La ballade des gens qui sont nés quelque part, 1972
Verdad que son hermosos sus pequeños parajes
Aldeas y ciudades, todas dignas de ver
Con todas sus mansiones, iglesias y paisajes
Sólo un defecto tienen; el defecto de ser
El sitio donde viven personajes que miran
Al resto con desprecio desde un pedestal
Chauvinistas que van ostentando las tiras
Esos felices idiotas de cualquier lugar
Malditos sean estos infantes de la patria
Que habría de una vez por todas que empalar
Que ufanos de sus campos, museos y prosapia
Te muestran el país natal hasta bizquear
Que vengan de Argentina, o de España o de Francia
De dónde quiera ser, hasta Madagascar,
O del culo del mundo, destilan arrogancia
Esos felices idiotas de cualquier lugar
Los campos en los que sus reses se apretujan
Pastando dulcemente ofenden la razón
Y hasta el aire que emplean inflando sus burbujas
Es el soplo divino en pompas de jabón.
Y poco a poco es que sus ínfulas suben
Tan alto que cualquiera les debe envidiar
Hasta la bosta que sus haciendas producen
Esos felices idiotas de cualquier lugar
No ha sido un lugar más el de su nacimiento;
Compadecen al pobre de todo corazón
Al desafortunado que no tuvo el contento,
La gracia de haber visto la luz en su bastión
Pero si algo amenaza su bienestar precario
Ya saltan del agujero para irse a pelear
Contra los inmigrantes más o menos primarios
Esos felices idiotas de cualquier lugar
Mi Dios que sería bueno que en el mundo del hombre
No tuviera esta raza razón para existir
La casta inoportuna que lustra los blasones
La raza de las gentes del terruño y la vid
Que la vida sería bella en toda circunstancia
Si Usted no les cediera el permiso de estar
Cosa que pone en duda su Divina Eficacia
Por esos felices idiotas de cualquier lugar.
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