. Eran las sufragistas. Sufrieron burlas y represión, insultos, degradación, violaciones…Ridiculizaron su intelecto y atacaron sus cuerpos. A pesar de todo, en junio de 1908 montaron una manifestación en la que participaron 300.000 mujeres. Con ellas empezó la " juerga” y siguieron, seguimos muchas más.
Unos
años más tarde Virginia Woolf nos dio la clave para conseguirlo “Una
mujer debe tener dinero y una habitación propia” Y aquí estamos buscando
nuestro lugar en el mundo donde crearnos y recrearnos. Lo intentamos
llenas de inseguridades, dudas, aciertos, desaciertos, dolor, silencio,
bullicio, miedo, destrucción, autoestima, belleza y fealdad. Porque
somos y estamos generosas, egoístas, cultas, incultas, paradas,
trabajadoras, sanas, enfermas, abusadas, emigradas, alegres, tristes,
triunfadoras, fracasadas, pobres, ricas, coaccionadas, solas,
acompañadas, locas, cuerdas, soñadoras e insomnes. Aprendiendo de las
vivencias y decidiendo sus creencias, maternidad, independencia,
placeres, orgasmos, su sexo y su seso. En definitiva, su esencia, toda
ella. Cada una con su propia identidad, viviendo su viaje sin otro dueño
que sus sueños.
Pero,
siempre hay un pero y ese se llama machismo, que se aferra a sus
derechos adquiridos durante siglos y cederlos cabrea, deshubica, duele
y despoja del mando y el poder absoluto. Desde que despertamos, no deja
de retorcerse, dolerse, ponernos barreras. Y estas barreras solo las
puede cambiar la educación, el ejemplo, la concienciación, la lucha.
Me
gustan las mujeres. Nacemos a un mundo que nos acoge como ciudadanas de
segunda y nos lo pone todo más difícil. A cambio nos dota de unas
raíces entrelazadas con la madre tierra que nos hace distintas,
complejas y únicas. Por eso, no se me ocurre nada mejor que ser mujer a
pesar de haber sido discriminada desde que nací.
Me
gustan los hombres y no podría vivir sin ellos porque me han regalado
muchos momentos vitales imprescindibles y me han enseñado a ver el otro
lado de la vida.
Por eso la lucha de sexos no me interesa, pero la lucha por nuestros derechos sí.
No
quiero quitar nada a los hombres pero sí quiero que me devuelvan lo que
es mío: como la igualdad de oportunidades, el derecho al trabajo, la
educación, cultura, igualdad salarial, el desarrollo profesional, la
capacidad de decidir, la protección a la maternidad, la independencia…
No
quiero quitar nada a las mujeres pero sí quiero devolver a los hombres
lo que no es nuestro o solo nuestro: como la violencia física o
psíquica, el techo de cristal, el cuidado de los hijos y los
dependientes, la precariedad y temporalidad, las tareas domésticas, la
discriminación, desigualdad, vulnerabilidad, la cosificación y acoso
sexual, el machismo, la dependencia…
El
colectivo MUJER es la mitad de la población mundial donde las
diferencias culturales, de raza y económicas es tan diversa como la
lucha por la igualdad, que se viste y manifiesta de múltiples maneras.
Nuestros 8 de marzo han pasado de la soledad más absoluta y los
insultos a ir creciendo año tras año. Por fin las nuevas generaciones
han cogido el relevo y han llenado la vida y las calles de otros
ritmos, risas y sueños que también quieren dejar de ser invisibles y
gritar "Aquí estamos, por si no os habíais dado cuenta".
El
papel que hemos interpretado durante siglos de esposas, madres y amas
de casa seguimos haciéndolo pero hemos variado el guión y les hemos
usurpado a los hombres la parte fundamental de la función: la
educación, la independencia económica y el mantenimiento propio y de la
familia. Ya somos parte indispensable del desarrollo cultural y
económico del país. La mujer está capacitada con el don de la ubicuidad y
de la diversidad, podemos con todo, somos imprescindibles, aunque
todavía quedan muchos perjuicios que vencer y muchas batallas por ganar.
Simón
de Beauvoir, conocedora de nuestra fragilidad histórica ya nos advirtió
“No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o
religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser
cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis
permanecer vigilantes toda vuestra vida”. Vigilando y sin caer en
engaños tenemos que exigir salir en igualdad de condiciones de esta
crisis pandémica que vivimos desde hace un año y que ha dejado a las
mujeres como las grandes perdedoras y en una situación de pobreza y
desamparo de consecuencias incalculables. Nos devuelven al hogar, nos
encierran en la pobreza y nos llevan de nuevo al punto de partida. No lo
permitamos.
Vaciar
de rigor, verdad y contenido al feminismo, ridiculizarlo, es una tarea
que nunca ha descansado y que en estas fechas sube los decibelios. Por
favor, los y las que estáis nerviosas calmaros. Dejar descansar vuestra
ceguera, prepotencia y privilegios y asomaros al otro lado de la vida,
vais a flipar.
Allí
encontrareis mujeres de gran valía, tanta o más que vosotras, que
consiguieron destacar a pesar de todos los obstáculos que les
imponían.Sus hombres firmaron, robaron y se apropiaron de sus artes y
conocimientos y ellas murieron relegadas, silenciadas, invisibles. Hasta
que un día otras mujeres visibilizaron tanto atropello y empezó la
lucha feminista, que sigue intacta y vigente, porque la mayoría no ha
podido crecer, no se lo han permitido.
Las
que creéis que sois las mejores, que vuestras capacidades y tesón son
los que os han puesto en primera fila, os engañáis. El olvido os hace
desagradecidas e injustas y vuestra actitud cierra puertas al futuro
mujer. No dejes que la soberbia nuble la memoria y la historia. Y
recuerda siempre que...
PORQUE FUERON, SOMOS
PORQUE SOMOS, SERÁN
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