María Antonia Iglesias...

 

Conocí a un grupo de amigos, entre los que se encontraba mucha intelectualidad, que jugaban a clasificar a ciertas mujeres entre hombre y mujer. Hay mujeres-mujeres que viven y actuan con cabeza de mujer. Por otro lado hay mujeres que son hombres porque han decidido ponerse un cerebro masculino para ir pisando fuerte por la vida sin que les tiemble el pulso.

Maria Antonia Iglesias acumuló el 100% de votos a favor de hombre.

Periodista,  defendió siempre lo que creía con pasión y coherencia y no había enemigo grande para ella. Trabajo en todos los medios de comunicación, prensa, radio y televisión. 

En Interviu destapa en 1982 el caso de los niños robados con   Sor María a la cabeza.

En 1984 ingresó en TVE, formando parte de los informativos.

Fue también directora y reportera de Informe Semanal.

Su paso como directora de informativos, 1990-1996,  eclipsó su faceta de periodista para convertirla en la voz de su amo... Yo por el PSOE mato. 

Dicho y hecho... el que se movía no salía en la foto. Hay compañeros que todavía recuerdan con dolor esa etapa. ¿Por qué TODOS los que pasan por ese puesto lo convierten en la voz del partido en el poder y no en la voz de los ciudadanos informados con veracidad y criterio?. Acumuló muchos motes, muchos miedos, mucha desafección , mucho dolor y lo contrario. En TVE no gustó.

 

 Hubo algo que hizo muy bien y que  como mujer le reconozco y agradezco, la valentía que tuvo de reconocer publicamente su maternidad y su ejercicio de madre soltera en los momentos álgidos de su poder. 

Tras su etapa hombre-marimandona volvió a su profesión en el que había dejado huella como periodista de investigación, 

por  sus entrevistas y por su gran conocimiento político y de los políticos. 

 

Las tertulias televisivas y radiofónicas se enriquecieron con su conocimiento, oficio, memoria, claridad, mala leche, contundencia... y buen hacer periodístico y la convirtieron en una mujer conocida y popular.

Eramos vecinas y un día Harold se hizo amigo de su perrita. Mientras ellos se entretenían nosotras  entablamos conversaciones entre iguales sobre perros,  mujeres y cosas de la vida. Ya no era él, era ella y era humana.