La presidenta andaluza, más que una solución, podría ser un
nuevo problema al fagocitar el demandado cambio con las maneras de
siempre.
Las voces críticas, amparadas en el 'off the récord', cargan contra su reverso tenebroso: populista y fontanera orgánica.
La defenestración de Mario Jiménez refuerza a quienes la acusan de 'killer' implacable y avisan de que le seguirán otros
A la nueva secretaria general del PSOE andaluz y de la Junta
se le achaca internamente un populismo barato y una clamorosa falta de
proyecto que se traduce en un discurso insultancial. "No hay una
revisión en profundidad, que es lo que necesita el partido. Están
haciendo un lavado de cara porque tienen que distanciarse del pasado,
aunque Susana es el pasado. Pero como no ha tenido responsabilidades
públicas no se le pueden exigir explicaciones, y eso que ha sido una fontanera entregada
y sectaria hasta la médula, una mensajera implacable que siempre ha
tenido y ejercido poder en la sombra", apunta un compañero de que ha
podido verla en acción desde el gobierno de Zapatero, del que formaba parte.
Esa imagen de killer, que la propia Díaz alimenta, ha quedado patente en el Congreso de Granada del pasado fin de semana. A la vista del personal se cargó a Mario Jiménez, hasta ahora vicesecretario general, nombrándole portavoz del Parlamento andaluz, un cargo sin apenas contenido. "Su gente asegura que quiere que Mario vaya a Madrid, con un cargo nacional. Pero si la dirección está en la cuenta atrás", explica un descreido socialista. No le tembló el pulso, como hace tres años sucedió con Rafael Velasco el tercero de los griñaninis en discordia, tras cuya defunción política, fuentes cercanas al PSOE-A, sitúan a Díaz.
"La de Mario es la primera entrega de la defenestración a la luz del día. Solo uno puede sobrevivir, es la cultura política de Susana, aunque Mario Jiménez habría hecho lo mismo. Ojo también con las palmaditas en la espalda a Pere Navarro, ya le dirigió un aviso al PSC cuando obligó al grupo en el Congreso a cambiar la abstención por el sí a la moción de UPyD contra el derecho a decidir. Al final, se ha trasladado la idea de que Navarro ha entrado por el aro de Susana y ha tomado distancias con la consulta por el derecho a decidir", reflexiona la misma fuente.
Esa imagen de killer, que la propia Díaz alimenta, ha quedado patente en el Congreso de Granada del pasado fin de semana. A la vista del personal se cargó a Mario Jiménez, hasta ahora vicesecretario general, nombrándole portavoz del Parlamento andaluz, un cargo sin apenas contenido. "Su gente asegura que quiere que Mario vaya a Madrid, con un cargo nacional. Pero si la dirección está en la cuenta atrás", explica un descreido socialista. No le tembló el pulso, como hace tres años sucedió con Rafael Velasco el tercero de los griñaninis en discordia, tras cuya defunción política, fuentes cercanas al PSOE-A, sitúan a Díaz.
"La de Mario es la primera entrega de la defenestración a la luz del día. Solo uno puede sobrevivir, es la cultura política de Susana, aunque Mario Jiménez habría hecho lo mismo. Ojo también con las palmaditas en la espalda a Pere Navarro, ya le dirigió un aviso al PSC cuando obligó al grupo en el Congreso a cambiar la abstención por el sí a la moción de UPyD contra el derecho a decidir. Al final, se ha trasladado la idea de que Navarro ha entrado por el aro de Susana y ha tomado distancias con la consulta por el derecho a decidir", reflexiona la misma fuente.
¿Una auténtica renovación?
¿Es Susana Díaz un ejemplo de renovación, como ella misma sostiene?
Si entendemos por renovación, la acepción 4 de la RAE -"sustituir una
cosa vieja, o que ya ha servido, por otra nueva de la misma clase"-
efectivamente, ella es la renovación. Si comparamos con lo que la calle
está exigiendo a los políticos en uno de los momentos de mayor
desafección –democracia interna en los partidos, acabar con las
oligarquías, primarias reales, desterrar el personalismo exacerbado...-
entonces, la respuesta es no.
"Ella no piensa, actúa. Es lo que su equipo traslada como si fuera
una virtud y para diferenciarla de Griñán, que no se daba por satisfecho
hasta que había dado todas las vueltas posibles a un asunto. Muchos nos
preguntamos qué habrá visto en Susana para designarla sucesora", relata
el socialista madrileño. A los de su generación, los tapados en
palabras de Griñán, no comparten ni las formas ni el fondo. "Hay que
reconocer que ha sabido reconducir al partido en Andalucía, pero los de
treinta y tantos y cuarenta somos conscientes de que lo que representa
Susana no es lo que espera la sociedad de nosotros. Ni tan siquiera si
fuese la nueva Felipe González serviría; es otro tiempo
y se requieren otros líderes menos personalistas y más concienzados de
compartir el poder", admite un joven y prometedor diputado catalán.
La realidad es que Griñán está orgullosísimo de su creación, a pesar de haberle engullido también a él. Tanto entusiasmo como el que muestra su mentor político, parece provocar en una parte de la prensa y del establishment, aunque quizá no sea tan auténtico. "Si osara hacer algún movimiento fuera de lo esperado, los medios de derechas y Prisa, que tanto la jalean, empezarían la contracampaña. Es más débil de lo que ella se cree. En cuanto comience a ejercer el poder más allá de Andalucía y dejar gente en la cuneta, se afilarán los cuchillos", apunta un socialista del entorno de Ferraz.
Cada vez surgen más voces críticas hacía el encumbramiento exprés de Díaz, voces que piden confidencialidad porque la realidad es que su poder genera miedo de que el tsunami se les lleve por delante. "Los militantes de base están un poco sorprendidos porque no se explican de dónde ha surgido Díaz, los que son secretarios generales regionales le tienen envidia y recelo a partes iguales y los intelectuales del partido están horrorizados porque lo que siempre habían rechazado de la polítca, lo encarna Díaz", analiza un socialista con una situación privilegiada de observador. Diez años para acabar la carrera y las obras de Pablo Iglesias como reconocida lectura de cabecera, sirven para que los críticos desconfíen de su preparación intelectual.
"En todo caso, tiene gracia que el mirlo blanco del PSOE, en pleno auge de la antipolítica, resulte ser al final... el prototipo por excelencia de fontanera orgánica", dice con sorna un insigne socialista de los que piensan que solo un milagro puede salvar al partido de la autodestrucción.
La realidad es que Griñán está orgullosísimo de su creación, a pesar de haberle engullido también a él. Tanto entusiasmo como el que muestra su mentor político, parece provocar en una parte de la prensa y del establishment, aunque quizá no sea tan auténtico. "Si osara hacer algún movimiento fuera de lo esperado, los medios de derechas y Prisa, que tanto la jalean, empezarían la contracampaña. Es más débil de lo que ella se cree. En cuanto comience a ejercer el poder más allá de Andalucía y dejar gente en la cuneta, se afilarán los cuchillos", apunta un socialista del entorno de Ferraz.
Cada vez surgen más voces críticas hacía el encumbramiento exprés de Díaz, voces que piden confidencialidad porque la realidad es que su poder genera miedo de que el tsunami se les lleve por delante. "Los militantes de base están un poco sorprendidos porque no se explican de dónde ha surgido Díaz, los que son secretarios generales regionales le tienen envidia y recelo a partes iguales y los intelectuales del partido están horrorizados porque lo que siempre habían rechazado de la polítca, lo encarna Díaz", analiza un socialista con una situación privilegiada de observador. Diez años para acabar la carrera y las obras de Pablo Iglesias como reconocida lectura de cabecera, sirven para que los críticos desconfíen de su preparación intelectual.
"En todo caso, tiene gracia que el mirlo blanco del PSOE, en pleno auge de la antipolítica, resulte ser al final... el prototipo por excelencia de fontanera orgánica", dice con sorna un insigne socialista de los que piensan que solo un milagro puede salvar al partido de la autodestrucción.
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