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jueves, 1 de noviembre de 2012

Agustín García Calvo... ay de mi vida

El poeta y ensayista, Premio Nacional de Ensayo en 1990 por 'Hablando de lo que habla', ha fallecido a los 87 años

letras como estas nos muestran su pensamiento y el valor de la palabra.


El mundo que yo no viva
lo pensé como cosa extraña,
como arca de maravilla.
Ay de mi vida

Allí ¿sonará la lluvia
junto al fuego las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?
Y tú ¿la gentil sonrisa?

¿Brillará en el papel que siembro
la negra flor de la tinta?
Ay de mi vida

¿Será posible que vengan
los amigos y que "Era" digan
"un hombre, y te quiso mucho"
y "Mucho" llorando digas?

Es el mundo que no conozco,
Atlántida sumergida.
Ay de mi vida.

Allí las palmeras echan
esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen.
Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños,
de púrpura el mar se agría,
Ay de mi vida.

Más limpio que agua de oro
es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas
ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto
al que el nombre del fruto diga.
Ay de mi vida.
Ese mundo no es el mío:
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.
A ese mundo quisiera entrar,
antes que suene la hora
- ay - de mi vida.


- A la gente un poco corriente propiamente dicha, es evidente que lo que más le puede llegar son las cosas del tipo de las canciones y de las otras poesías. Y también esta forma de diálogo que son los cuentos. Las demás cosas son sobre todo para gente que tiene pasiones especiales por los misterios de las lengua, por los misterios de la realidad… Yo pienso que a cualquiera le apasionan en cierta medida todas estas cuestiones. Para mi la prueba constante es la tertulia política del Ateneo de Madrid en la que participo desde hace mucho tiempo, donde todas estas cuestiones se tratan miércoles tras miércoles, siempre lo mismo y nunca lo mismo. Pero para una esposición más técnica, un poco necesariamente en jerga, como en cualquiera de esas otras obras que he sacado, para leer todo eso, hace falta tener una pasión especial. De todas formas no renuncio del todo a que cualquiera pueda leer cosas que parecen muy especiales, como el “Razón Común”, donde traté de hacer vivir y comentar los restos del libro de Heráclito. Yo supongo que a cualquiera que no se ponga a leérselo como si fuera algo escolar, cultural, sino que abra y se deje arrastrar por el misterio de un fragmento o de otro, le puede llegar. Pero, en fin, la gente es así y sobre todo entre la gente, ya sabes, hay estas dos cosas contradictorias, como antes te lo he dicho de uno mismo: hay la mayoría, que son idiotas, porque el Poder, el Régimen, lo necesita, y luego hay aquello en que cada uno no es cada uno, sino que sigue vivo, tiene algo de pueblo, y solo ese puede sentir esa pasión del descubrimiento de la falsedad de la realidad en cualquier manera que se le presente.
Libre te quiero 
una de las más bellas letras 
de amor y libertad
Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.

Grande te quiero

como monte preñado
de primavera,
pero no mía.

Buena te quiero

como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.

Alta te quiero

como chopo que al cielo
se despereza,
se despereza,
pero no mía.

Blanca te quiero

como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.

Pero no mía

ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

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