Corcho, no puedo vivir sin ti, no hay manera.
Echo de menos tus pesadeces, tus persecuciones, tus lametones, tu cariño, tu personal trainer...
Es que eras muy chico cuando te conocí.
Corcho tu llegada a Nacho algún día te la contaré.
Deberías de llamarte regalito porque fuiste
y eres una bendición.
Te echamos de menos y no te perdono
que me quites protagonismo el día de nuestro cumple,
bueno sólo si vienes a verme ¡YA!
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