Simone Lucie-Ernestine-Marie
Bertrand de Beauvoir:
Simone de Beauvoir
París, 9 de enero de 1908
París, 14 de abril de 1986.
Pensadora, novelista,
escritora, profesora, filósofa.
existencialista y feminista
Escribió novelas, ensayos, biografías
y monográficos sobre temas
políticos, sociales y filosóficos.
Participó intensamente en los debates ideológicos de la época, atacó con dureza a la derecha francesa, y asumió el papel de intelectual comprometida.
En sus textos literarios revisó los conceptos de historia y personaje e incorporó, desde la óptica existencialista, los temas de libertad, situación y compromiso.
Estudió en la Sorbona y en 1929 conoció a Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero durante el resto de su vida, 50 años.
Juntos combatieron y vivieron los más importantes acontecimientos de su época como el Mayo Francés, la Revolución Cultural China o con la Revolución Cubana.
Su relación eroticofestiva estaba basada en la libertad pero sin sin mentir, sin ocultar. Un amor absoluto.
Querido pequeño ser: Quiero contarle algo extremadamente placentero e inesperado que me pasó: hace tres días me acosté con el pequeño Bost. Naturalmente fui yo quien lo propuso, el deseo era de ambos y durante el día manteníamos serias conversaciones mientras que las noches se hacían intolerablemente pesadas. Una noche lluviosa, en una granja de Tignes, estábamos tumbados de espaldas a diez centímetros uno del otro y nos estuvimos observando más de una hora, alargando con diversos pretextos el momento de ir a dormir. Al final me puse a reír tontamente mirándolo y él me dijo: “¿De que se ríe?”. Y le contesté: “Me estaba preguntando qué cara pondría si le propusiera acostarse conmigo”. Y replicó: “Yo estaba pensando que usted pensaba que tenía ganas de besarla y no me atrevía”. Remoloneamos aún un cuarto de hora más antes de que se atreviera a besarme. Le sorprendió muchísimo que le dijera que siempre había sentido muchísima ternura por él y anoche acabó por confesarme que hacía tiempo que me amaba. Le he tomado mucho cariño. Estamos pasando unos días idílicos y unas noches apasionadas. Me parece una cosa preciosa e intensa, pero es leve y tiene un lugar muy determinado en mi vida: la feliz consecuencia de una relación que siempre me había sido grata. Hasta la vista querido pequeño ser; el sábado estaré en el andén y si no estoy en el andén estaré en la cantina. Tengo ganas de pasar unas interminables semanas a solas contigo. Te beso tiernamente, tu Castor.... Simone de Beauvoir
Era dueña de sus actos y de su cuerpo, al que le dió muchas alegrías con mujeres y hombres....
Simone de Beauvoir en 1951 viajó a Chicago para ver a su amante el escritor Nelson Algren, del que comenta...
Al principio me pareció divertida la coincidencia: un clásico espécimen norteamericano y a la vez un escritor de izquierda hecho a sí mismo. Ahora, comienzo a tomar otro interés en Brogan. A través de sus historias, se tiene la percepción de que no le reclama nada a la vida y sin embargo siempre tiene un apasionado impulso por vivir. Me gustó esa mezcla de modestia y entusiasmo.
El fotógrafo Art Shay , el mejor amigo de Algren, fotografió a Simone y cuenta cómo le robó el desnudo...
la puerta del baño no podía cerrarse porque la bisagra de la puerta se había roto,
así que allí estaba atento y cuando la ví arreglándose el pelo frente al espejo, me tomó dos o tres tiros rápidos,
ella oyó el chasquido.
“Eres un niño travieso”,
dijo, pero sin cerrar la puerta o pedirme que dejara de tomar fotos …
… mi amigo Nelson Algren estaba molesto porque su apartamento alquilado a $10 dólares por mes no tenía bañera ni ducha. Así que me preguntó ¿hay un lugar para que Simone pueda ducharse?. Como joven fotógrafo de la revista Life, siempre tenía la Leica conmigo y este día no fue la excepción.
la puerta del baño no podía cerrarse porque la bisagra de la puerta se había roto,
así que allí estaba atento y cuando la ví arreglándose el pelo frente al espejo, me tomó dos o tres tiros rápidos,
ella oyó el chasquido.
“Eres un niño travieso”,
dijo, pero sin cerrar la puerta o pedirme que dejara de tomar fotos …
Fue fundadora junto a Sartre, A. Camus, y M. Merleau-Ponty, entre otros, de la revista Tiempos Modernos, cuyo primer número salió a la calle el 15 de octubre de 1945 y se transformó en un referente político y cultural del pensamiento francés de mitad del siglo XX
Fundó con algunas feministas la Liga de los Derechos de la Mujer, que se propuso reaccionar con firmeza ante cualquier discriminación sexista.
Su libro El segundo sexo (1949) significó un punto de partida teórico para distintos grupos feministas, y se convirtió en una obra clásica del pensamiento contemporáneo. En él elaboró una historia sobre la condición social de la mujer y analizó las distintas características de la opresión masculina. Afirmó que al ser excluida de los procesos de producción y confinada al hogar y a las funciones reproductivas, la mujer perdía todos los vínculos sociales y con ellos la posibilidad de ser libre. Analizó la situación de género desde la visión de la biología, el psicoanálisis y el marxismo; destruyó los mitos femeninos, e incitó a buscar una auténtica liberación. Sostuvo que la lucha para la emancipación de la mujer era distinta y paralela a la lucha de clases, y que el principal problema que debía afrontar el "sexo débil" no era ideológico sino económico.
...El hombre no asume orgullosamente su sexualidad sino en tanto que es un modo de apropiación del Otro: y ese sueño de posesión solo desemboca en fracaso. En una auténtica posesión, lo otro es abolido como tal, es consumido y destruido: únicamente el sultán de Las mil y una noches tiene poder para cortar la cabeza a sus amantes tan pronto como el alba las expulsa de su lecho; la mujer sobrevive a los abrazos del hombre y por eso mismo se le escapa; tan pronto como él abre los brazos, su presa se convierte en una extraña; hela ahí toda nueva, intacta, dispuesta a ser poseída por un nuevo amante de una manera igualmente efímera. Uno de los sueños del varón consiste en «marcar» a la mujer de manera que permanezca suya para siempre; pero el más arrogante de ellos sabe muy bien que jamás le dejará más que recuerdos y que las imágenes más ardientes resultan frías al precio de una sensación. Toda una literatura ha denunciado este fracaso. Se objetiva en la mujer, a quien se dice inconstante y traidora, porque su cuerpo la consagra al hombre en general y no a un hombre singular. Su traición es más pérfida aún, puesto que es ella quien hace una presa del amante. Solamente un cuerpo puede tocar a otro cuerpo; el varón no se adueña de la carne codiciada más que convirtiéndose él mismo en carne; Eva le es dada a Adán para que cumpla en ella su trascendencia, y ella le arrastra a la noche de la inmanencia; al igual que la madre ha formado para el hijo esa ganga tenebrosa de la cual este quiere escapar, la amante cierra en torno al hombre esa arcilla opaca en el vértigo del placer. El hombre quería poseer, y hele ahí poseído. Olor, humedad, fatiga, fastidio, toda una literatura ha descrito esa lúgubre pasión de una conciencia que se hace carne. El deseo, que a menudo arropa a la repugnancia, vuelve a la repugnancia una vez satisfecho. Post coitum homo animal triste. «La carne es triste.» Y, sin embargo, el hombre ni siquiera ha encontrado en los brazos de la amante un apaciguamiento definitivo. Muy pronto renace el deseo, y, a menudo, no es solamente deseo de la mujer en general, sino de esa mujer. Entonces se reviste ella de un poder singularmente inquietante. Porque, en su propio cuerpo, el hombre no encuentra la necesidad sexual sino como una necesidad general análoga al hambre o la sed y cuyo objeto no es particular: así, pues, el vínculo que le une a ese cuerpo femenino singular ha sido forjado por el Otro. Es un lazo misterioso, como el vientre impuro y fértil en donde tiene sus raíces, una suerte de fuerza pasiva: es mágico. El vocabulario trasnochado, de los folletines en que la mujer es descrita como una hechicera que fascina al hombre y lo embruja, refleja el más antiguo, el más universal de los mitos. La mujer está destinada a la magia. La magia, decía Alain, es el espíritu que hay en las cosas; una acción es mágica cuando, en lugar de ser producida por un agente, emana de una pasividad; precisamente los hombres han mirado siempre a la mujer como la inmanencia de lo dado; si produce cosechas e hijos, no es por un acto de su voluntad; no es sujeto, trascendencia, potencia creadora; es un objeto cargado de fluidos. En las sociedades en que el hombre adora estos misterios, la mujer, a causa de esas virtudes, es asociada al culto y venerada como sacerdotisa; pero, cuando el hombre lucha por hacer triunfar la sociedad sobre la Naturaleza, la razón sobre la vida, la Sabida es la diferencia que distingue al sacerdote del mago: el primero domina y dirige las fuerzas que ha domeñado de acuerdo con los dioses y las leyes, para el bien de la comunidad, en nombre de todos sus miembros; el mago opera al margen de la sociedad, contra los dioses y las leyes, según sus propias pasiones. Ahora bien, la mujer no está plenamente integrada en el mundo de los hombres; en tanto que lo Otro, se opone a ellos; es natural que se sirva de las fuerzas que posee, no para extender a través de la comunidad de los hombres y en el futuro la influencia de la trascendencia, sino, estando separada, en oposición, para arrastrar a los varones a la soledad de la separación, a las tinieblas de la inmanencia. Es la sirena cuyos cantos precipitaban a los marinos contra los escollos; es Circe, que transformaba en bestias a sus amantes, la ondina que atrae al pescador al fondo de los estanques. El hombre, cautivo de sus encantos, ya no tiene voluntad, ni proyectos, ni porvenir; ya no es ciudadano, sino una carne esclava de sus deseos; está excluido de la comunidad, encerrado en el instante, zarandeado pasivamente entre la tortura y el placer; la maga perversa levanta la pasión contra el deber, el momento presente contra la unidad del tiempo, retiene al viajero lejos de su hogar, escancia el olvido. Al intentar apropiarse de lo Otro, es preciso que el hombre siga siendo él mismo; pero, ante el fracaso de la posesión imposible, trata de convertirse en eso otro con lo que no logra unirse; entonces se aliena, se pierde, bebe el filtro que le hace extraño para sí mismo, se sumerge en aguas huidizas y mortales. La Madre consagra su hijo a la muerte al darle vida; la amante arrastra al amante a renunciar a la vida y abandonarse a un sueño supremo. Este lazo que une al Amor y la Muerte ha sido patéticamente iluminado en la leyenda de Tristán, pero encierra una verdad más original. Nacido de la carne, el hombre se realiza en el amor como carne, y la carne está prometida a la tumba. En su virtud, se confirma la alianza entre la Mujer y la Muerte; la gran segadora es la figura inversa de la fecundidad que hace crecer las espigas. Pero también aparece como la pavorosa desposada cuyo esqueleto se revela bajo una tierna carne mentirosa.
Así, pues, lo que primeramente anhela y detesta el hombre en la mujer, tanto amante como madre, es la imagen fija de su destino animal, es la vida necesaria a su existencia, pero que la condena a la finitud y la muerte. Desde el día en que nace, el hombre empieza a morir: esa es la verdad que encarna la Madre. Al procrear, afirma a la especie contra sí mismo: eso es lo que aprende entre los brazos de la esposa; en la turbación y el placer, aun antes de haber engendrado, olvida su yo singular. Aunque intenta distinguirlas, en una y otra solo encuentra una evidencia: la de su condición carnal. Unas veces desea cumplirla: venera a su madre y desea a su amante; otras veces se rebela contra ellas en la repugnancia y el temor... El segundo sexo
Simone de Beauvoir,
en una manifestación a favor del aborto.
Porque...
querer ser libre es también querer que los demás los sean.
Le preocupó, ocupo y dedico su vida y sus obras a la evolución del feminismo. Estudió el papel de las mujeres en la sociedad y la construcción del rol y la figura de la mujer.
También a la creación literaria, sobre el desarrollo de la izquierda antes y después de la Segunda Guerra Mundial, sobre el dolor y la percepción del yo, sobre los linderos del psicoanálisis y, por supuesto, sobre las premisas profundas del existencialismo.
En 2008 se creó en su honor el Premio Simone de Beauvoir por la Libertad de las Mujeres, conocido simplemente como
Premio Simone de Beauvoir.
Dimes y diretes de Simone de Beauvoir...
La mujer no nace, se hace.
El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.
El secreto de la dicha en el amor consiste menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando hace falta.
Es absolutamente imposible encarar problema humano alguno con una mente carente de prejuicio.
La belleza es aún más difícil de explicar que la felicidad.
Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.
Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aún si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida.
¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.
Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra.
Las personas felices no tienen historia.
Es lícito violar una cultura, pero a condición de hacerle un hijo.
Me parecía que la tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a nadie a quien admirar.
La longevidad es la recompensa de la virtud.
La naturaleza del hombre es malvada.
Su bondad es cultura adquirida.
¿Qué es en el fondo actuar sino mentir?
¿Y qué es actuar bien, sino mentir convenciendo?.
La muerte es la “aventura brutal” que desde siempre la persigue en el sueño. Es el mayor límite en la existencia de la persona porque pone en juego la dualidad del Ser y la Nada. La muerte es el único accidente por el cual el para-sí se transforma en el en-sí, por lo tanto es el único que no podemos “asumir” libremente.
La muerte es la “aventura brutal” que desde siempre la persigue en el sueño. Es el mayor límite en la existencia de la persona porque pone en juego la dualidad del Ser y la Nada. La muerte es el único accidente por el cual el para-sí se transforma en el en-sí, por lo tanto es el único que no podemos “asumir” libremente.
Cuando TVE era una magnífica TV pública e Informe Semanal un programa de referencia que no te podías perder, hicieron ésta despedida a una mujer que tuvo una vida como todas, llena de luces y sombras.
Informe semanal - Adiós a Simone de Beauvoir (1986) Reportaje dedicado a la escritora francesa, autora de la frase "La mujer no nace, se hace", que murió en 1986 a los 78 años. A lo largo del reportaje se incluyen imágenes de archivo de la escritora y de quien fuera su compañero sentimental, Jean-Paul Sartre
Que maravilla que se pueda encontrar este blog tan bien hecho, que dan ganas de seguir profundizando. Tampoco sabia de a existencia de los desnudos de Simone, que bellas fotos, por favor y tan bello cuerpo…Se ve que le daba muchas alegrías...Simplemente gracias Amazonas
ResponderEliminarGracias Marisa por estos regalos tan exquisitos... Si no existieras tendríamos que crearte...
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