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sábado, 19 de marzo de 2016

Carta a Pablo Iglesias... Luis Azcárate

 
Luis Azcárate Diz, miembro del Círculo de Pozuelo de Alarcón, El abuelo Luis 
Querido Pablo:

He leído tu carta, te voy a responder, pero antes quiero agradecerte y a Luis Alegre, vuestra confianza por haberme designado para la clausura de la Asamblea de Vista Alegre. En mi larga vida de militante –empecé a los 15 y friso los 95- nunca he sentido la enorme emoción de dirigirme a las generaciones educadas en democracia –generaciones de la esperanza- de las que emergió Podemos y son portadoras de la capacidad necesaria para hacer los cambios profundos y sin precedentes, que abran los caminos del Progreso a nuestro atormentado pueblo. Esa es nuestra responsabilidad. Al salir del recinto, un joven me dijo que “su abuelo acababa de morir, pero que me tenía a mí”, por eso, ahora, me llamo “Abuelo Luis”.

Como te digo, leí tu carta. La puedo suscribir, incluso el final “poético”, aunque  no sintetiza, como es característico de la poesía.

Y… a las pocas horas, me entero de que has destituido al secretario de organización, el compañero Pascual. Busqué razones, no las he encontrado aún. Te digo: me quede estupefacto, porque esa decisión contradecía totalmente, el contenido y el espíritu de tu carta.

Como sabes, estuve diez años en Cuba –por utilizar expresiones cubanas- cumpliendo con las tareas que la Revolución me encomendaba. Te diré que en ocasiones había muchas dificultades para cumplir tal o cual tarea. La justificación que se daba era que “son las dificultades del crecimiento”. A lo que el humor cubano contestaba; “sí, pero luego viene el crecimiento de las dificultades”. Pablo, desde la modestia y de la sinceridad, que me enseñaron en la Institución Libre de Enseñanza, te diré que con la destitución de Pascual, tal y como se ha hecho, has contribuido, y de qué manera, al “crecimiento de las dificultades”. Oye el eco levantado, incluído entre los militantes.

No conozco al compañero Pascual y parece que su destitución la ha tomado con buen rollo, la ha aceptado y continuará cumpliendo con otras responsabilidades. Lo celebro.

Pero Pablo, me preocupa y mucho, qué es lo que te ha podido llevar a esa decisión  fulminante y sin explicar con razones de peso y en defensa de los principios y objetivos de Podemos. Comprenderás que en mi larga vida de militante por el Progreso de este país, no es la primera destitución que veo, pero ahora no estamos en la clandestinidad en España o en el exilio. Claro que Podemos tiene “dificultades de crecimiento”, estamos creando un partido nuevo, su regla es la profunda democracia en la elaboración política y en la vida orgánica, y hay que ensayar formas nuevas, que resultarán bien o no, la vida democrática nos lo dirá y todo tiene que basarse en una profunda solidaridad y empatía y… paciencia y ayuda, Sí, la ayuda, tu ayuda a los compañeros que comparten la dirección contigo, es tu primer deber. La pregunta es: ¿le diste a Pascual toda la ayuda posible para que cumpliera con éxito su trabajo? ¿Tienes tu  conciencia de dirigente tranquila? Son preguntas obligadas que te conciernen. Perdona que quizá sea duro, es posible que sean ecos del difícil  pasado. Mi deseo es ayudarte.

Pablo, arrincona las destituciones, cámbialas por tu ayuda, porque es también tu responsabilidad –y muy directa- los errores que tus compañeros puedan cometer. Perdona el rollo, pero reflexiona porque te hablan decenas de años de militancia, desde la modestia y sinceridad. Es lo mejor que puedo hacer.

Pablo, algo que aprendí en Cuba, es que los dirigentes debieran cuidar, como a las niñas de sus ojos, a aquellos compañeros que dentro de su modestia y plenos de buena voluntad, le respondan al dirigente, al ser consultados o sin serlo, que NO. El dirigente debe de cuidar a esos “negativos”, porque para decir que sí, se basta él solo. Si crees que te puedo ser útil, me ofrezco como “negativo”.

Pablo, tú eres hombre inteligente, catedrático, y sabes que un suspenso lleva al alumno a aprenderse la asignatura. Pablo cuando estuviste en mi casa, antes de las elecciones europeas, hablamos de la modestia de don Francisco Giner de los Ríos. Hubo buen rollo entre nosotros y por ello me tomo la libertad de decirte que no dudo que don Francisco te hubiera suspendido en la asignatura de “modestia”. Sintetizaba Machado, en su Elegía a don Francisco y ponía en boca de éste: “sed buenos y no más, sed lo que he sido entre vosotros”… Nunca hubo en el mundo un hombre más modesto que don Francisco.

Pablo, huye de la prepotencia y de los aludadores.
Cuenta conmigo en lo que te pueda servir, a pesar de mi ceguera.
Un fuerte abrazo,
El Abuelo Luis

 

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