Después de ser agujereada por mis acupuntoras para calmar mi espalda, decidí volver a casa dando un paseo. Una camisa en el escaparate llamó mi atención y entré en una tienda pequeña pero estilosa que atendía la dueña, una mujer madura. Una foto del que luego supe que era su marido presidía su mesa. Siempre estaba allí, inamovible y con la importancia de ser el objeto más preciado de la casa. Por lo que hablamos deduje que amaba y admiraba a su marido y que era cultivada ,segura de sí misma, independiente. Una mujer curtida en mil batallas.
Ayer me reencontré con ella y no la reconocí. Su cara me sonaba pero tardé en ubicarla . Contaba que su marido se había ido con una que se había metido en su relación de 15 años y que además era más joven. Que estaba sufriendo mucho, que había sido muy mona pero el tiroides tuvo la culpa de sus kilos de más y se había abandonado…
Su imagen había perdido brillo y su luz se había matizado. Se pasó toda la entrevista intentando ocultar su cuello, colocándose el pelo y dando la imagen de una mujer desvalida y despechada que no ha sabido recogerse en su dolor y ha caído en las manos del morbo y la venganza de los que semana tras semana se preguntan ¿dónde estás corazón? en 625 líneas
Su historia como la de muchas mujeres se repite y se repite. No importa su nivel cultural, social o económico ¿por qué? ¿por qué cuando una relación llega a su fin tenemos que buscar culpables? ¿por qué la culpa la tienen ellas que se van con ellos y no ellos que se van con ellas? ¿Por qué nos fijamos en nuestras arrugas y en nuestros kilos cuando ellos sufren la misma metamorfosis? ¿por qué el miedo a la soledad nos hace seguir al lado de hombres que no amamos? ¿por qué cuando nos enamoramos dejamos de hablar de nosotras y sólo hablamos de él? ¿por qué un solo comentario puede derribar nuestros sólidos argumentos? ¿por qué nos hacemos esclavas de sus tiranías? ¿por qué aceptamos infidelidades en las que no creemos por seguir al lado del prestigio y el dinero? ¿por qué no crecemos profesionalmente y sus carreras nos aplastan? ¿por qué ellos trabajan fuera y nosotras fuera y dentro? ¿por qué su dinero es el fundamento de la economía doméstica y el nuestro una ayuda? ¿por qué queremos ser perfectas para ellos cuando admiramos y justificamos sus imperfecciones?
¿Por qué nos creemos inferiores si no lo somos?
Pilar 16 de Abril de 2010 a las 3:14 am
ResponderEliminarBrillante, contundente, inapelable, reflexionado y para reflexionar. Ya me
habias hablado de esto.
Veo que recuperas el humor y el equilibrio tan complicado cuando nosotras
mismas nos imponemos cotas cada vez mas difíciles y nos convertimos en el
juez mas duro para juzgarnos y lo que es peor, nos echamos toda la mierda
del mundo encima y mandamos la autoestima a hacer vientos. Será posible? y
luego cada vez nos cuesta más recuperarnos de nuestras flagelaciones. Creo
que nos inocularon un chip masoquista con un toque de ceguera. Seguimos
buscando apoyos en el exterior en lugar de congratularnos con nuestro
interior. El tuyo está en crecimiento continuo y va a más. Enhorabuena por
eso y por darnos un toque con tanta interrogante que es en sí misma una
respuesta