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jueves, 5 de marzo de 2015

Antonio Quero: «No se ha hecho nada para evitar que se produzca otra gran crisis financiera»
Quero trabaja desde hace 20 años en el ámbito socioeconómico.
Quero trabaja desde hace 20 años en el ámbito socioeconómico. / SUR
  • Presenta hoy en el Aula de Cultura de SUR su libro ‘La reforma progresista del sistema financiero’, en el que aboga por un banco ciudadano de depósitos
Con su libro, el malagueño Antonio Quero suma ideas al debate de alternativas a las recetas clásicas. Funcionario de la Comisión Europea, defiende un banco ciudadano de depósitos bajo control democrático que dé estabilidad y evite crisis en el acceso al crédito.
–¿Cambiaría ya cosas de lo que plantea en el libro?
–El debate existe y sigue recibiendo contribuciones. Hay quienes hablan de otras fórmulas para los depósitos ciudadanos, como el control del Banco Central como forma de blindar el sistema de una forma estable y competitiva. En España, debates como el que planteo se conocen menos, con lo cual entiendo que es positivo. Son ideas que se sitúan en un horizonte más audaz que las hechas bajo la inmediatez de la crisis. Los partidos clásicos van con más timidez.
–Lo ha prologado Juan Torres, economista clave en el programa de Podemos, partido que aboga por el crédito como un derecho.
–No se trata del derecho a ir a un banco y que a uno le den un crédito, sino de que el sistema financiero esté diseñado de manera que el acceso al crédito pueda ser un servicio de interés general frente a las disfunciones y errores de la banca, que cuando hay dificultades en la f inanciación internacional, empresas y familias no se queden sin crédito. Un sistema más fiable que pueda cumplir. Un banco ciudadano de depósitos estaría blindado frente a la crisis y podría seguir cumpliendo su tarea de financiación en tiempos difíciles y para los tiempos buenos también sería una herramienta, incluso para los bancos más internacionalizados.
–¿Qué le parece el acceso al crédito para los jóvenes con perspectiva de bajos salarios pero sin cambios en las garantías tradicionales en la banca?
–El libro no aborda cómo va a llegar el crédito minorista a la gente sino que es un enfoque sistémico. Busca, como desde hace dos siglos, cómo tener un sistema que no sea rehén del riesgo de quiebra y el rescate de los bancos. Que haya habido en España una devaluación salarial viene en parte por la ayuda a los bancos.
–Propone para dirigir ese banco de depósitos unos gestores de designación parlamentaria. Una de las exigencias de la CE es precisamente excluir a los políticos de la banca.
–La propuesta de gobierno de ese banco y de su sistema de control es un esbozo en función de principios como que la gestión tiene que ser profesional y técnica, y eso tiene que estar blindado. En algo tan sensible como confiar nuestro dinero, no podemos caer en el error de entregarlo cien por cien a tecnócratas que van a interpretar la economía según su propia visión. La economía necesita abrirse más al debate democrático. Estamos ya vacunados de las consecuencias de la baja calidad de nuestro sistema político y parlamentario, y de la intromisión de los aparatos de los partidos en el sistema financiero.
–¿Cómo ve el auge de propuestas populistas para salir de la crisis?
–Una crisis de estas proporciones muestra los fallos clamorosos del sistema. En la parte financiera, no se ha hecho nada para evitar que se repita y, además, se han originado unas consecuencias sociales dramáticas. Las recetas clásicas no sirven o solo muy lentamente y eso son generaciones enteras. Es necesaria más creatividad y ya hay una efervescencia estupenda del pensamiento económico. Los partidos clásicos no toman ese relevo, así que han surgido en Europa partidos con propuestas más heterodoxas, con más o menos sentido común cuando e habla de gasto público, pensiones, oportunidades, pero es que enfrente están quienes critican pero no ofrecen alternativas. Hay demasiada pereza. Todos contra la austeridad. Muy bien, pero sí ¿a qué? Hay que hacer un trabajo más transversal, un consenso fuerte de Estado, partidos y sociedad. Hay un ánimo de hacer pagar a los políticos lo que han hecho, pero luego hay que construir, debatir, incorporando las lecciones aprendidas en la crisis.

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