Hay quien sueña con los ríos
que conduzcan a El Dorado
hay quien sueña con las fuentes
de la Eterna Juventud
Hay quien sueña con el Oro
del Becerro idolatrado
y quien sueña con la Alquimia
que haga del vicio, virtud...
Pero yo que no pretendo
fortalezas ni fortuna,
sólo un sueño soñaría...
entre un mar de girasoles
buscaría un Giraluna
que velara y desvelara
cada noche la otra cara
de la luna...
gira, gira Giraluna,
gira, gira, gira, luna
gira, gira y mírame...
Hay quien sueña con el trueno
de la caja de Pandora
hay quien sueña con el rayo
redentor del Santo Grial
Hay quien sueña con Olimpos
donde no entre el mal de Aurora
y quien sueña con androides
más allá del Bien y el Mal.
Hay quien sueña con el tacto
de la mano del rey Midas
hay quien sueña con la piedra
del poder filosofal
Hay quien sueña con cruzadas
contra infieles en guaridas
Y quien sueña con arenas
en la Meca celestial
de la mano del rey Midas
hay quien sueña con la piedra
del poder filosofal
Hay quien sueña con cruzadas
contra infieles en guaridas
Y quien sueña con arenas
en la Meca celestial
Haz que vea el haz de luz
gira gira Giraluna,
gira gira gira,luna
de la cara de tu cruz.
gira gira Giraluna,
gira gira gira,luna
de la cara de tu cruz.
Estando ya más que dispuesto a conformarme
a tantos días que no ven amanecer,
me disponía a darle crédito al desarme
sabiendo que no había nada que perder.
Pero, de pronto, dio lugar lo inesperado,
un dulce asalto secuestró mi rendición.
Apareciste como un potro desbocado
y me pusiste a galopar el corazón.
Te puedo decir,
mi amor cenicida,
que gracias a ti
empiezo a sentir,
muy dentro de mí,
señales de vida.
A punto de habitar en este cementerio
a tantos días que no ven amanecer,
me disponía a darle crédito al desarme
sabiendo que no había nada que perder.
Pero, de pronto, dio lugar lo inesperado,
un dulce asalto secuestró mi rendición.
Apareciste como un potro desbocado
y me pusiste a galopar el corazón.
Te puedo decir,
mi amor cenicida,
que gracias a ti
empiezo a sentir,
muy dentro de mí,
señales de vida.
A punto de habitar en este cementerio
de fuegos fatuos que jamás tuvieron luz,
me liberaste de ese eterno cautiverio
donde mi nombre era un crespón bajo una cruz.
me liberaste de ese eterno cautiverio
donde mi nombre era un crespón bajo una cruz.
Y así me arrebataste de mi biografía
que ya empezaba a no creer en el azar
para matar al muerto que me convivía
y despertar al niño que miraba el mar.
que ya empezaba a no creer en el azar
para matar al muerto que me convivía
y despertar al niño que miraba el mar.
Te puedo decir,
mi amor cenicida,
que gracias a ti
empiezo a sentir,
muy dentro de mí,
señales de vida.
mi amor cenicida,
que gracias a ti
empiezo a sentir,
muy dentro de mí,
señales de vida.
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