Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 11 de abril de 2016.
Este artículo muestra que el
gran valor que tiene la información generada por los papeles de Panamá
queda limitada por los canales a través de los cuales tal información se
distribuye. Esta situación es especialmente preocupante en España,
donde los mayores medios de información están financiados, en parte, por
la gran banca española, que juega un papel clave en la formación de los
paraísos fiscales.
La publicación por parte de los mayores
medios de comunicación del mundo occidental de las empresas ficticias
establecidas con la ayuda de la firma de abogados panameña Mossack
Fonseca ha creado un gran revuelo, pues documenta lo que todo el mundo
ya conoce, a saber, que el 1% de la población mundial (y el 1% de la
gente más rica en cada país) deposita su dinero en paraísos fiscales a
fin de esconderlo y/o evitar pagar impuestos en su propio país. Tal
descubrimiento, por lo tanto, no es una novedad. La gran mayoría de la
población sabe que los “super-ricos” tienen su dinero en paraísos
fiscales. Lo que no saben, sin embargo, es que esta situación sería
fácilmente corregible si hubiera voluntad para resolverla. Que no se
resuelva se debe a que las personas que podrían hacerlo están ellas
mismas implicadas en la transferencia de fondos a estos paraísos
fiscales, o pertenecen a instituciones (representativas o no
representativas) sumamente dependientes e influenciadas por los grupos
financieros o empresariales, que son los que se benefician de tales
paraísos. Es también ampliamente conocido que los mayores bancos en cada
país, incluido en España, están metidos hasta la médula en este proceso
de falsificación de empresas en dichos paraísos. Hasta aquí todo esto
es conocido.
Ahora bien, lo que despierta gran
interés y también curiosidad es ver los nombres concretos de los
personajes relacionados con estos paraísos fiscales. Que ahora se vaya
conociendo quién depositó allí sus fondos es una buena noticia. Y, sin
embargo, tiene un gran problema que no se cita. Y este problema es que
la enorme cantidad de información que se está descubriendo está siendo
canalizada por los mismos medios de comunicación que han sido cómplices
con el silencio ensordecedor que ha existido sobre este tema. Veamos,
pues, los datos.
¿Quién obtuvo estos datos?
La investigación conocida ahora como
“Panamá Papers” la ha realizado el International Consortium of
Investigative Journalists (el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación), que ha sido financiado por varias instituciones
estadounidenses tales como la Ford Foundation, el Carnegie Endowment, el
Rockefeller Family Fund, la WK Kellog Foundation y la Open Society
Foundation (financiada por el filántropo George Soros). Y tal
información ha sido canalizada a través de los mayores rotativos a los
dos lados del Atlántico Norte, y muy en particular los medios de la
Unión Europea y de EEUU, que tienen su propia agenda en la distribución
de tal información. En realidad, el periódico alemán Süddeutsche Zeitung
(SZ) fue el primer receptor de parte de aquella información que también
fue recogida por el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación, distribuyéndose a partir de entonces a través de The
Guardian y otros medios. Son estos medios los que controlan esta
información, habiendo mostrado solo una parte de los 11,5 millones de
documentos recogidos. Esta situación es particularmente preocupante en
España, donde los mayores medios de información tienen una relación muy
estrecha, de dependencia financiera, con los grandes bancos del país
(como el BBVA, el Santander y otros), bancos que han jugado un papel
fundamental en canalizar dinero hacia otros paraísos fiscales,
incluyendo Panamá. Es bien conocido que la gran prensa de España carece
de diversidad ideológica, consecuencia, en parte, de la dependencia de
tales medios de la gran banca que los financia.
La promoción del neoliberalismo por parte de la Gran Prensa y su silencio sobre la Banca
En este país, los grandes bancos, a
través de su enorme influencia en los medios de información y
persuasión, así como en los centros de investigación y propaganda como
las fundaciones y revistas económicas, son los grandes promotores de las
políticas neoliberales, incluyendo los recortes de gasto público social
con el fin de reducir el déficit público y la deuda pública. A la vez,
estos bancos han estado facilitando la utilización de paraísos fiscales
para que las grandes empresas, las grandes familias y los super-ricos no
paguen impuestos, generando así el déficit público. En realidad, si no
hubiera habido este fraude fiscal, no habría habido ninguna necesidad de
recortar en servicios públicos como sanidad, educación, servicios
domiciliarios y un largo etcétera. El poder de la banca en España es
enorme. Y de ahí que les aseguro a los lectores de este artículo que no
verán en los medios españoles (incluyendo, naturalmente, los catalanes),
tanto públicos como privados, sean escritos, orales o televisivos, un
análisis de cómo los grandes bancos juegan un papel clave en el
establecimiento de los paraísos fiscales. Esperen y lo verán. Y me sabe
muy mal llevar razón en este punto, pero les garantizo que va a haber un
silencio ensordecedor sobre cómo el BBVA o el Santander, entre otros
(que promueven los recortes), están facilitando que se vaya el dinero a
Panamá.
Otras observaciones
Esta canalización de las noticias
explica también la gran atención que se ha dado a la figura de Putin, el
actual presidente de Rusia, el supuesto enemigo nº 1 de Occidente, que
ha sido objeto de un gran ataque mediático, presentándolo como el
responsable de la inestabilidad en la Europa oriental y en Siria. He
escrito críticamente sobre tal personaje (incluso antes de que colapsara
la Unión Soviética) y la clase corrupta que representa, continuadora de
aquella que controló el Estado Soviético (ver mi libro Social Security
and Medicine in the USSR, escrito en 1977). Como consecuencia de tal
crítica, mi libro fue prohibido y yo declarado persona non grata en
aquel país. Cualquiera que haya leído mis trabajos sobre la Unión
Soviética y su colapso entenderá que Putin no sea santo de mi devoción.
Ahora bien, este dirigente ruso no es el único responsable de tales
tensiones que estamos viendo en Ucrania o en Siria. En realidad, la
mayor parte de las tensiones se derivan del comportamiento de la OTAN. Y
entre los aliados de tal organización están algunas de las dictaduras
más horribles hoy en el mundo, mucho peores que la rusa, como la de
Arabia Saudí, profundamente corruptas, con amplias inversiones no solo
en Panamá sino en España, sin que los mayores medios de información y
persuasión españoles hayan analizado nunca estas inversiones y estas
amistades con el establishment financiero-político-mediático español.
Verán ustedes cómo aparecen muchos artículos sobre Putin (cuyo nombre,
por cierto, no aparece en ninguno de los papeles) y muy pocos sobre los
dirigentes de Arabia Saudí y su relación con los bancos españoles.
Una última observación. Es más que
probable que en la lista de nombres que depositaban su dinero en Panamá
no aparezcan ciudadanos o residentes estadounidenses, lo cual tiene que
ver primordialmente con el hecho de que los paraísos fiscales que
utilizan los super-ricos de EEUU están en el propio país (Wyoming,
Delaware o Nevada). Los super-ricos estadounidenses no necesitan Panamá,
Suiza u otros paraísos conocidos. Los tienen en su propio país. Sería
interesante que se analizaran estos paraísos. También se sorprenderían
de lo que verían. Pero es probable que tampoco lo vean. La libertad de
prensa es la libertad de los que la poseen y controlan. Así de claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario