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martes, 29 de noviembre de 2016

Sí, soy feminista mujer frustrada, amargada, rabiosa y fracasada...

Las feministas son mujeres frustradas, mujeres amargadas, mujeres rabiosas y mujeres fracasadas como personas y que vienen a dar lecciones a las demás de cómo hay que vivir y de cómo hay que pensar:
David Pérez, Alcalde de Alcorcón por el PP.


 Sí, tiene razón.
Usted es la causa, yo soy el efecto. 
No me culpe de sus errores.

Diccionario de la RAE... FEMINISMO...
del lat. . femĭna, mujer, hembra, e -ismo).
1. m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.
2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.

Sí, soy feminista y me siento frustrada, amargada, rabiosa,  fracasada  y muchas cosas más
de tener que aguantar a diario a personas como usted, que no sabe como abundan.
Dejen ya la hipocresía que me tienen hasta ahí...
 Y para que vea cómo somos las feministas, le regalo un poema de una monja, para usted no podía ser de otra manera,  Sor Juana Inés de la Cruz. 
Espero que le guste pero sobre todo que lo entienda. Se titula... Hombres necios que acusáis...



Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.


Y ahora en inglés
Silly, you men-so very adept
at wrongly faulting womankind,
not seeing you're alone to blame
for faults you plant in woman's mind.

After you've won by urgent plea
the right to tarnish her good name,
you still expect her to behave—
you, that coaxed her into shame.

You batter her resistance down
and then, all righteousness, proclaim
that feminine frivolity,
not your persistence, is to blame.

When it comes to bravely posturing,
your witlessness must take the prize:
you're the child that makes a bogeyman,
and then recoils in fear and cries.

Presumptuous beyond belief,
you'd have the woman you pursue
be Thais when you're courting her,
Lucretia once she falls to you.

For plain default of common sense,
could any action be so queer
as oneself to cloud the mirror,
then complain that it's not clear?

Whether you're favored or disdained,
nothing can leave you satisfied.
You whimper if you're turned away,
you sneer if you've been gratified.

With you, no woman can hope to score;
whichever way, she's bound to lose;
spurning you, she's ungrateful—
succumbing, you call her lewd.

Your folly is always the same:
you apply a single rule
to the one you accuse of looseness
and the one you brand as cruel.

What happy mean could there be
for the woman who catches your eye,
if, unresponsive, she offends,
yet whose complaisance you decry?

Still, whether it's torment or anger—
and both ways you've yourselves to blame—
God bless the woman who won't have you,
no matter how loud you complain.

It's your persistent entreaties
that change her from timid to bold.
Having made her thereby naughty,
you would have her good as gold.

So where does the greater guilt lie
for a passion that should not be:
with the man who pleads out of baseness
or the woman debased by his plea?

Or which is more to be blamed—
though both will have cause for chagrin:
the woman who sins for money
or the man who pays money to sin?

So why are you men all so stunned
at the thought you're all guilty alike?
Either like them for what you've made them
or make of them what you can like.

If you'd give up pursuing them,
you'd discover, without a doubt,
you've a stronger case to make
against those who seek you out.

I well know what powerful arms
you wield in pressing for evil:
your arrogance is allied
with the world, the flesh, and the devil!


Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, más conocida como sor Juana Inés de la Cruz San Miguel Nepantla, 12 de noviembre de 1651 - México, 17 de abril de 1695 fue una religiosa de la Orden de San Jerónimo y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español. Cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro, así como la prosa. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de «el Fénix de América», «la Décima Musa» o «la Décima Musa mexicana».
Escritora mexicana, la mayor figura de las letras hispanoamericanas del siglo XVII. La influencia del barroco español, visible en su producción lírica y dramática, no llegó a oscurecer la profunda originalidad de su obra. Su espíritu inquieto y su afán de saber la llevaron a enfrentarse con los convencionalismos de su tiempo, que no veía con buenos ojos que una mujer manifestara curiosidad intelectual e independencia de pensamiento. 

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