El Pollo se puede preparar con prácticamente cualquier cosa que tengas
en casa. Además, la pechuga de pollo congelada (bien empaquetada) se
conserva hasta 6 meses en el congelador. Prepáratelo a la plancha para
un bocadillo, añádele curry para darle un toque exótico, añádelo a una
ensalada o saltéalo.
2. Frutos secos tostados sin sal
Escoge los frutos secos tostados sin sal que encontrarás en la mayoría
de supermercados, no los que están llenos de aceite listos para picar.
Los frutos secos están repletos de grasas saludables y además los puedes
añadir a ensaladas o a platos salteados. En lugar de pan rallado, pica
nueces o almendras y utilízalas para rebozar pechugas de pollo:
obtendrás un delicioso bistec lleno de proteína.
3. Verdura congelada
La verdura congelada puede conservarse en el congelador hasta un año,
así que es muy fácil tener a mano todos los ingredientes necesarios para
un salteado de verduras instantáneo y lleno de color. También la puedes
añadir a una sopa de verduras de rápida preparación y muy sana.
4. Caldo
Ningún cocinero se quedaría sin caldo (de verdura, pescado, pollo o
vacuno). Lo puedes utilizar para darle sabor a la carne o al arroz y
para hacer salsas. Pon verduras crudas en un cazo con caldo de pollo y
agua, a fuego medio. Déjalo hervir durante 20 minutos y disfrutarás de
una sopa sana y rápida.
5. Carne magra picada
La carne picada magra está llena de hierro, zinc y proteína; siempre va
bien tenerla a mano para añadir nutrientes a tus platos. Puedes hacer
una hamburguesa y cocinarla a la plancha, o cocerla a fuego lento con
salsa de tomate para conseguir una salsa boloñesa fácil y rápida.
6. Albahaca
Cuando necesites un toque elegante, añade unas hojas de albahaca fresca.
Es una planta llena de sabor que además queda genial para decorar.
Utilízala para hacer pesto, para darle sabor a platos de carne o
pescado, o para alegrar unos tomates frescos con queso mozzarella Light.
7. Aceite de oliva virgen extra
Es una de las fuentes de grasa más sanas y versátiles Y solo necesitas
un poco. Cuando una receta te pida aceite o grasa, es la mejor opción.
8. Tomate enlatado
Salsa para la pasta, sopas, estofados… tarde o temprano una receta te lo
pedirá, así que ten un par de latas siempre a mano en la despensa. Es
una buena fuente de licopeno y de vitamina C.
9. Huevos
Los huevos son increíblemente versátiles y una fuente de hierro,
proteína y vitaminas A, B, D y E. Tardarás minutos en prepararlos y
saben deliciosos. Prepárate una tortilla o revuélvelo y sírvelo sobre
una rebanada de pan tostado, o añade un huevo duro a tu ensalada.
10. Pasta seca integral
Cuando pienses en una cena rápida pero que te deje satisfecha, recuerda
que la pasta integral contiene más fibra que la pasta normal, así que
con menos cantidad te llenarás más. Puedes añadir penne a una sopa o
mezclar unos espaguetis con una salsa ligera.
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lunes, 29 de octubre de 2012
alimentos en la nevera...
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