La Purga...

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El Blog de Fernándo López Agudín, para no perdérselo.

Con la purga en Ferraz, degradando dos cabezas leales, Rubalcaba intenta asegurar su muy insegura cabeza agitada por los vientos de fronda en el PSOE.

Ni Beria lo hubiese hecho mejor. Rubalcaba proyecta en el PSOE unas secuencias típicamente stalinistas. Primero, la confesión; después, la purga. Confeso Oscar López, inconfesa Soraya Rodríguez, son los últimos chivos expiatorios elegidos por el líder sin liderazgo para calmar las iras ciudadanas por esa alianza, empleando la expresión del escritor Juan José Millás, entre los acosadores y los idiotas( leáse socialistas). Inútil proyección. Nadie ignora que Bujarin no mató a Kirov, ni que López o Rodríguez no tuvieron la última palabra para ir de la mano del acosador de Nevenka en Ponferrada.
El secretario general que cada día lo es menos( no manda en Cataluña, Andalucía y Galicia) lo tenía todo calculado. Un ayuntamiento más en el bolsillo a cambio de un barullo mediático que rápidamente se vería sepultado por Bárcenas, Pujol o Urdangarín. Olvidó, sin embargo,a Carmen Chacón que nada más meter la pata Rubalcaba le asestó un puñalada intercostal que le hubiese dejado muerto si el bueno de Oscar, según El País, no le hubiese sacado del apuro asumiendo sólo la responsabilidad de un error compartido. Sin el veloz twiter de la catalana no se vería obligado hoy a la Purga.
De todos los problemas que padecen los socialistas, el más grave es su modelo organizativo. El centralismo democrático, basado en las ideas organizativas de Ignacio de Loyola y Lenin, tiene sentido únicamente en un proyecto político o religioso utópico. Fuera de esas dos coordenadas se reconvierte en un lastre antidemocrático que impide el debate interno reprimiendo a los que cuestionan al secretario general. Por ello la primera demanda de los militantes socialistas es la exigencia de democracia para su propia organización. Tratar de imponer a Keynes con ayuda de Molotov es puro sarcasmo.
Si el PSOE se encuentra hoy en caída libre, los últimos sondeos le sitúan en los 90 escaños, se debe a que se coarta la libertad de expresión por tecnócratas, tipo Solchaga, que reducen toda la crisis a propuestas economicistas correctas frente a las incorrectas de Montoro o de Guindos. Por la senda de la purga, a la que tan aficionado es Rubalcaba, llevan camino de retrotraerse a los tiempos de los que Carrillo, con evidente mala leche, calificaba como los cuarenta años de vacaciones socialistas bajo Franco. No sé ni quiero saber si fueron así, pero lo que es indudable es que pueden acabar siendo tan irrelevante