"Amigos, en los últimos días hemos descubierto que Mario Conde tenía
ocultos fuera de España cerca de 13 millones de euros. También hemos
descubierto que durante años algunas de las personas más adineradas de
este país, incluyendo miembros de la Familia Real como Pilar de Borbón,
mantenían empresas ocultas en paraísos fiscales para pagar menos
impuestos.
La pregunta es clara: ¿cuánto tiempo más vamos a
soportar este nivel de evasión fiscal? ¿Qué se nos acabará antes a los
españoles, el dinero o la paciencia? A mí se me acabará antes la
paciencia, logicamente, pero no os preocupéis, tengo dinero para
comprar la vuestra. En fin, parece que nuestro país es una democracia en
todo excepto a la hora de pagar impuestos.
Ahí tenemos
ciudadanos de primera y de segunda clase. De un lado, los que pueden
pagarse asesores y abogados que les permiten evadir el pago de sus
obligaciones fiscales. Y de otro, los que no pueden pagar a este tipo de
profesionales y soportan en mayor medida sobre sus hombros el
mantenimiento del Estado. Y en los que, además, en los últimos años
recae el peso de la crisis. Una vez más, hay dos Españas, la que tiene
que pagar aunque no pueda y la que puede pagar pero no quiere. Bueno,
hay una tercera España.
Pero esa nos avergüenza a todos: la que
echa aceitunas a la paella. Y lo peor de todo es que estos escándalos
sólo son la punta del iceberg de la evasión fiscal. Como bien recordaba
ayer el periodista Xavier Vidal Folch en el diario El País, los
casos que conocemos son tan sólo una ínfima parte de los 130.000
millones de euros que el fraude fiscal de los ricos cuesta a los Estados. Y peor
todavía, todo este dinero es apenas una minucia si lo comparamos con los,
escuchemos bien, 864.000 millones de euros que las grandes
multinacionales evitan pagar sólo en la UE aprovechando los resquicios
legal.
Bien, parece que en los últimos años el ciudadano de a
pie se ha quedado solo frente a unas élites que opinan que el pago de
los impuestos es una carga a la que no están obligados a contribuir.
Amigos ricos, os hablo como uno de vosotros: es necesario que paguemos
impuestos. Hacen falta para financiar los hospitales, las escuelas y lo
más importante, las carreteras para poder pasear nuestros Lamborghinis.
Sí, sí amigos. Si los dejamos en el garaje, ¿cómo vamos a poder ligar los
que tenemos el pene pequeño?"
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