“Nunca debiste cruzar el Mississippi
Era mucho más salvaje que tú
Nunca la venganza te curó los años difíciles
Es más caprichosa que tú”
Pero lo cruzó y al otro lado del espejo encontró crueldad, utilización, humillación, locura y desenfreno que la en-Venenó y destruyó para siempre.
Era 1995 y Tele5 puso en manos de Pepe Navarro “Esta noche cruzamos el Mississippi”, el comienzo oficial de la telebasura en España. Dos años de experimento fructífero del primer 'late night’ en el que el escándalo y la audiencia iban de la mano.
Pasó el testigo a Javier Sardá y sus “Crónicas Marcianas” . El terreno lo tenía abonado y sólo había que regarlo bien para tener una excelente cosecha que le duró ocho años.
Escogió como colaboradores a lo mejor de cada casa y elevó a los altares a personajes que nunca habrían soñado con pasar a la historia de la televisión por ser ex de algo, de alguien o pertenecer al grupo de los desheredados de la vida, pobres infelices buscados y exprimidos a conciencia.
“Tómbola” fue más de lo mismo, pero pagado por las cadenas autonómicas con dinero público y, para que se notara este detallito, eligieron periodistas de los de verdad, con título, para interrogar sin piedad a un invitado que, por cobrar, aguantaba todo.
Y el salto definitivo lo da “Sálvame”. Nutrido por el “tomatero” JJ Vázquez y los herederos de estos y otros programas que le siguieron y que “han mejorado” con los años.
Un programa en el que a diario se escoge una víctima principal, que ocupará la mayor parte del programa, y varias víctimas secundarias, elegidas entre su propia bancada o ajena a la misma y…comienza el espectáculo.
Poco a poco van descubriendo y alargando la acusación que cae sobre ellos en forma de cotilleos, informes, noticias, se dice, se habla, se comenta que documentan con el vídeo de turno. A continuación, comienzan los gritos, peleas, amor y odios intensivos, acusaciones, lloros, increpaciones, amenazas. Salidas y entradas del plató, persecuciones por los pasillos, desprecios... no hay término medio. Y así día tras día, mes tras mes, año tras año acumulando víctimas. Un juego perverso en el que te aúpan, destruyen y levantan para volverte a destruir, ante una audiencia abducida y complice, que hace suyos estos vaivenes y sus sentencias.
Desde el insulto a la vejación pasando por el machismo, misoginia, homofobia, racismo, bulling, grosería, gritos, lloros, odios o amores, unos y otros, se han hecho millonarios arruinando vidas ajenas. Pero no lo sienten porque son incapaces de sentir el estercolero en que andan metidos. Es más, muchos sacan pecho defendiendo sus posiciones, porque la capacidad de autoengaño o justificación de sus actos es inversamente proporcional al provecho económico y de popularidad que sacan de ellos. Tendemos a lavar nuestras conciencias justificándonos como podemos y estas justificaciones nos sirven para maltratar o dejar que nos maltraten , dependiendo de las puertas abiertas o cerradas que nos regale la vida en cada momento.
Rocío Carrasco ha sido durante años una ficha en el tablero de la prensa del corazón, utilizada por todos a su antojo, juzgada y sentenciada sin escrúpulos y sin piedad, y Antonio David Flores el cebo para poder entrometerse en su vida. Cuando el umbral de su dolor y del maltrato ha dicho hasta aquí he llegado, ha tomado las riendas del juego para decir BASTA. Conociendo como conoce los entresijos de este negocio, sabía que con decidirlo tendría todos los medios a su alcance. Pero ha decidido tener a quienes más la han dañado, Vasile, Tele5 y “Sálvame” a sus pies. Los ha doblegado y está demostrando lo miserables y crueles que han sido y son. Los que hasta ayer eran firmes defensores de ADF y detractores de RC, sin pudor y sin vergüenza, uno tras otro, están reconociendo que han mentido todos estos años. Sabían pero callaron y, ante la evidencia de testigos y archivos, se han quedado desnudos de argumentos y coronados como cómplices y verdugos.
Pero no seamos ingenuos y no nos dejemos engañar, no les creáis. Han convertido en espectáculo el maltrato, los cuernos, el suicidio, los hijos, el dolor. En este programa seguirán mintiendo y utilizando nuevos perjudicados como RC porque sólo entienden de dinero y audiencias, es lo que tiene la falta de escrúpulos. Van y están a lo suyo, y siguen sus consignas religiosamente: Estos son mis principios …y si no le gustan, tengo otros.
Un plató vacío vestido de blanco, una silla y ella es lo único que ha necesitado para contar su pena, sus contratiempos, penas y alegrias, maltratos, ausencias y presencias que conforman su vida, gritándolo bajito, como sólo el dolor sabe contar su desgarradora historia. Espero que RC tenga suerte con la justicia y desaparezcan los obstáculos que ha encontrado para que se la escuche, se la juzgue y se sentencie de verdad. Sin prejuicios y sin perjuicios. Ese será su verdadero triunfo ante una sociedad que ya la ha declarado culpable. Pero mientras, pase lo que pase y, a pesar de las dificultades e incomprensiones que va a tener que sortear, va a conseguir su firme propósito, que se escuche su verdad para poder poner poner de nuevo su vida en el km 0, intentar ser feliz. Te lo deseo de corazón.
La falta de escrúpulos, la inmoralidad, la humillación, el acoso, ridiculizar o faltar el respeto, no son cualidades exclusivas de las televisiones privadas. Los que hemos trabajado en la pública hemos sido testigos, sufrido o padecido estas situaciones. La única diferencia es que las desvergüenzas en la publica eran privadas y en las privadas son públicas. Cuando escucho alabanzas a muchos “maestros” de TVE que hacen hombres y mujeres que han padecido o conocido sus fechorías me avergüenzo. El poder de jefes, directores, realizadores, productores… era todopoderoso y jugaban con sus súbditos a capricho, sobre todo con los que dependía de ellos su contratación. Los de plantilla teníamos sindicatos y ordenanzas laborales que nos protegían, no siempre, de sus desmanes.
Enjuiciar, valorar, apuntar, destruir, sentirse superior frente a las miserias humanas es muy fácil. Pero hay que tener mucho cuidado, porque nuestras mochilas pueden ser tan indeseables como las que criticamos y, por eso, siempre es mejor pensar antes de hablar y, si es necesario, callar.
“Televisión, realidad, ¿a quién le importa?
Un minutito de gloria y vanidad
Solo destellos de luz y chispazos de euforia
Llámalo destino, llámalo casualidad”
Nunca Debiste Cruzar el Mississippi
Leiva
Nunca debiste cruzar el Mississippi
Era mucho más salvaje que tú
Nunca la venganza te curó los años difíciles
Es más caprichosa que tú
Bajo el aguacero, curtida en el oeste
Que no te hablen de gloria, brillantina y presente
De eso sabes tú, limusina y puchero
De reírte en el suelo
Joselito, Cristina Veneno
Televisión, realidad, ¿a quién le importa?
Un minutito de gloria y vanidad
Solo destellos de luz y chispazos de euforia
Llámalo destino, llámalo casualidad
Bajo el aguacero, curtida en el oeste
Que no te hablen de gloria, brillantina y presente
De eso sabes tú, limusina y puchero
De reírte en el suelo
Joselito, Cristina Veneno
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