Javier Bardem: "Papá Bigas, no sé qué decir, ni cómo. Y mucho menos escribirlo. A Bigas le debo una mujer que amo, dos amigos del alma y una carrera que nunca soñé con poder tener.
 ¿Qué puedo añadir al eterno y profundo agradecimiento que siento hacia 
 él? Sólo el inmenso cariño que siento hacia una persona que siempre fue
  noble, libre, buena, amorosa y ligera* ¡Esa ligereza emocional de Bigas que tanto envidiabamos muchos!
Como
 hombre inteligente que fue le recuerdo siempre elegir la  sonrisa, el 
amor y un buen trozo de jamón antes que el drama y la  angustia ante 
cualquier conflicto. Qué maravilla ese alma liviana con  cuerpo de oso. 
Qué regalo esa ironía en positivo siempre, esa ausencia  de malicia 
frente a la vida... Qué lecciones de ética vital cada vez que  te miraba
 en silencio y sonriente, invitándote a ser feliz por encima  de todas 
las estúpidas y prescindibles cosas que lo evitan. Un hombre  sabio de 
verdad en la más sencilla y simple piel, con el paladar más  agradecido a
 los milagros de la tierra y el mar.
Todavía recuerdo mi primera caracolada en Barcelona
 con él. Tras 2 horas, dos visitas a la cocina y tres cacerolas a  
rebosar para los dos saqué mi bandera blanca mientras el reía y me  
decía..."aaayyy.. Benito.. Hacen falta muchos huevos de oro para compartir mi mesa" Desde entonces a los caracoles sólo los puedo ver en los cuentos.
Penélope, Jordi y yo vivimos nuestro primer sueño profesional de su mano.
  Y nos cuidó con tanto cariño, respeto, apoyo y criterio que hizo que  
ninguno de los tres dudásemos en hacer de ésta nuestra profesion. Nos  
regaló el placer de soñar despiertos por primera vez, y nos llenó el  
corazón de fé, ilusión y amor por nuestro trabajo. A él le debemos el  
creer que es posible vivir tu sueño y la fuerza, la fé para luchar por  
él.
Para mi fue como un padre que me llevó de la mano y al que le 
debo  tantas cosas. Cosas hermosas, buenas, inteligentes.. Como 
reconocer y  degustar cada sabor que te ofrece la vida por muy amargo 
que sea para  digerir solo aquello que nos pueda alimentar de verdad, y 
si es posible  con un buen vino. Mi querido Papa Bigas este 
plato de hoy me es  muy difícil de tragar la verdad, no sé cómo hacerlo.
 Lo mojaré con todo  mi amor, mi respeto, mi admiracion y mi eterno 
agradecimiento por ti. Y  te tendré siempre dentro de mi, alimentándome.
 Te quiero mucho. Te  agradezco todo. Para siempre mi Papá Bigas".
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