Estaba
Al Capone, de pequeño, escribiendo la carta a los Reyes Magos:
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado muy, muy, muy bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado muy, muy, muy bien”- y la rompe.
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado muy, muy bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado muy, muy bien”- y la rompe.
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado muy bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado muy bien”- y la rompe.
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado nada bien, no les puedo decir mentiras”- y rompe la carta otra vez.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado muy, muy, muy bien”- y la rompe.
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado muy, muy bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado muy, muy bien”- y la rompe.
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado muy bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado muy bien”- y la rompe.
“Queridos Reyes Magos, este año me he portado bien”.
Se queda pensando y dice: “No, la verdad es que no me he portado nada bien, no les puedo decir mentiras”- y rompe la carta otra vez.
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