no valías la pena...
Me alegré con tu risa; me apené con tu llanto,
sin pensar que eras malo ni creer que eras bueno.
Te canté en mis canciones, y, a pesar de mi canto,
no valías la pena.
segundo hostión, esta vez a causa de la agresión de alguien que se decía mi amigo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario