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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Brownies de Katharine Hepburn... porque a veces dios crea gente perfecta... Katharine Hepburn’s Brownies




KATHARINE HEPBURN'S BROWNIES

He hecho muuuuuchas recetas de estas delicias y
LA MEJOR con diferencia es esta.
A la izquierda la receta original...
 a la derecha la equivalencia en gramos
1/2 taza de cacao... 60 gr cacao puro o chocolate negro de cobertura
 1 barra de mantequilla... 113 gr de mantequilla 
 2 huevos... 2 huevos grandes o tres pequeños
 1 taza de azúcar... entre 175 y 200 gr , según gustos 
 1/4 taza de harina... 30 gr de harina de repostería o maizena
 1 taza de nueces rotas o pacanas... 125 gr de nueces 
 1 cucharadita de esencia de vainilla... lo mismo
 pizca de sal... igual
Cómo lo he hecho...
Primero he encendido el horno y lo he precalentado a 160º .

La mantequilla y el chocolate lo he derretido en el microondas y lo he dejado enfriar.

Es la manera más fácil, pero hay que hacerlo de a poquitos, de 30"en 30". Cuándo veas que la mantequilla está derretida sácalo y mezcla con varillas o cuchara hasta que termine de deshacerse el chocolate y esté todo bien  mezclado.
Cuándo está bastante templado o frío, he añadido los huevos y los he ido mezclando DE UNO EN UNO

Ahora la esencia de vainilla

Después el azúcar.
Yo le pongo maizena tamizada con la sal en vez de harina, que me gusta más.
Al final las nueces. Yo la mitad, unos 60 gr.


Al molde le pongo papel de horno y encima echo la mezcla. Adecuo los bordes y doy un golpecito o dos sobre la encimera para que todo se recoloque en su sitio.
De adorno  unas lágrimas de chocolate que quedan muy monas.


Y al horno... ¿Cuánto tiempo? Unos 40 minutos arriba y abajo a 160º
o a 180º durante 20´ en modo aire.
De todas maneras los tiempos los va a marcar tu horno,
así que vigila y calcula.
Y recuerda el consejo de Katarine...


No hay que hornear excesivamente y deben de estar húmedos, no es un bizcocho, not cakey.
¿De dónde salió la receta?
De una carta...
Esta es mi traducción de la carta que llegó un 
6 de julio de 2003, el periódico New York Times. 
Sección: Cartas al Director.
Remitida por Heather Henderson.
La escribió al recordar su muerte el último domingo...
Dice así...
Durante décadas mi padre atravesaba la ciudad para comprar comida en la Segunda Avenida. Muchas veces lo hacía en Gristede que estaba a la vuelta de la esquina de la casa de Miss Hepburn, en East 49th Street. 


Un día se encontraron de cara en el supermercado. Él la reconoció y saludó, ella hizo lo mismo y a partir de ese momento pensó en ella como vecina.

1983 era mi último año en el Bryn Mawr, colegio en el que cursó sus estudios Miss Hepburn. Me iba mal, me sentía frustrada y en las vacaciones de Navidad decidí abandonar. Tuve la idea romántica de huir a  Escocia para escribir guiones. Mi madre había muerto hacía dos años y  había dejado a mi padre con la responsabilidad  de una hija  rebelde.
Él sabía que Miss Hepburn había estudiado en el Bryn Mawr College, así que le escribió una carta pidiéndole que hablara conmigo. Es una gran admiradora suya y tal vez por eso,  la escuche... escribió. En el camino a la tienda de comestibles echó la carta en su buzón.


A las 7:30 de la mañana del día siguiente el teléfono me despertó. Contesté y escuché su famosa voz inquiriéndome así:¿Es usted la joven que quiere abandonar Bryn Mawr? Contesté que sí. Vas a hacer  una estupidez.  Ella rompió y pasó a darme un sermón que en lo esencial me decía que tenía que acabar los estudios y obtener mi título para después hacer lo que quisiera. No dije nada ante tanta impetuosidad. Luego añadió que quería reunirse con nosotros para tomar el té.

El día de nuestra  cita era gris e invernal. Mientras caminábamos por Turtle Bay, mi padre y yo no hablamos casi nada. Se sentía como si estuviéramos a punto de conocer a la reina.

Miss Hepburn nos recibió con una calurosa bienvenida. Con una cierta arrogancia nos ofreció té y sus famosos brownies. A pesar de tener más de 70 años, tenía un aspecto muy juvenil que reforzaba con su ropa de chica: cuello vuelto,  chaqueta de punto negro y unos raídos pantalones verde caqui.

Hablamos de muchas cosas, incluyendo el Bryn Mawr College. Me confesó que allí se sintió muy mal, que todavía tenía pesadillas y que fue feliz al abandonarlo. Al final de la tarde me dijo en un tono bastante serio Tú eres inteligente. Era un cumplido , además de una advertencia para que no fuera tonta en el futuro. 

Mi padre la visitó un par de veces más. Un día supo que se estaba recuperando de un grave accidente de coche y le llevó un paquete de brownies caseros con una nota de buenos deseos. Cuál fue su sorpresa cuándo le abrieron, le invitaron a entrar a su cuarto y fue recibido por ella en camisón.  Probó sus brownies. 



Tienen exceso de harina, dijo. Luego le dio su receta que él anotó inmediatamente. No hay que hornear excesivamente y deben de estar húmedos, no son galletas.




Siempre estaré agradecida a Miss Hepburn por hacerme aguantar hasta el final en el Bryn Mawr College y por darme estas reglas para vivir:



1...- Nunca abandones
2...- Se tú misma
3...- No pongas demasiada harina en los brownies




KATHARINE HEPBURN'S BROWNIES
1/2 taza de cacao 
 1 barra de mantequilla 
 2 huevos 
 1 taza de azúcar 
 1/4 taza de harina 
 1 taza de nueces rotas o pacanas 
 1 cucharadita de vainilla 
 pizca de sal
Precalentar el horno a 325 grados.
Derretir la mantequilla en un cazo  con el cacao y revuelva hasta que la mezcla esté suave. 
Retire del fuego y
deje que se enfríe durante unos minutos. 
Mezcle con los huevos, de a uno
en uno. 
Agregar el azúcar, la harina, las nueces, la vainilla y la sal.  
Verter en un molde engrasado y cuadrad, de 8x8 pulgadas. 
Cocer 40 minutos. 
 ''Don't overbake!'' No hornear demasiado...  deben ser pegajosos. 
Deje enfriar (un paso esencial)
y cortar en barras.
Heather Henderson

St. Paul, Minnesota.




A veces dios crea gente perfecta
«Hay mujeres, y además está Kate. 
Hay actrices, y además está Hepburn»: 
 Frank Capra

un 12 de mayo 1907 y estuvo entre nosotros 96 años, hasta el 29 junio de 2003.
Comenzó su carrera profesional en 1928 y se retiró en 1994
Ha sido una de las actrices más importantes de Hollywood y se mantuvo en la cima más de 60 años.
Independiente y de gran personalidad,  arrasó en la pantalla y fuera de ella. Admirada, imitada y seguida por miles de personas que supieron ver en ella algo más que una actriz.



Icono de muchas mujeres que se identificaban con su imagen femenina, feminista, transgresora, independiente, libre, trabajadora, personal, única... que hablando de la época era lo nunca visto. Por ser como era  se llevó el apodo de Katharine la arrogante.
La niña no tuvo otro remedio que salir así. Sólo se limitó a hacer lo que veía y vivir cómo vivía.


Sus padres lucharon por un cambio social en América: Thomas Hepburn, urólogo,  luchó por la educación 
sexual de sus vecinos y les enseñó  las causas 
de las enfermedades venéreas. 


Katharine, su madre, fue una  sufragista, pionera de los derechos de la mujer y su derecho al voto.  
También  hizo una campaña por el control de la 
natalidad con Margaret Sanger. 
Cuando era niña, Hepburn participó junto a su madre en varias manifestaciones pidiendo el «voto para la mujeres».


Los niños Hepburn fueron educados  para pensar y debatir sobre cualquier tema que quisieran con plena libertad de expresión. Katharine estuvo siempre cerca de su familia  y la consideró su suerte en la vida y la base de su éxito.


«Bueno, creo que, en primer lugar, se es afortunado si usted tiene un padre y una madre inteligentes y brillantes, e inspiradores, y eso es afortunado si tuviste experiencias antes de los quince años en las que te enseñaron a no tener miedo».
Sobre su forma de ser decía...«Choco con gente por mi peculiar forma de ser , aunque no termino de entender por qué. Por supuesto, tengo un rostro angular, un cuerpo angular y, supongo, una personalidad angular, que golpea en la gente».
«Soy una personalidad como así también soy una actriz. Muéstrame a una actriz que no sea una personalidad y me mostrarás a una mujer que no es una estrella»©https://es.wikipedia.org/wiki/Katharine_Hepburn
Nunca dejó de nadar, aunque el agua estuviera helada. Le gustaban las flores y el whisky con hielo y soda hasta el borde
 
Falleció en  Connecticut, en la misma casa que la vio crecer.
 Katharine Hepburn 1940 Portrait, Cigarette Holder
Feminista, progresista, gran actriz, gran mujer.
dek
Fue la primera  que llevó
 pantalones en el cine 
 
y en la vida. 
 
Vivió como quiso 
y amó a quién quiso. 
 
Estuvo 25 años al lado deSpencer Tracy 
que  era alcoholico,  casado y parece 
que no muy sentimental.

Bryn Mawr es una localidad en el condado de Montgomery en el estado estadounidense de Pensilvania.Tiene una población de 4.382 habitantes. Su latitud es de 40º 019' N y se eleva a unos 126 metros (423 pies) de altitud.
Bryn Mawr College es una universidad privada femenina situada en Bryn Mawr
Es una de las instituciones que forman las Siete Escuelas Hermanas.Fue fundada en 1885 por la Sociedad Religiosa de los Amigos y tiene unas 1300 alumnas de pregrado y 450 de postgrado.
Su campus, de 135 acres, fue diseñado por Calvert Vaux y Frederick Law Olmsted y es considerado un arboreto.
Se trata de una pequeña universidad liberal en la que ofrecen doctorados en arte para las mujeres. Mujeres famosas han pasado por allí como la actriz Katharine Hepburn o la poeta Marianne Moore. También dio clases allí, y allí falleció, la matemática Emmy Noether. El filósofo de origen español José Ferrater Mora fue conferenciante ("lecturer") entre 1949 y 1950, Profesor Asociado de Filosofía ("Associate Professor of Philosophy") de 1950 a 1955, y Profesor ("Professor") de Filosofía de 1955 a 1980.
Otras ilustres alumnas...
Nettie Stevens (1861-1912), genetista

Emily Greene Balch (1867-1961), académica, escritora, sindicalista y pacifista, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1946 compartido con John Raleigh Mott.

Hilda Doolittle (1886-1961), poetisa y escritora, más conocida como H.D.

Marianne Moore (1887-1972) poetisa y escritora

Katharine Hepburn (1907-2003) actriz

Drew Gilpin Faust (1947-), la primera mujer presidenta de la Universidad de Harvard



To the Editor:
Re
the death of Katharine Hepburn last Sunday: For many decades, my father
used to walk across town to do his food shopping on Second Avenue. He
often shopped at a Gristede's around the corner from Miss Hepburn's town
house on East 49th Street.
One
day he suddenly came face to face with Miss Hepburn, who was also
picking up groceries. He acknowledged her with a nod, and she responded
in kind. He began thinking of her as a neighbor.
In
1983, my senior year at Bryn Mawr, Miss Hepburn's alma mater, I was
frustrated and was doing poorly, and at Christmas break, I decided to
quit. I had the romantic notion of running away to Scotland to write
screenplays. My father was frantic. My mother had died two years before,
leaving him with all the responsibility for his headstrong daughter.
He
knew that Miss Hepburn had gone through her own struggles at Bryn Mawr,
so he wrote her a letter asking her to intervene. ''She's a great
admirer of yours, and perhaps she'll listen to you,'' he wrote. On the
way to the grocery store, he dropped the letter in her mail slot.
At
7:30 the next morning, the phone woke me up. I answered it and heard
that famous voice, crackling with command. ''Is this the young woman who
wants to quit Bryn Mawr?'' I said it was. ''What a damn stupid thing to
do!'' she snapped. She went on to give me a lively lecture, the gist of
which was that I had to finish my studies and get my degree, and after
that I could do what I wanted to do. There was no arguing with her
imperiousness. Then she said she wanted to meet us for tea.
The
day of our appointment was gray and wintry. Walking the long blocks to
Turtle Bay, my father and I didn't speak much. It felt as if we were
about to meet the Queen.
Miss
Hepburn greeted us warmly. With casual hauteur, she provided us with
tea and some of her famous brownies. Though she was in her 70's, she had
a youthful look, enhanced by her girlish clothes: a turtleneck, a black
cardigan and shabby khaki-green pants.
We
talked about many things, including Bryn Mawr. She said that she was
miserable there and still had nightmares about it, but she was glad she
went. At the end of the afternoon she told me, in a rather grim tone,
''You're smart.'' It was a compliment, but also an admonition not to be
foolish in the future.
My
father was invited to visit her a few times after that. Once, he had
heard that she was recovering from a serious car accident, and he
stopped by to drop off a package of homemade brownies and a get-well
note. To his surprise, he was ushered in and invited into her boudoir,
where she greeted him in her nightgown. She sampled his brownies.
''Too
much flour!'' she declared. She then rattled off her own recipe, which
he hastily wrote down. ''And don't overbake them! They should be moist,
not cakey!''
I'll
always be grateful to Miss Hepburn for making me stick it out at Bryn
Mawr and for giving me these rules to live by: 1. Never quit. 2. Be
yourself. 3. Don't put too much flour in your brownies.
KATHARINE HEPBURN'S BROWNIES
1/2 cup cocoa
1 stick butter
2 eggs
1 cup sugar
1/4 cup flour
1 cup broken-up walnuts or pecans
1 teaspoon vanilla
pinch of salt
Preheat
oven to 325 degrees. Melt butter in saucepan with cocoa and stir until
smooth. Remove from heat and allow to cool for a few minutes. Mix in
eggs, one at a time. Add sugar, flour, nuts, vanilla and salt. Pour into
a greased 8x8 square pan. Bake 40 minutes. ''Don't overbake!'' They
should be gooey. Let cool (an essential step) and cut into bars.
Heather Henderson
St. Paul, Minn.

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