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jueves, 3 de marzo de 2011

TELEVISIÓN... ¿TODO POR LA AUDIENCIA? ¿DÓNDE ESTÁN LOS LÍMITES?


Fui una de las privilegiadas en asistir  a esa declaración que hizo Isabel García acusando a su marido de ser el autor de la muerte de la niña Mari Luz , desde que empezó hasta que terminó y me quedé tan alucinada que no pude ni parpadear ya que no daba crédito a lo que estaba viendo y escuchando.
Di la verdad, di la verdad le repetían una y otra vez los periodistas a una mujer perdida que ante tanta insistencia y tanta pregunta, con más miedo que vergüenza decidió decir la verdad y nada más que la verdad. Tras declarar culpable a su marido, en estado de ansiedad y con lloros compunjídos las preguntas siguieron y siguieron consiguiendo contradicciones y aclaraciones a su relato.
La audiencia se disparó, todas las televisiones, periódicos, radios empezaron a informar del gran acontecimiento y como siempre asistí a un espectáculo en el que unos hacían el papel de malos y otros de buenos para compensar y así conseguir que no nos diéramos cuenta de que estábamos en el circo con  los leones, el domador,  la carnaza y la víctima...
Las declaraciones ya las conocemos pero ¿qué paso durante la publicidad?

y como apuntan en el intermedio, total para nada.
Ana Rosa Quintana tiene razón al decir que es la noticia que todo periodista hubiera querido dar, y yo la primera pero no a cualquier precio.

Mientras esto sucedía en T5 en Antena 3 hablaban del tema diciendo que el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid ya ha incoado diligencias de investigación.
A continuación se habla de la muerte de Amparo Muñoz y ponen las imágenes que hicieron en exclusiva hace 2 meses el equipo del programa de Espejo público.
En ellas  la vemos tambaleante y que apenas puede caminar. Su rostro es dolor y sufrimiento, está destruida,  pide respeto y rompe a llorar desconsoladamente
De Miss Universo a cadáver andante podían haber titulado este pedazo de exclusiva

¿esta es la televisión que queremos?
¿dónde está la moral, la decencia, el pudor, la piedad? 
Hay que poner límites al espectáculo, marcados por  la ética y la estética.
No todo vale y... a mi todo  esto me produce nauseas...

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