O gira el PSOE a la
izquierda o Susana Díaz será un zapatito más de Ferraz. Será líder si
logra que su partido deje de ser un botín más de los Botín.
El desconcierto... un blog imprescindible
Es tan patente la inexistencia de un
liderazgo socialista que ha bastado la mera irrupción de Susana Díaz
para que sus militantes hablen entusiasmados de una Felipona que levanta
tantas expectativas hoy como las levantadas ayer por Felipe González.
Según parece, una vez más desde Sevilla, ha nacido una estrella
rutilante que va a guiar al conjunto del PSOE en la muy oscura noche
política en la que se encuentra desde que Zapatero como Pablo de Tarso cayera obnubilado por el sol de la Merkel. Aunque algunos están enterrando el cadáver político de Rubalcaba antes de tiempo, no en vano Gregorio Morán le describe como un Andreotti de guardarropía, el hecho cierto es que el poder del partido no se encuentra en Ferraz sino en el palacio de San Telmo.
Los botafumeiros de la derecha también la reciben con incienso. Se explica porque conciben a Rubalcaba como un Judas mucho peor que Iscariote
y porque Susana Díaz, al fin y al cabo Andalucía vive de las
comunidades ricas como Baleares, Valencia o Cataluña, se pone en primera
posición de saludo cada vez que ondea la bandera rojigualda. A la hora
de abofetear a Artur Más no puede
sobrar ninguna mano ni a la hora del ajuste de cuentas con el único
dirigente socialista que no es un zapatero de tres al cuarto sino un
alumno de González vía Javier Solana.
Porque lo más sintomático de Ferraz es la amplia colección de zapatitos a
los que ha quedado reducida la dirección del socialismo español. Como Bono e Ibarra, otros dos que cantan el cara al sol, la Felipona es bienvenida en Madrid.
Otra cuestión muy distinta es que sea un
líder. Eso se verá con el tiempo. Sólo si encabeza el giro a la
izquierda del PSOE podrá ser lo que dicen que hoy es sin serlo. Pero
ese anunciado viraje será imposible si no se enfrenta a quienes la
empujan a luchas horizontales-andaluces contra catalanes- para que no
luche verticalmente, la mayoría social frente a la minoría que se
beneficia de la política neoliberal. Sin un riguroso compromiso sobre la
derogación de la última reforma de la Constitución, que establece como
primera obligación constitucional el pago de la deuda, las propuestas
presentadas en el reciente cónclave de Madrid son un puro brindis al sol
que mas caliente que, como es bien sabido, es siempre el de un Botín que suele condonar las deudas de la familia socialista.
Sólo si navega contracorriente, como Rosa
Díez, o arranca de la nada, como Albert Rivera, o se forja en la lucha
social, como Ada Colau, cabe el liderazgo. Navegar en una
oficina, arrancar de la burocracia o forjarse en la lucha de clanes, no
puede llevar más que a ser un culo di ferro. No es el curriculum
elaborado en unos anquilosados partidos el mejor caldo de cultivo para
un liderazgo. Aunque, ahi está la experiencia de Suárez,
no se puede descartar que alguien nacido en la basura termine de
barrendero. Cabe, desde luego, que la Felipona pueda ser Felipe siempre y
cuando haga exactamente lo contrario de un González, sentado en el
Consejo de Administración de Gas Natural. De lo contrario, será una
zapatera nada prodigiosa.
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