Anabel González , una gran mujer...

 la casualidad me informó ayer de tu muerte... y acabo de leer tu mejor homenaje... besos

OBITUARIO: 'IN MEMÓRIAM'

Anabel González, voz del feminismo

FRANCISCO HERRERA 03/11/2011

"El feminismo ya no es un movimiento marginal", decía Anabel González en la introducción a su libro El movimiento feminista en España hoy. Estábamos en 1978 y Rosa Montero hacía de embajadora en la presentación del libro editado por Anabel.

Han pasado 33 años y el feminismo forma ya parte de la estructura ideológica básica de la sociedad española. No ocurría así cuando Anabel escribió este y otros libros, como Los orígenes del movimiento feminista en España (1980), ni cuando participaba activamente en el Frente de Liberación de la Mujer o en el Consejo de Redacción de la revista Desde el Feminismo.

Anabel González Gárate murió en la madrugada del pasado sábado cuando intentaba hacer frente a un cáncer de pulmón diagnosticado apenas tres meses antes. No pudo contra su enfermedad, pero supo caer con grandeza, con entereza y con serenidad, sin derrumbarse moralmente en ningún momento.

Era una mujer combativa, con carácter y una sólida formación intelectual; afiliada al Partido Comunista en 1976 y presente en las luchas sociales de los últimos 25 años del siglo. Fue redactora jefe de la sección de Madrid de Mundo Obrero durante dos años, cuando el periodismo democrático descubrió la información local de la mano de periodistas como Ángeles García, Aurora Moya y ella misma.

Por aquellos años Tierno Galván hizo el milagro laico de conseguir que los madrileños descubriesen su propia ciudad, y ella fue una propagandista muy eficaz. Madrileña de nacimiento, hizo de su patria chica santo y seña, y trabajó en el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento con todos los alcaldes de la democracia: el Viejo Profesor, Barranco, Rodríguez-Sahagún, Álvarez del Manzano y Gallardón.

Tuve la suerte enorme de conocerla hace 35 años y de compartir con ella una vida hermosa. Aunque la violencia de una enfermedad imparable haya arruinado nuestro proyecto común, nunca podré decirla adiós.